El mensaje juarista de Gutiérrez Sánchez

+ “Las ideas son fundamentales en la política, sin ellas se puede ejercer el poder pero no cambiar la realidad”, afirma

HERMOSILLO, Son., 21 de Marzo de 2017.- El presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Gilberto Gutiérrez Sánchez, llenó de conceptos juaristas el discurso con el que quiso resaltar la obra del ejemplar mexicano nacido en Oaxaca un 21 de marzo de 1806, pero también las sólidas bases heredadas por el reformador para fortalecer el país que pasaba de 300 años de dominación a la emancipación camino a una Nación libre y viable.

Los conceptos que hablan de leyes y justicia, llenan frases que hace tiempo el PRI no utilizaba con tal vehemencia, por lo cual Muralsonorense.com le entrega sus lectores el discurso completo en este espacio:

“Muy buenos días.

La unidad nacional es una expresión en la que se suman la defensa de lo mexicano, la soberanía, la solidaridad,  la razón de lo justo,  y  la dignidad de nuestra historia.

No se puede invocar la Unidad Nacional sin que irrumpa en la memoria colectiva, fuerte y genuina, la figura del Presidente Juárez.

La historia de México no son páginas de un libro que sirva para suspirar por el pasado, sino el hilván de un tejido fuerte, que nos amarra al destino que juntos nos hemos propuesto como nación libre.

El Presidente Juárez nace en la Nueva España, y muere en la Nación Mexicana. Eso hace toda la diferencia, nació en un país dominado y murió en una nación libre.

Nación que se da a sí misma la libertad como un derecho y que exige a propios y a extraños ser reconocida con respeto y tratada como igual ante todos y por todos.

La más grande tarea de un político en México le tocó al Presidente Juárez y a su gobierno. Esa tarea fue la de la gran defensa del país, de su viabilidad, de su futuro.

Juárez y sus compañeros de lucha fueron liberales patriotas que reconocieron la historia que habrían de escribir juntos, unidos, para que hoy los recordemos con respeto y honor.

Juárez fue un Líder tallado con el carácter y la aportación de todos los que lo acompañaron, entre quienes lo mismo hubo hombres de estado que de ideas, cultos que  valientes, poetas que economistas, hombres de armas que diplomáticos, políticos populares que distinguidos académicos.

A cada uno el Presidente les reconoció su valía, y la Nación le reconoce a Juárez la inteligencia de mantenerlos juntos. Es ahí donde se concentra el valor del líder.

Lo importante para todos y para cada uno de ellos era la causa: una Nación libre y viable.

Juárez y su gobierno enfrentaron al ejército más poderoso del mundo en ese momento, la ilegal y abusiva invasión de Francia  puso en riesgo grave la viabilidad de una  muy joven nación.

Simultáneamente, Juárez sabía que México tenía una diversidad que no podía perderse, y que una vez que el invasor fuere derrotado, la política tenía que hacer su trabajo tomada de la mano de la ley.

Apoyado solo en la ley y la razón, Juárez convocó a la Unidad Nacional. Para proteger así el buen derecho de las siguientes generaciones a tener un país digno de vivirse y una economía estable en el viaje hacia el desarrollo.

La historia nos enseña, entonces y ahora, la importancia de reconocer los tiempos, con sus fortalezas y sus riesgos,  con sus agresiones y sus amenazas.  Quienes aspiren dirigir a la sociedad y a México tendrán un mejor desempeño si estudian y conocen la historia, si toman el ejemplo de Juárez, si se comprometen con las ideas libertarias y el amor por México. De ahí la importancia de que los jóvenes conozcan mejor a Benito Juárez y su lucha por la libertad y la aplicación de la ley.

Los partidos políticos tenemos el enorme compromiso y el deber inagotado de cultivar el civismo en las generaciones jóvenes. Por eso aquí le rendimos este homenaje a este Mexicano excepcional.

Esta sencilla ceremonia tiene el propósito de reconocer, desde el partido, la relevancia histórica del Presidente Juárez como patrimonio político de todos los mexicanos, no solo de los priistas.

Vivimos un momento importante para México. La economía y la política del mundo entero están hoy en día atentas a lo que sucede en las potencias más armadas del planeta. No son pocos quienes desde la academia o la práctica vaticinan un reordenamiento político mundial.

Al mismo tiempo, en la realidad nacional se presentan síntomas inequívocos de una nueva discusión por y para la reorientación de las prioridades públicas.

Por ello es trascendente que reconozcamos hoy en el Presidente Juárez al referente de la legalidad en México.

