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+ Una tormenta en Palacio: se ve la punta del iceberg; correr al secretario, cuota por el tesorero; Claudia Pavlovich: agua y educación para Guaymas

GUAYMAS, Son.- Similar a la tormenta “Jimena”, que llegó con baja graduación en la escala de huracanes, resulta la administración municipal actual: se debilita en su intensidad, pero se estaciona en riñas internas y el efecto, como aquella tormenta tropical que arrojó lluvia intensa durante dos días, ha sido devastador.

Por una parte, el alcalde enfrentado con sus regidores, a quienes ha llegado a acusar de corruptos –se me vino a la mente sor Juana Inés-- por recibir dinero para levantar el dedo; el mismo alcalde con sus funcionarios, a quienes les habría dicho “hagan lo que quieran, pero no me pidan presupuesto”.

Queriendo arreglar, se supone, lo administrativo, arma acciones el munícipe con su tesorero, el lavandero hoy con vida de rico, Arturo Lozano González, hace equipo con el oficial mayor, un colmilludo vendedor de lo que sea al erario público estatal, y ahora resulta que saben volar solos y traicionan al munícipe.

Luego, “vende” el Carnaval a una empresa y declara triunfante que el Ayuntamiento no gastó en la fiesta como se gastaba en el pasado, pero se le ocurre decir que el extitular de la pachanga hizo cosas que en el imaginario popular serían leperadas. No sé si olvidó que ese señor es regidor del PRI, quien como impulsado por un resorte dejó su asiento y lo increpó.

Lo menos que le dijo, es que en este gobierno hay corrupción, que él, el regidor, no recibe los famosos “cañonazos” de 50 mil pesos y que la empresa Ajedrez, propiedad de un primo del secretario particular del alcalde, hizo cosas malas, dañó la imagen del Carnaval y el fracaso dejó pérdidas millonarias que los guaymenses deben conocer. Y hacerlo por escrito, como lo pidió el documento promovido por el de nombre Alfonso y apellido Uribe, con la firma de 14 regidores, aunque luego se rajó uno.

Adicionalmente, el señor Uribe pide remover a la titular del Instituto de Festividades, Brenda Aceves, por cobrar en la nómina que aprueba Olegario Félix en Acción Cívica, y en el propio Instituto.

Pero como en el pleito alcalde/tesorero y adláteres, se resolvía la patada en salva sea la parte del lavandero, Uribe promueve defenderlo. Sabe que no llegará a nada en esa guerra intestina donde solo Guaymas pierde, pero exige: si se va el tesorero, se va el secretario, el controvertido Alán Jaramillo.

En este documento aparecieron 7 de las 14 firmas prometidas a Uribe. De “habladas” le dicen que sí, pero no firman. La verdad, desconfían de ellos mismos. Y, para curiosidades de Rypley, sépase que Caín apareció en el pleito, al aparecer estampada la firma de Jimena Jaramillo, regidora priísta y hermana de… exactamente: Alán.

¿Por qué Jaramillo? Bueno, diría mi amigo Guillermo, quien pagó delicioso desayuno en el San Enrique de Sergio Carlos García –podría ser candidato a alcalde por Movimiento Ciudadano, y eso daría lustre al partido--, es que Alán sabe lo que hace.

Testigo, Tibo Sánchez, quien asintió al recordar esos hechos. Memo dio crédito a la capacidad de Jaramillo desde que era junto con Germán Díaz y Oscar Barragán, proyecto a futuro ya rebasado, de Carlos Zataráin, quien entonces transitaba hacia la alcaldía guaymense con escala en la diputación local, cargos ejercidos, junto con la posterior diputación federal, con dignidad y resultados.

Zataráin es hoy director general en la Sedatu y activo priísta vuelto opción junto con Antonio Astiazarán, director en Sedesol, para 2018. Usted póngales el nivel, que talento sobra. Y resaltan más al medirlos con los políticos de la nueva hornada.

El señor Díaz hizo carrera en Comisión Federal de Electricidad es alto ejecutivo nacional –también lo fue, le saludo, Marcos Ayón, puntal en el sostenimiento de Cruz Roja hasta hoy, que disfruta su retiro— y Barragán en varios cargos importantes, hoy en Apiguay.

