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+ A la vista otro resurgimiento económico; empresarios locales al margen de la inversión; Sara Valle tiene en la IP la solución al drama financiero; el “Pato“ advierte: las candidaturas son de quien las trabaja; PAN: el regreso que incomoda; Bien por la FGJE, pero falta labor de fondo

 

GUAYMAS, Son.- En medio de la confusión en marcha y desesperanza en muchos que esperaban gran cambio en poco tiempo, hay aliento en el panorama económico regional.

En corto lapso habrá aquí al menos 4 nuevos hoteles, además de franquicias comerciales que trae la incursión empresarial, me dicen, del político beltronista Fernando Heras.

Buena noticia para el turismo. La incomunicación aérea que padecemos es obstáculo y no se arregla porque, precisamente, faltan hoteles. Las hosterías por nacer –ya a la vista la de Eduardo Lemmenmeyer—, impulsarán la estancada gestión ante cualquier línea aérea.

Parece cercano otro resurgimiento cíclico de Guaymas, cuya economía tradicionalmente tambalea, en gran parte por el desinterés de empresarios locales en reinvertir los generosos resultados de su actividad por ejemplo en la pesca o la agricultura, donde volvió la bonanza.

El cambio ofrecido por el señor de la Cuarta Transformación podría darse, pero no de un día para otro; igual en Guaymas, donde leperadas continuas, rematadas con las tranzas de Otto Claussen, dieron la puntilla al Municipio. De pilón, le sucedió un alcalde quejumbroso que evadió formalizar acusaciones hoy cubiertas por el polvo de la complicidad.

Sara Valle tiene a la mano la estrategia para salir del hoyo, comenzando por alejar la grilla barata de sus ayudantes, de poca experiencia y capacidad no demostrada, como su tesorero, un dolor de cabeza a partir de la ilegalidad de su imposición; su secretaria, sin mano izquierda para dar rumbo a la política interna; y su comunicadora, enemiga de comunicadores. Ni se diga “sus” regidores, cuya entrega aleja la confianza en el Cabildo.

Qué decir de la obra pública, espina dorsal de toda administración. Planear mal daña imagen, y peor, las finanzas. Ejemplo: ¿Por qué tapan baches cuatro veces entre octubre y febrero, en un tramo de García López?

Respuesta de amigos del señor Víctor Marín, titular de Infraestructura Urbana: no sabe qué hacer.

Puntos buenos: que la ciudad se ilumine sin ladronadas como el contrato con empresa de dudosa imagen que nos hipotecó por décadas; que se limpie la ciudad pese al incumplimiento mañoso de la concesionaria PASA; la seguridad pública no tiene para cuando, aunque hay esperanza en la coordinación estatal y federal, mientras llega la prevención, única forma de atajar la delincuencia.

La perspectiva está en alentar la inversión privada. El oscuro camino dejado por trienios previos obliga a una transformación desde lo local y la alcaldesa puede hacerlo, dejando la riña callejera del Cabildo y sacudiéndose a quienes ven el trabajo municipal a través de un cheque quincenal, que siempre son problema; y a quienes no lograron ese cheque, que son problema más grande.

TIROS RAPIDOS:

1.- En la sede del PRI Guaymas, la oscuridad es compañera de la soledad, reflejo del ánimo en la militancia.

Su dirigente, Jimena Jaramillo, quiso irse cuando la dejaron de la mano los hermanos Claussen. Hoy le piden seguir y trabajar en el rescate. El problema, que cuando le vean tunas al nopal, la dinastía teutona intentará volver para repetir diabluras del trienio 2012-15.

Pero ven una luz al final del túnel –esperan que no sea una locomotora acercándose--, en el mensaje de Ernesto “El pato” de Lucas, dirigente estatal, que vía la Fundación Colosio anunció trabajo duro y como punta de lanza los regidores, Adriana Velderráin, Jesús Olmedo y, si lo dejan sus líos legales, el “verde” Daniel Cardozo. El “Pato” advirtió: candidaturas y chambas son de quien las trabaja, así que luego no reclamen.

Hoy, el control del PRI estaría a cargo del Consejo Político, la mayoría gente afín a los Claussen, Antonio Astiazarán y Edmundo Chávez. Los primeros deben soltar si el partido quiere de veras limpiar su imagen; el segundo se fue y aparecería como insignia panista rumbo a la gubernatura; el tercero es ancla y por gente así es que el expartidazo sobrevive.

2.- En el PAN, denuncian el regreso de los que se fueron al no lograr allá colocación. Eso molesta a algunos que se quedaron.

Al irse, nadie dijo nada y así iba a ser el regreso a un azul que como su líder, Santiago Samaniego, dormita al no haber ni para la renta, antes pagada con dinero autorizado por Lorenzo De Cima.

Mary Alcántar y Gaby Lachica encabezan el retorno, que de no darse, no habrá quién traiga votos. Les ven mal seguir al exdiputado local Manuel Villegas, el saltarín del PRI al PAN, luego hacia todos lados y finalmente le buscó con los priístas, donde tampoco cachó nada.

3.- El Gobierno Estatal no quiere problemas durante el Carnaval de Guaymas, principal fiesta del puerto cuyo atractivo sigue a la baja. Aún así la pachanga jala a miles y alterar el orden en una época de criminalidad desbocada significaría tragedia.

Por eso llega fuerza estatal y federal y allí andan, armados hasta los dientes junto a la mesa donde uno toma café o se alimenta, para nerviosismo de todos. Que todo salga bien.

De paso, así como Guaymas aplaudió el aclarar la muerte de una menor hace algunas semanas, así Sonora aplaude la captura anunciada por la fiscal del Estado Claudia Indira Contreras, de quienes atacaron a dos comunicadores capitalinos.

Pero la celebración es limitada. Falta resolver de fondo la tarea criminal en nuestra geografía, donde destaca Cajeme y la región Guaymas y Empalme.