En momentos como los que vive el país, contar con la imagen y el ejemplo de Juárez es el gran estímulo para quienes creemos que la aplicación de la ley, es el mejor camino para una prosperidad estable y una armonía social que genere confianza entre el pueblo y sus instituciones.

Todos conocemos las consecuencias terribles de que la ley no se aplique, o lo que es peor, que la población llegue a pensar que se viola la ley y no pasa nada.

En Sonora, una Mujer valiente, pero también una abogada estudiosa y comprometida, nos ha devuelto la confianza: ¡sí se aplica la ley! ¡Y sí hay consecuencias para aquellos que desvían el camino y toman para sí lo que es del Pueblo!

Por eso desde el PRI reconocemos en Juárez al referente histórico de la legalidad en México. Y en Claudia Pavlovich, a quien en Sonora aplica la ley sin distingos de ninguna especie, honrando el deber que le dio el pueblo.

El Presidente Juárez es también un referente del poder igualador de la educación. Él como ningún mexicano encarna la superación que da la educación. Habiendo nacido indígena, se educó, estudió, se cultivó y llegó a ser Gobernador de su estado, Presidente de la Suprema Corte de Justicia, y muere siendo Presidente de México.

Sus compañeros de lucha lo vieron como el líder confiable en que se constituyó gracias a su educación y carácter. Es sin duda, el referente más digno del poder igualador y de movilidad social que da  la educación.

Es y debe ser el ejemplo de todos, de aquellos que tienen, y de quienes poco o nada tienen, para saber que es la educación lo que une los cimientos de la patria. Si la desigualdad nos pone en riesgo a todos, la educación que iguala, a todos nos salva.

Juárez es también referente de los cambios en México, es el gran Reformador.  Él y sus colaboradores presentaron al país un nuevo modelo, que surge no de una ocurrencia o la búsqueda de un aplauso, cuya naturaleza por sí es efímera, sino del estudio permanente, de la reflexión que proyecta la realidad al futuro, de la solidez de la ideología en que basaban sus convicciones y de la viabilidad calculada en el entorno mundial que vivían. No buscaron el aplauso a la ignorancia, ni el premio a la mediocridad con que otros pretendieron engañar al pueblo en medio de sus necesidades. Por el contrario Juárez y su gobierno sacrificaron todo para unir al país y dejarlo en el camino de la estabilidad y de la paz.

Sin más armas que la razón, las reformas planteadas por el Presidente Peña Nieto y su partido frente a las otras fuerzas políticas del país, nos dan hoy un México más habilitado para competencia y el desarrollo de la economía. Sus mejores efectos se verán en el futuro, como toda reforma de gran calado, no busca el aplauso del momento, sino la estabilidad en el viaje que nos lleve a un mejor destino, al del progreso y la mejor distribución de la carga y de los beneficios. En pocas palabras, a un país más digno y más justo.

El Presidente Juárez, con su gobierno austero por convicción, no solo por necesidad, es también referente de la honestidad republicana frente a la inmoralidad de quienes priorizaban en razón de conveniencias ajenas y no del interés  nacional.

El legado de sobriedad pública, que mucho ayudó en el decoro nacional, es hoy referente moderador del gasto público en cualquier nivel de gobierno.

Juárez administra una hacienda pública casi inexistente. Las deudas del país eran muy superiores a la imaginación de los mexicanos de esa época. Muchos interesados  pretendieron tomar ventajas que suponían la pérdida de la soberanía nacional frente a una comodidad crediticia. El patriotismo de Juárez  y los liberales, y la fortaleza de sus ideas,  impidieron caer en la tentación de claudicar en sus principios. Primero estuvo la dignidad del mexicano, la integridad del territorio, la soberanía y la independencia nacional, que la entrega sumisa a poderes fácticos que dominaron por siglos la conciencia nacional.

El Benemérito de las Américas es referente de legalidad, del poder igualador de la educación, de austeridad, y de dignidad. Por eso desde aquí, desde el PRI reconocemos en esos  valores la esencia del deber político al que todos estamos obligados en México.

Esa excepcional generación de mexicanos que hoy honramos en la figura de Juárez, nos enseña que las ideas son fundamentales en la política, y que sin ellas se puede ejercer el poder pero no cambiar la realidad.

Señoras y Señores:

Como nunca hoy el enunciado Juarista cobra vigencia y peso. Desde un estado fronterizo como Sonora lo decimos.

Que se oiga bien y que se entienda mejor: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.

Muchas gracias.