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Las preguntas sobre Meade

HERMOSILO, Son.- De inmediato, después de su renuncia como secretario de Hacienda y ante el anuncio de que buscaría su registro como candidato del PRI a la Presidencia de la República, las andanadas opositoras sobre José Antonio Meade no se han hecho esperar.

Los ataques de sus adversarios no aportan nada nuevo. En cambio, las encuestas de intención de voto ya dieron un vuelco al ubicar a Meade en un segundo lugar —y a corta distancia— de Andrés Manuel López Obrador, de quien Jorge Alcocer en su colaboración del periódico Reforma dice: “El problema del tabasqueño es que transcurridos cinco años de su actual pre candidatura, sigue atorado en un 30 por ciento que le da ventaja en todas las encuestas, pero que no le alcanzará para alzarse con la victoria en julio del próximo año, salvo un cambio drástico y a la baja en las preferencias por los otros partidos”.

Ricardo Anaya, dirigente nacional del PAN, dijo que era “más de lo mismo” y que el país no quería otra vez al PRI. Jorge Castañeda acusa a Meade de “candidato de la complicidad”. Jaime Rodríguez, gobernador de Nuevo León, afirma que “se la ponían fácil”. Diego Fernández de Cevallos dice que la liturgia en el PRI solo era continuidad y nada nuevo, mientras que Alejandra Barrales del PRD solo acusa al sistema político de anquilosado.Andrés Manuel López Obrador lo califica de; “pelele y tecnócrata impulsado por políticos y empresarios que quieren saquear al país” a lo que el analista René Delgado en su columna semanal señala del tabasqueño: “Colmar de descalificaciones a José Antonio Meade no lo engrandece, lo achica. Ya tropezó una vez con esa piedra, y al parecer la está buscando de nuevo” (Reforma)

¿Sorpresa?

Desde que se eliminaron los candados de los estatutos en la pasada asamblea nacional del PRI de agosto, la figura de Meade empezó a tomar fuerza dentro de los mencionados en el PRI como prospectos para la candidatura. El tema tomó fuerza cuando se filtró que en el PRI quedaban solo 4 en la lista final: Meade, Narro, Osorio Chong y Aurelio Nuño. Ninguna sorpresa entonces.

¿Le faltaba militancia en el PRI?

Tuvo la honestidad de confesarlo —nunca falsificó credenciales—, pero también de aclarar que aún cuando fue funcionario público en los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón en una carrera en el servicio público que inició en gobiernos priistas en 1991, nunca se afilió al PAN —ni compitió por candidatura alguna por ese partido—, que sería lo único que pudiera haberle obstaculizado su llegada a la candidatura, según lo establecen los estatutos del PRI.

¿Exageran esos señalamientos?

Los han llevado al extremo de querer provocar (¿Que no había un solo priista con militancia para la candidatura?), como si el PRI no hubiera aprendido las lecciones de haberse cerrado por años a las candidaturas externas y haber enfrentado múltiples derrotas por aferrarse a prácticas rebasadas por la realidad (de 27 gubernaturas perdidas,16 con priistas  inconformes que emigraron a otros partidos), siendo que algunos de los otros partidos  ya había optado por esas prácticas, fijando incluso una cuota de candidaturas externas en cada proceso.

¿Marca un precedente?

En el PRI sí, por los debates que han precedido las reformas estatutarias en sus Asambleas Nacionales, porque en un mundo donde los partidos políticos se están abriendo a la ciudadanía, ante el descrédito y la grave crisis de legitimidad y representación que enfrentan, el PRI no podía permanecer cerrado a las expresiones de modernidad y cambio.

¿Como las candidaturas independientes?

Por primera vez en la historia reciente, en México tendremos candidaturas independientes—reconocidas en la Constitución y la ley electoral—, a la presidencia de la República

Meade, ¿funcionario público de carrera?

Cuatro veces secretario de Estado: Energía(2011) y Hacienda (2011-2012) Relaciones Exteriores(2012-2015), Desarrollo Social (2015-2016) y de nuevo Hacienda de 2016 al 27 de noviembre pasado.

También fue subsecretario de Hacienda en dos ocasiones, director del Banrural, de Financiera Rural y otros cargos en el ramo hacendario.

¿Sin carga negativa ni escándalos derivados de esos cargos?

Que se sepa, nunca ha estado en polémicas o en medio de acusaciones o señalamientos sobre su honorabilidad en el manejo de asuntos y recursos públicos que se le han encomendado, en los diferentes cargos públicos  que ha ocupado. Eso, a sus adversarios los agarró desarmados.

¿Renovación generacional en el PRI?

Así es. Meade, que nació el 27 de febrero de 1969 en el Distrito Federal, llega a la candidatura del PRI a los 48 años.

