Estas líneas...

Pesado puente 

 

No hablo por supuesto, del que dejó la pasada administración estatal en Hermosillo. Ni del puente Douglas, por donde pronto podrán doblar hacia el norte y desviarse del centro de Guaymas 2 mil camiones cargueros que desbaratan la calzada García López.  

 

No. Hablo del 15 y 16 de septiembre para celebrar las fiestas Patrias y como hace 200 años que comenzó el movimiento de Independencia según la manoseada historia --que ahora se vuelve a manosear impunemente por la televisión comercial para causa ídem--, decretar que el 17, como ya era viernes, hacerlo también feriado.

 

El resultado: que desde el 10 de septiembre tiramos los `fierros´ y dejamos todo para luego, un `luego´ que ayer todavía no llegaba. Lo indicaba el rostro de la gente.

 

Supongo que hoy volverá la normalidad, aunque en el puerto esa normalidad tiene qué ver con un problemón de recursos, pues el turismo no está bien desde hace años y la pesca está peor.

 

El sábado se fueron los camaroneros a buscar el crustáceo, pero ya no fue la fiesta de antaño. De los 400 barcos que hacían la flota, quedan unos 200 y al menos 50 allí están, en muelles, porque el horizonte económico no garantiza a sus dueños el éxito esperado.

 

Urge que los diseñadores de la economía piensen en el futuro como hacen por ejemplo, los maquiladores, cuya visión está cinco años adelante.

 

 

La soledad de ayer sin embargo, no dejó de significar problemas de tránsito por esa calzada que le comento al principio y por ejemplo, al tomar la Serdán desde ésta, al norte, ya se volvió costumbre el choque de autos por alcance, gracias a una imprevisión cuya culpa es de los responsable de Control Urbano, área siempre la mar de descuidada.

 

Pero en el café obligado, se charlaba de lo bien que salió la celebración en el puerto, con su zócalo lleno, unas 20 mil gentes vitoreando a sus héroes y mejor aún, con un saldo blanco envidiable. Excelente.

 

Hay quien dijo que no había nada qué celebrar, pero me gusta más la expresión del alcalde César Lizárraga al afirmar al final del desfile que “hay mucho, hay un país que debemos celebrar”, pero como las críticas son para quien lo gobierna, también tuvo una expresión digna de tomarse en cuenta:

 

“Felipe Calderón hace bien su trabajo y lo que más le critican, es lo que más debemos reconocerle; está enfrentando al narco con unos ´pantalonzotes´ así, mira, y no es justo que no le demos ese crédito”.

 

Bueno, allí está esa expresión para el análisis, como están las repetidas expresiones del gobernador Guillermo Padrés, quien vino a su informe el jueves por la tarde y fue reiterativo en el aprecio al joven don César y al apoyo que le dará.

 

Bien. Porque el apoyo son obras, muchas, incluidas la del agua potable que llegará vía desalinizadora en 2011, y la ciudad deportiva de 240 millones que estaría terminada en el trienio. Y el “Paseo del mar”, ruta que caminarán los turistas de cruceros --hoy un basurero, la verdad--, es un trabajo para lo cual dijo que “buscará algo” entre los programas de este año para terminarla.

 

Padrés también tuvo algo para su antecesor. Dijo que hay buen trabajo aquí, como lo hay también en todo el estado afirmando que en Sonora hay cosas nuevas –el Nuevo Sonora, le llama--, pues “el ejercicio del pasado no nos dejo nada bueno… fue un ejercicio en el que el gobernador estaba peleado con el presidente de la República, estaba peleado con los alcaldes… pero vienen tiempos mejores”.

 

Dedicatoria clara, como eso de la “reconstrucción” que utiliza César Lizárraga cuando habla de su labor, lo cual ha irritado a su antecesora interina Susana Corella, y quizá también a Antonio Astiazarán, pero el ahora aspirante a dirigir el PRI –la sucesión va para largo, ni lo duden-- es más reservado.

 

En fin, el puente terminó bien y a lo que sigue. Urge.

 

Falta criterio a la tecnología

 

En el retén “tecnificado” –así dice la contabilidad—que opera en Benjamín Hill, puede ser que los avances de la tecnología funcionen, pero tener dos horas o más revisando camiones de carga o pasaje, no significa avanzar y si mucho perjuicio a la economía.

 

 

Los jefes militares deberían dar uso al criterio cuando asignan personal armado a la revisión. Nuestros bravos `juanes´ a quienes soy el primero en reconocer por su arrojo y valentía en la actual guerra de México contra el narco, no tienen por qué ser expertos también en economía o relaciones públicas.