INSEGURIDAD Y LA CORTINA DE HUMO

La poca efectividad de nuestro sistema de Seguridad Pública Municipal para consignar y sancionar a la delincuencia juvenil ha generado un ambiente de impunidad, el cual ha llevado a que esta situación prospere en detrimento de la seguridad de los ciudadanos, pues tal impunidad atenta fundamentalmente contra el bienestar social de los miembros de esta comunidad.

No obstante, en Empalme, la interpretación estadística que le da a este importante aspecto la actual administración municipal, se basa en indicadores que señalan que nuestro municipio ocupa el honroso segundo lugar en materia de seguridad pública, es decir, que “estamos en la gloria” en relación al resto de municipios del Estado de Sonora.

Sin embargo, la realidad contrasta con esa estadística, en principio, porque el soporte de la base de datos que se maneja, se da en función del número de denuncias que se presentan ante el Ministerio Público del Fuero Común, espacio que como es bien sabido por los empalmenses, se dan todo tipo de arreglos económicos que evitan que se ejecuten las querellas correspondientes.

Aunado a esto, observamos que los partes que se generan en la Dirección de Seguridad Pública en relación a los hechos delictivos que se viven en el municipio, no son considerados dentro de esa estadística, y la mayor parte de los mismos corresponden a la delincuencia juvenil.

Ante esta situación cada vez más crítica, nos encontramos con la triste realidad de que la mayor parte del cuerpo de Seguridad Pública no está totalmente capacitado y equipado para el cumplimiento de sus funciones.

Incluso como consecuencia de los hechos de violencia suscitados en el Poblado Morelos, la Comisión Estatal de Derechos Humanos, en la recomendación número 19/2010, le solicita al gobierno municipal que instruya y capacite al personal de Seguridad Pública incluyendo al propio Director de dicha área, en aspectos como: Empleo de la fuerza y armas de fuego, conocimiento de la normatividad en materia de derechos humanos, sobre el manejo de las emociones y de la evaluación táctica del peligro, así como del equipamiento necesario para el cumplimiento de sus funciones, señalando frecuentemente en dicha recomendación evitar el uso de armas de fuego.

Un punto importante que se observa en la mencionada recomendación, se refiere a la implementación de un marco normativo donde se creen reglamentos y manuales de procedimientos de toda la función a desempeñar en materia de seguridad pública, aspectos que en la actualidad estamos en “pañales”, siendo ésta una de las grandes debilidades de la actual administración municipal.

Como prueba de esto, tenemos la falta de reformas al actual Reglamento del Bando de Policía y Gobierno de nuestro municipio, el cual, prácticamente nació obsoleto, pues en su contenido nunca contempló las modificaciones que en materia de delitos cometidos por adolescentes se realizaron al artículo 18 de la Constitución Federal en el año 2005, mismo año en que se generó tal reglamento aun vigente en el municipio.

Cabe mencionar, que existe una propuesta de reforma para el mismo que lleva en la “congeladora” de la Comisión de Reglamentación y Gobierno del municipio cerca del año; a pesar de que en el mismo Congreso del Estado de Sonora, ya existe un dictamen para el tratamiento de delitos cometidos por adolescentes; la falta de sensibilidad de la actual administración mantiene el mismo status quo en este sentido.

Debido a la falta de atención en este delicado tema, la autoridad local hace como que no ve y no escucha los constantes reclamos ciudadanos en este sentido, en el cual, la comunidad cuestiona que la labor del responsable de la dependencia de Seguridad Pública Municipal es y ha sido totalmente ineficiente, porque más allá de los indicadores que han presumido en forma mediática de tener el segundo lugar en este rubro, la realidad en nuestro municipio es completamente contrastante como ya se ha mencionado en este espacio.

Los hechos son las pruebas más contundentes: El constante robo de material de acero, cobre, etc.; los enfrentamientos con todo tipo de objetos desde los punzo cortantes hasta las “pedradas” entre bandas juveniles y de niños en cualquier parte de la ciudad -el desfile navideño y frente al propio alcalde es una muestra de ello-; el robo de chatarra de los trenes de carga a la vista de cualquier ciudadano y de cualquier autoridad; pero sobre todo los hechos violentos vividos en el valle de Empalme -Poblado Morelos y Maytorena-, donde el resultado ha sido teñido desafortunadamente de color rojo por las muertes de dos jóvenes, situaciones que han intentado las autoridades ocultar por la gravedad de tales acciones.

Curiosamente en ambos casos, la cortina de humo que han utilizado ha sido la ya tan llevada y traída construcción del puente del sector del Km 2, tratando de minimizar en los medios tales hechos de violencia y dándole prioridad mediática a esta obra que en sí, lleva mucho retraso desde su ya mega anunciada construcción durante el presente año.

Por todo lo anterior, urge que se realice a la brevedad posible la reforma del Reglamento del Bando de Policía y Gobierno, a la par que también urge se lleve a cabo una evaluación ciudadana del trabajo desempeñado por el actual titular de Seguridad Pública Municipal, acción que debe  desarrollar sin cortapisas de ninguna especie el Órgano de Control y Evaluación Gubernamental, aunque desde ahora vaticino que el resultado sería sin duda alguna, la reprobación automática por la labor desempeñada por el responsable de esa dependencia.

Finalmente cabría preguntar: ¿y el también ya famoso y supra mencionado Subsemun cuando se hará realidad?, ¿o será hasta el próximo año su aplicación levantando más suspicacias sobre el manejo del recurso? Cabe recordar que en la pasada reunión de cabildo, nunca se presentó el documento que especifica la manera cómo se aplicara dicho recurso, y a pesar de esto, los regidores miembros del partido en el poder, votaron a favor de su aplicación, o será que ¿a ellos si se les mostraría y a los regidores de oposición no? Dejo la pregunta en el aire.