Estas líneas...

+ Sonora recuperó sus caminos; Riña tras riña y Guaymas pierde; Jimena, pese a todo, agrupa


GUAYMAS, Son.- No entendía por qué los responsables de la obra pública en Sonora hacían lo que hicieron hasta el último día del pasado sexenio.

Caminos y carreteras sufrieron tal descuido que dejaron de serlo, afectando a productores que sufrían para acudir a los mercados; trabajadores y estudiantes llegaban tarde, o no llegaban a labores; había accidentes con heridos y, más lamentable, muertos.

Descuido tal solo lo explica la soberbia de esos funcionarios cuyos nombres y “socios” están escritos con letras negras en el lado oscuro de la historia (el “Pala”, Enrique Torres, etc.).

Lo entendí después, cuando brotó la mugre del sexenio y se descubrió que el dinero público era para ellos, no para ver por la gente. Eran la clase política que invirtió por negocio, sin importar el daño a causar.

Lo mismo fue en otros rubros. Cuando los accidentes en esos caminos, innumerables fueron los heridos llevados a hospitales faltos de personal y sin medicinas. Cuántas muertes son responsabilidad del ex secretario de Salud que compraba condominios de 930 mil dólares en San Carlos, y de sus cómplices, entre ellos su hermano, “el artista de la familia”, a quien entregó el título de subsecretario y con el cual, entre otras cosas, este ungido tal, obligaba a los trabajadores a comprar su disco, por eso vendió –caro, por cierto—varios miles.

A la distancia veo que quien menos culpa tuvo en la muerte de aquel jornalero fuera del Hospital General de Guaymas, creo que de agotamiento y hambre, fue su director, el médico Alfredo Cervantes, quien tenía vedada toda exigencia a la titularidad estatal porque todo tenía respuesta negativa y la insistencia implicaba riesgo de despido. Recuerde, la obra de mejora hospitalaria anunciada desde el primer año no se terminó hasta llegar los nuevos tiempos.

Hoy, la buena nueva es, terminó el rescate carretero prometido por la señora Pavlovich. Recuerdo el anuncio de emociones encontradas que hizo, porque por un lado, la nueva responsable de los destinos de Sonora veía el desastre reflejado en el desanimo y daño sufrido por tantos sonorenses; y por otro, ya tenía mando para ver que el dinero de la gente tuviera mejor destino.

Ya Sonora tiene capacidad de movilidad segura, eficiente, de personas y productos y cada paso, debe resaltarse, exigió transparencia. Los constructores dan información y la hacen pública en el portal TuObra.mx, sobre licitación, costos, avances, y responden inquietudes.

Terminaron 67 obras del Programa Rescate Carretero lo cual requirió 2,670 millones de pesos para rehabilitar o reconstruir 1,799 kilómetros en Hermosillo, Cajeme, Noroeste, Valle de Guaymas, Río Sonora y la Sierra Alta y Baja.

En síntesis, es historia la falta de mantenimiento que averió severamente al 70% de las carreteras, pues de 5 mil kilómetros, 3 mil 600 tenían colapsada su infraestructura.

TIROS RÁPIDOS

1.- Riña tras riña, descuido tras descuido, el alcalde Lorenzo de Cima confirma, no será el mejor de la historia.

La última diferencia de la agenda, fue la discusión agria con el “dientes de sable” regidor de Movimiento Ciudadano, Marcos Ulloa, quien terminó con una “cruda” moral tremenda porque “el Lorenzo no trae nada en la bola”. Y no pudo hacerle entender que el tiempo se va y no se deja de niñerías.

El alcalde siente agresión si le exponen problemas de seguridad pública --docenas de ejecutados, balaceras, tienditas--, inexistentes servicios de limpia, deficiente alumbrado, robos a la orden del día y cuentas públicas depredadas.

Ni modo, dice desesperanzado, ya queda poco más de un año y “algo podríamos rescatar, pero no se deja ayudar”.

Preguntas que hago mías, a los H. Regidores: ¿Ya se dieron cuenta, sobre todo las cabezas de Comisión al interior del Cabildo, cómo trabaja la administración? ¿Resumieron su participación en opiniones sobre tal o cual programa, sugerir actividad, propuestas? ¿Están satisfechos de su productividad?

Recuerden: la gente ya sabe que ustedes deben aprobar o no lo que el Ayuntamiento promueva y alcance. Si resulta mal, ustedes lo avalaron. Digo, por aquello de que, como el alcalde, varios ya preparan inmerecidamente o no, su reelección.

