Estas líneas...

Antes como antes...

GUAYMAS, Son.- Claudia Pavlovich ha vuelto a Cajeme y aumenta su atención para que las cosas descompuestas por los dueños de la soberbia del cercano pasado recobren sus cauces normales.

Los yaquis son los primeros en ser tomados en cuenta a través de sus principales líderes y no objetaron acompañarla, dialogar y abrir caminos al entendimiento que durante seis años fue cerrado por los oscuros fines que ya salen poco a poco a la luz.

Hasta el aguerrido luchador social Adalberto Rosas López refleja satisfacción porque “Claudia nos ha estado cumpliendo en todo lo que dijo”, aún poco, porque poco es el tiempo que la primera gobernadora que tiene Sonora lleva con el bastón de mando en sus manos.

Batalla Adalberto con Cronos, pues ya da pasos lentos. Su físico refleja males de esa lucha, no obstante lo cual, sigue en lo suyo, la lucha social. Es que el exalcalde cajemense y excandidato a la Presidencia de la República hace par de décadas por uno de esos partidos fugaces, fue, es, cabeza por la defensa del agua que Ciudad Obregón tiene como bandera y que divorció a esa plaza de la capital sonorense, hacia donde se va hoy gran parte del líquido en un `negoción´ que también pronto sabremos a ciencia cierta de quién es.

El agua, sépase o recuérdese, se vuelve herramienta política, objeto de poder y riqueza. Es cada vez más cara, por eso lo poco que queda de las mañosadas oficiales cada vez es menos para solucionar los problemas de abasto cual ocurre en este puerto, cuyos habitantes ya saben que “no hay” ni para obtenerla ni para distribuirla. Aunque haya.

 

Concluyendo, la gobernadora Pavlovich entendió que no puede gobernar divorciando una región de otra, formando un Sonora del norte y uno del sur. Ya basta, dijo, y subió las cosas al carril para que ahora sí, todos empujen parejo. Y parece que ha comenzado a funcionar su actuar conciliador, sensible y a la vez firme, porque de que hay carácter en ella, lo hay, lo saben quienes la conocen.

Bien por Sonora, por decidirse al cambio para virar hacia un futuro donde se distribuya mejor la riqueza y el desarrollo, camino perdido por la ineptitud y la enorme corrupción de ella derivada.

EXFUNCIONARIOS: CARCEL A LA VISTA

“No se puede ser tan cochi”, fue la expresión con la que el ex coordinador sonorense de Movimiento Ciudadano Marcos Ulloa cerró la charla frente al mar, en su vivienda de San Carlos, donde el aire fresco hace sentir la cercanía del tiempo frío que atrae a tanto residente temporal canadiense y estadounidense.

Se refería, como se refieren ahora muchos ciudadanos de Hermosillo (Alejandro López Caballero), Nogales (Ramón Guzmán), Guaymas (Otto Claussen), Empalme (Héctor Laguna) y un largo etcétera de depredadores de las finanzas públicas, al tema del exceso al que se llegó con el manejo del Estado en los últimos años.

Cierto. Ya se veía cuando estaban, pero los panistas son ahora exhibidos con los pelos de la burra en la mano y la nueva que se agrega a las muchas que hablan de sus pillerías, es el sobreprecio a los uniformes escolares. Unos 600 millones de pesos se robaron, dicen las cuentas, y el término ya a nadie sorprende. Robar fue cosa común en la exacerbada cleptomanía –contagiosísima, se vio—del gobierno padrecista y ahora, el correteadero de roedores podría ser abrumador.

Pero a algunos grupitos tricolor que intentan nadar en el transparente estanque de la pureza, alguien debe decirles que, como cito dos párrafos arriba, también hubo tricolores en el “remolino de la suerte” en el que las malas costumbres pervirtieron a los más.

Recuérdese aquel programa televisivo de concursos donde alguien entraba a un espacio donde un ventilador hacía volar billetes y los que pudiera tomar eran para él. Así fueron muchos de los alcaldes y sus favoritos cuando vieron lo que ocurría con el pobre estado.

Espero, todos esperamos, que la ley los ponga en su lugar. Parejo sea cual fuere el color. No hacerlo fomentará la impunidad, la cual nos vuelve cínicos y eso hace ver la decencia, la honradez, como un estorbo para gobernar.

De salida: Maloro Acosta subirá el costo del agua potable en Hermosillo 35%. En Guaymas y Empalme, CEA es dirigida por un priísta, pero el Ayuntamiento que debe aprobar el aumento es panista, así que aún siendo necesario, el alza no pasará.