Jaramillo en cambio, en aquellos días se alejó del equipo por “decires” relacionados con presuntas exigencias impositivas al margen de recibos oficiales, lo cual por supuesto, me remarca el acucioso Tibo, no se hace en la Agencia Fiscal.

Siguió labor como abogado y tuvo escuela de poco freno. Hoy investido funcionario Municipal, su actuar molesta a terceros. Tiene, dicen, una KGB de caricatura, cara y pagada por la comuna, con métodos aprendidos en el cine. Las consecuencias se reflejan en los presupuestos de Policía y Tránsito, para no gastar lo obtenido en permisos para lucrar con venta de cerveza o actividades nocturnas en general, incluida aquella escobargaviriaísta que dicen, florece en estos suelos.

Mejor no hacer caso. Yo prefiero creer que hay dos cosas fundamentales en esto:

La primera, incapacidad para imponer orden en la casa de piedra y la de formar un buen equipo, debido a que la mayor parte de los funcionarios de Lorenzo de Cima Dworak traen en la cabeza que la política es negocio y son solo tres años o menos en el cargo. Egoísmo puro pues, por eso está así este y casi todos los municipios de México.

La segunda, el interés de terceros, externos o infiltrados, en olvidar los negocios personales –con el cemento y asfalto a/de constructoras privadas, obras con “moches” y constructoras “sagradas”, pago de facturas falsas, créditos bancarios, lámparas fiadas, etc.

Las dos son graves. De paso le confirmo que en ese último tema, el arrendamiento puro de César Lizárraga para iluminar la ciudad, exigió endeudarse y hoy, como tampoco Otto Claussen pagó, el edil de Movimiento Ciudadano –crítico del enriquecido teutón--, advierte: ya se deben como 800 millones de pesos.

Y pensar que el alcalde de Cima, enredado en la piola, reclama solo los excesos del crédito de 315 millones que a la hora del pago son 400, solicitado por su antecesor.

Pregunto: si usted, amable lector, fuera responsable del Municipio en este trienio ¿Por dónde comenzaría?

Denunciar ilícitos ante la autoridad correspondiente es buena opción. La riña en el Cabildo y las redes es estéril.

TIUROS RÁPIDOS

1.- AGUA: Claudia Pavlovich se tomó en serio el problema del agua en Guaymas y busca resolverlo al grado de que ya hay dinero para pagar la mitad de la construcción de una desaladora; del mar saldría el agua necesaria para uso doméstico e industrial.

Hace un gran esfuerzo y aún estudia, con lupa, cada paso para confirmar si es esa la mejor opción.

Observación: Urge crear una nueva marca para el producto, como hace la libre empresa, pues Comisión Estatal del Agua, o CEA, por sus siglas, es reflejo de ineficiencia y corrupción. No podrá con el paquete y enturbia, como el agua que ahora entrega, el gran esfuerzo de la gobernadora.

2.- HOMENAJE: Agradezco la invitación de Ricardo Acedo Samaniego, secretario general del STIRTT, invitarme al homenaje que hará la organización obrera a Jorge Enríquez Valle y Romeo González Villasana, por sus 60 años como locutores, al anochecer de este jueves.

El propio líder nacional les agradecerá tanto tiempo cumpliendo con el auditorio radiofónico y haciendo crecer al sindicato, ejemplo que obliga a seguir el camino de la rectitud y trabajo constante. Mi abrazo y aprecio a ambos.

3.- UNIVERSITARIOS: Da gusto termine el papel de judío errante de la Universidad Tecnológica de Guaymas, nacida por iniciativa de los promotores de inversiones generadoras de empleo del grupo Off Shore, bien bateada por la autoridad estatal.

Años de esfuerzo hoy permiten inaugurar instalaciones que costaron sangre sudor y lágrimas pero allí están, y parafraseando a doña Claudia, la gobernadora de mano firme que tenemos, mejores que muchas escuelas privadas, donde se formarán los técnicos necesarios para apuntalar el futuro de Guaymas. Enhorabuena, señora Gobernadora, y el reconocimiento se extiende a Luis Felipe Seldner papá e hijo, y sus mosqueteros locales de la promoción, Armando Lee y Enrique Hudson.

Ni se diga a los apasionados responsables del plantel, Pedro Mar Hernández y su joven equipo perfectamente adaptado a la experiencia que atraen para alcanzar sus metas.