2.- En Navojoa las rancheras no se cantan tan mal. El sábado un infeliz, víctima del veneno que el hampa disemina por el país, puso en jaque machete en mano a docena de policías, y estos exhibieron su incapacidad para controlarlo.

Me pregunto si se robarán el dinero de sus cursos de adiestramiento para defensa personal, compra de armas o equipo adecuado, etc. Como se estaría haciendo en Guaymas pues, donde no explica el contralor Fernando Ortega donde quedaron unos 7 millones perdidos en cuentas de Seguridad Pública, la que controla ¿o ya no? el secretario del Ayuntamiento Alan Jaramillo, pero no tanto como para haber impedido que el “Artillero” González, el tesorero despedido, pagara facturas falsas o clonadas.

Pero volviendo al tema Navojoa, pongan orden señores. Hermosillo ya dio la muestra, muy dura pero necesaria, cuando la Policía estatal repelió a dos macheteros que, siempre es lamentable, perdieron la vida. Rodolfo Montes de Oca Mena, fiscal sonorense, debió explicar el caso como debe ser, dando la cara, y deja claro: no habrá tolerancia contra quienes enfrenten a la ley.

3.- La tarea de Gilberto Gutiérrez Quiroz en el Estado se cumple, planchado todo el camino para dejar dirigencias fuertes con las cuales, está seguro el líder tricolor, se ganará la mayor parte de alcaldías y diputaciones en 2018.

Casi completa todo el sur. De viernes a domingo protestaron los presidentes y secretarios que llegan juntos respetando la paridad de género. En Guaymas así fue con Jimena Jaramillo y Ginés Valentín.

El delegado Álvaro Enciso proclama su “misión cumplida” y resta que la Comisión de Elecciones del Consejo Político le dé el documento formal a la dupla que promete mucho, sobre todo la maestra Jaramillo, quien en el Cabildo subió a la cresta de la ola al explicarle al alcalde Lorenzo de Cima cómo debería trabajar, aunque claro, tampoco a ella le entendió el munícipe y la trató mal, en una reacción misógina harto criticada, pero la dama se catapultó y mírenla.

El informe de Enciso incluye el trabajo discreto pero de resultados, cumplido por el presidente en funciones Rubén Contreras Herman, a quien quisieron subir al ring pero el joven que tiene mucha cuerda por delante, también regidor, aguantó con los pies en la tierra y llegó a puerto sano y salvo.

Eso sí, la “operación cicatriz” debe llegar. Algunos personajes volvieron a ser víctimas de las, llamémosle, “imperfecciones de la democracia”, al pedirles opinión y luego arrojarla al cesto de la basura. Deben apoyarla los mismos que convencieron –y no del todo-- a Alfonso Ayala, Bulmaro Pacheco, Susana Corella, Edmundo Chávez y demás asistentes al desayuno del cerrojazo en una residencia de Lomas de Cortés, donde se vio intenso Carlos “El cacho” Zaragoza, hombre fuerte en el nivel estatal en estos tiempos.

De salida, vino Rafael Moreno Valle –envié un tuit donde le puse Javier y así me fue con varios lectores— a dar una conferencia en el salón Náutica, donde César Lizárraga y los padrecistas hacían sus eventos, pero al acto panista no invitaron al dirigente panista Santiago Samaniego.

Eso sí, rodearon al visitante los inhabilitados Mónica Marín, Carlos Dueñas y varios de su equipo, buscadores de algo que los mantenga activos en política, donde les fue muy bien materialmente, valiéndoles gorro el cuestionamiento popular.

La conferencia del señor de los camotes –es de Puebla-- que busca entrar en la elección de 2018, se llamó "Gobiernos Humanistas, Cambio Responsable". Rafa es coordinador de la Comisión Política del Partido Acción Nacional en el país.

Y solo por si de algo le sirve, la fundación “Hacer el bien común” hizo la invitación impersonal, como la hicieron “Caro y Manuel”, la primera no sé quién es, y el segundo es el diputado Manuel Villegas quien, me dicen, apoyó con la renta de camiones para llenarle el sitio al ex gobernador poblano, aunque el representante por Guaymas ya no sea bien visto por el panismo sonorense, desde aquella vez que se ladeó hacia el priísmo en no sé qué conveniencia personal.