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Sergio Valle Ramos

HERMOSILLO, Son.- Conocí a Sergio Valle Ramos en Guaymas por allá a principios de 1977 cuando él era, uno de los reporteros estrella del periódico “La Voz del Puerto” dirigido entonces por el recordado José G. Rodríguez.

Singular era su trabajo y singular también su profesionalismo. Con una gran capacidad para captar la noticia y con un muy ameno estilo de redacción se ganó pronto un espacio entre los mejores periodistas de Guaymas, actividad que combinó siempre con la música—donde en los grupos musicales donde participó, dominaba como pocos la batería—,y a través de reuniones frecuentes, debates y tertulias fuimos estrechando grandes amistades con el equipo de trabajo de la Voz y compañeros reporteros de otros periódicos como La Gaceta, El Diario, y los corresponsales de medios estatales siempre unidos, intercambiando notas y bromas en un ambiente donde siempre dominaba en Sergio Valle la alegría de vivir, un agudísimo sentido del humor, y una gran facilidad para la imitación de personajes del entorno político guaymense que en muy poco tiempo le dieron enorme fama y reconocimiento.

Célebres y recordados tiempos con el Zurdo Rodríguez, José Luis Bórquez, David Medina, Javier Millán, José G. Barrera, Memo Urías, Agustín Rodríguez, Miguel Escobar, Diego Mátus y muchos otros.

Eran muy frecuentes las tertulias con ellos, en lugares como el Café Colón en el mercado municipal, el Tonys, el Doris, El Pollito, en su tiempo lugares añorados como el Del Mar y El Paradise y el bar del Hotel Miramar, donde Sergio era el primero en poner ambiente, llamar la atención y provocar tumultos por su ingenio, creatividad y facilidad para hacer reír, una de sus muchas cualidades personales y profesionales.

Con frecuencia lo buscaba el recordado Tony Flores, en una ocasión nos presentó con Franky el vocalista de los Apson, en otra y acompañando a Jorge Enríquez Valle nos tocó la famosa entrevista que le hicieron juntos a Leo Dan, para que explicara el origen de sus composiciones.

En su calidad de reportero y de singular informador se dio a la tarea de entrevistar a cuanto personaje de talla estatal y nacional aterrizaba en Guaymas. Eso —cuando nos tocaba observarlo—lo disfrutábamos enormidades  casi siempre esos trabajos culminaban muy noche en algún restaurante o en la casa de algún amigo común como Alfonso Ayala.

Sergio combinó siempre y con mucha clase, su trabajo de reportero con el de maestro de ceremonias y de integrante de conjuntos musicales donde siempre le respetaron su jerarquía y talento.

Su paso por el servicio público fue fugaz y se desempeñó últimamente en trabajos de relaciones públicas en el gobierno de Otto Clausen.

Fue amigo de casi todos los presidentes municipales de Guaymas, desde el recordado Mocho Martínez hasta los actuales.

En los últimos tres años nos veíamos con relativa frecuencia y seguido comíamos en casa de algún amigo común, en algún restaurante o en la cafetería del Tecnológico que mucho le gustaba.

Nos acompañó con su conjunto musical en algunas celebraciones donde a sus 70 años demostraba que mantenía intacta su capacidad para tocar el instrumento musical que más le apasionaba: La batería.

Le gustaba mucho—el lo pedía—, le pusiera como fondo musical en sus visitas y charlas, a la orquesta de Paul Mauriat y con sus dos manos golpeaba el escritorio simulando acompañar al músico francés en la batería, con una precisión y un estilo que impresionaba.

Eso lo hizo todavía unas semanas antes de su muerte, donde ni por asomo le notamos que estuviera enfermo o padeciera de dolencia alguna.

Sergio Valle Ramos el legendario “Checo Valle”, se nos fue hoy a sus 72 años. Todavía muy joven con una vida plena e intensa y todavía con planes a futuro en lo personal y en lo profesional.

¿Que decirle, a Armida su compañera de tantos años y a sus tres hijos y nietos empezando por Sergio el mayor, para tratar de consolarlos de esta enorme ausencia?¿Que la muerte sigue siendo un gran misterio?¿Que en muchas ocasiones por inesperada no nos da la oportunidad de despedirnos como quisiéramos de los amigos y compañeros?¿Que se resignen a su ausencia? Es muy difícil en momentos como éstos, hallar la palabra adecuada o la expresión que pudiera actuar como bálsamo en el alma y el espíritu de su familia que hoy llora su partida.

Ante eso la solidaridad y el reconocimiento a quien en vida supo dar muestras de congruencia, respeto, amistad y solidez moral.

No nos pudimos despedir de nuestro querido amigo, porque nunca lo sentimos enfermo. Nunca una queja,Nunca un lamento.

En todo, hasta en la enfermedad, se imponía su gran sentido del humor y por eso—quizá— nunca dio muestras de que algo le aquejara.

Descanse en paz nuestro querido Compadre Sergio Valle Ramos.

Ya te empezamos a extrañar querido amigo…