En esos 48 años, el PRI ha postulado candidatos nacidos en 1920 (López Portillo)1922(Echeverría),1934 (De la Madrid),1948 (Salinas),1950 (Colosio),1951(Zedillo),1942(Labastida),1952 (Madrazo) y 1966 (Peña Nieto). Otros candidatos como Cuauhtémoc Cárdenas, nacido en 1934, lo fue la primera vez a los 54 años, la segunda a los 60 y la tercera a los 66. Andrés Manuel López Obrador, nacido en 1953, fue candidato presidencial la primera vez en 2006 a los 53 años, la segunda en 2012 a los 59 y la tercera –seguramente– a los 65 años.Fox es de 1942 y Calderón de 1962.

Meade, ¿de familia priista?

Su padre Dionisio Alfredo Meade y García de León fue diputado federal por el PRI de 1997 al 2000.

¿Y los ataques sobre su falta de militancia partidista?

Son señalamientos que buscan influir en el estado de ánimo de los priístas sobre todo en el llamado voto duro. Si a esas fuésemos, por ejemplo, en las izquierdas los candidatos más fuertes en los últimos treinta años (1988-2018) han sido solo dos personajes, irónicamente provenientes de las filas del PRI: Cuauhtémoc Cárdenas, que fuera senador (1980) y posteriormente gobernador de Michoacán por el PRI (1986), y Andrés Manuel López Obrador, dirigente estatal del PRI en Tabasco en el gobierno de Enrique González Pedrero. No hay mayores elementos para tratar de deslegitimar una candidatura que ha sido bien recibida tanto por la militancia como por los externos, y que cumple con los requisitos estatutarios que señalan los documentos básicos del PRI.Dice Liébano Sáenz en su artículo del periódico Milenio:“El PRI se une con Meade porque percibe que con él se puede ganar una elección compleja en extremo por el ambiente de opinión y el humor social que le acompaña. El voto que habrá de prevalecer es el del cambio”.

¿Puede ganar José Antonio Meade?

Puede ganar por varias razones: Meade no tiene carga negativa ni nada oculto que le pudieran sacar sus adversarios en la campaña para golpearlo. Tiene imagen de honesto y congruente. Seguramente será el más preparado y con mayor conocimiento de los temas nacionales en los debates que se programen en la campaña.

En las dos encuestas del mismo día de su postulación aparece ya en segundo lugar de las preferencias, por debajo —y a muy corta distancia—, de Andrés Manuel López Obrador (29-23 GCE) y (34.7-22.5 SDPN). La del periódico Reforma fue hecha antes de que se conociera que Meade sería el candidato del PRI; en esa empata el segundo lugar con Anaya. Eso de entrada ha provocado un cambio por primera vez en las encuestas para ubicar al PRI en segundo lugar, ya con  rostro definido de su candidato, antes de que inicie la campaña. Los sondeos ya registran las divisiones en el PAN, donde se nota la diferencia marcada (en puntos) en las preferencias por Margarita Zavala y Ricardo Anaya.

¿Qué le queda a los adversarios de Meade?

Tratar de desacreditarlo. Buscarle cualquier cosa en su paso por la administración pública, buscar vincularlo con episodios criticables de los gobiernos a los que ha servido y volver a pintar escenarios difíciles contra el PRI. Lo que blinda a Meade es su expediente relativo a la corrupción y la impunidad. Limpio, y ya lo dijo él: “sin nada que esconder”.

¿Unidad en el PRI?

Así se ha visto. El PRI logró salir unido de la Asamblea Nacional de agosto, y ahora, en torno a la decisión sobre el candidato a la Presidencia. A diferencia de otras épocas, ni disidencia interna ni riesgo de fractura se advierten en el corto plazo, contrario a lo que se ve en el PAN, donde las disputas no parecen tener fin, en el PRD donde no se ponen de acuerdo sobre la candidatura del Frente, y en Morena por el raspón que les provocó el delegado Ricardo Monreal al protestar por su exclusión de la candidatura a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.

¿Y en los temas para el debate?

El Instituto Mexicano para la Competitividad señala los cinco principales desafíos para el próximo presidente de México: a)Continuidad de las reformas energética y educativa; b)Incentivar el empleo formal; c)sanear las ineficiencias del gobierno; d)Limitar el impacto adverso del presidente Donald Trump en la relación con México; y e)restablecer el estado de Derecho. Por sus propuestas, las izquierdas lucen avejentadas y sin un proyecto atractivo sobre las prioridades de México, pero capitalizan una parte importante del México anti-sistema que votará contra el PRI.

El PAN conserva parte de sus clientelas pero luce dividido y fracturado en algunos estados, y esas divisiones pueden agudizarse cuando se defina el candidato del Frente que podría no ser un panista. ¿Aguantarían?

Por lo pronto el PRI se reposiciona en los sondeos y José Antonio Meade va poco a poco sumando apoyos.

¿Entonces?

Las cosas se ponen interesantes en materia política. Nada para nadie todavía, y a esperar que el resto de los partidos terminen de ponerse de acuerdo. Por lo pronto y por lo que se ve…Al empezar diciembre, ya hay dos candidatos fuertes a la Presidencia de México.

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