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Estas líneas...

+ David Palafox: ¿Le  responderá la Policía? + En Madrid, EL PAIS se ocupa de Sonora + Alianza de izquierdas en Guaymas para 2018


GUAYMAS, Son.- En los años 70, el vespertino local El Diario y el matutino La Gaceta, abordaban el escándalo de la agresión a la memoria de nuestros héroes, pues la delincuencia se había robado ¡un cañón!

Si. Una pieza de artillería del siglo XIX de las 3 que ornamentaban la estatua de José María Yáñez, el héroe defensor de la soberanía mexicana en Guaymas en 1854. Hasta 4 balas –esferas metálicas de varios kilos cada una— se fueron en el botín.

Se especuló sobre el destino de la pieza de artillería y sus proyectiles, una fundidora en Punta de Arena, frente a la zona industrial de Punta de Lastre, y hasta afirmaban que “completó varias propelas”. Decirlo era fácil, probarlo no.

Después, el busto de John F. Kennedy, el asesinado presidente estadounidense, desaparecía de la plaza frente al Panteón de San Fernando. La cauda de latrocinios siguió, pero la verdad, nunca tan cínica como hoy, cuando casi ninguna plaza pública conserva sus placas alusivas. La audacia de aquella época hoy es común. Hasta la del legendario paracorto y tercera base Alfredo “El yaqui” Ríos, colocada en la Unidad Deportiva, entró en esa grosera estadística apenas dos días después de su colocación.

Menciono lo anterior porque acaba de afinarse la ley para dar cárcel no solo a los ladrones de esas cosas, o señalamientos viales, tapaderas de alcantarillas y demás; también colarían responsables y dueños de chatarreras y casas de empeño.

Imagínese usted despojado de un bien que luego mire en el patio o escaparate de esos negocios. La ira y la impotencia lo enfermarán, pues la Policía o las oficinas ministeriales, no actúan. Eso, en el mejor de los casos, pues hay sitios donde la especulación ubica los agentes como parte de lo mismo.

Se acaba de dar el caso de un agente auxiliar asignado a la vigilancia de una escuela. El plantel sufrió un robo y a la investigación, el culpable resultó ¡el custodio!

Felicito al diputado David Palafox por las ganas que le pone a esa ley, y no quiero ser aguafiestas al preguntarle si pensó ya en lo fundamental de una ley, que es la capacidad de aplicarla.

En el pasado, el vendedor de chueco (artículos obtenidos ilícitamente) iba a prisión. Pero como todo se olvida, se crearon nuevas leyes para que el vendedor de chueco fuera a prisión y con él, el comprador. Hoy se repite la historia.

Queda la interrogante en el aire: ¿hay capacidad de aplicarla? Si no, joven David, lástima esfuerzo. Pugne por la adecuada respuesta de quienes están obligados a responderle a la sociedad en ese sentido, porque allí está la raíz de la impunidad con la que actúan ladrones –comúnmente, viciosos necesitados del satisfactor que les reduzca sufrimiento--, y sus patrocinadores, las recicladoras (chatarreras) y casas de empeño, pero esto no lo puedo afirmar, porque la carga de la prueba es exigible so pena de ir preso por dañar la reputación de los posibles afectados.

SONORA EN ESPAÑA

El diario EL PAIS consignó en sus páginas la decisión tomada por Sonora, de enfrentar a los “macheteros” pistola en mano.

Es orden de la Fiscalía sonorense advertir a los usuarios de esas armas, con las que amenazan y asaltan a los sonorenses cada vez más seguido y, si no hacen caso, les dispararán.

Ya lo han hecho y al menos se consignan cuatro muertos por no obedecer a los agentes. El cotidiano ibero cita también que la decisión es aceptada por los ciudadanos, al crecer la violencia que los hace víctimas.

Cierto, es duro ver el resultado de un actuar así de la autoridad. Pero el delincuente sabe el riesgo de serlo, el ciudadano no. Y son muchos los inocentes lesionados o asesinados por los que ahora, lo saben bien, serán reprimidos según actúen, por la gente del fiscal Odracir Espinoza. Para eso, y para cuidar a la gente, los está preparando.

TIROS RÁPIDOS

1.- El Delfinario Sonora se recuperó para los sonorenses con la llegada de 4 delfines.

Es el mismo, mejorado, que diseñó el sexenio de Eduardo Bours y que con una inversión de 70 millones de pesos daría espectáculos y terapias con delfines, complementado con serpentario, observatorio, jardín botánico, restaurante y tienda de curiosidades, entre otras cosas.

El propio Eduardo aceptó que se le fue el tiempo y no fueron 70 millones los gastados, sino 120, y solo para el delfinario. Lo que pasó solo ellos lo saben.

Durante el padrecismo, aparte de usarlo como piscina para ellos y sus cuates, los directivos del CEDES, sus amigos, los administradores del lugar, lo descuidaron de tal forma que se les murieron los delfines y al tiempo, lo cerraron.

Quedó la instalación a cargo del actual jefe de personal del Ayuntamiento, Alberto Albín, pues su director, Carlos González Nemer, se fue en diciembre de 2014 a Hermosillo, para dirigir una gasera de su recomendador, Roberto Dagnino, pero siguió cobrando su quincena de burócrata.

Ahora la cuestión es si la renovada Ley ambiental federal permitirá usar delfines como espectáculo y si no es el caso, de nada valdrá el enorme esfuerzo de la gobernadora Claudia Pavlovich para recuperar esta atractiva y útil instalación.

Parece que sí, porque son animales que ya estaban cautivos, pero la conciencia ecológica es fuerte y sólido el criterio sobre el sufrimiento de las especies. Debe definirse bien el tema para no llevarnos sorpresas.

2.- Eran aliados, ahora enemigos.

Trabajaron juntos en el PRI, siguieron juntos en aventuras políticas en colores distintos y hasta enfrentaron al poder electoral federal hasta ganarle en el papel, pero en la práctica hay que saber cuándo retirarse.

Hoy, Marcos Ulloa Cadena tiene un mes pidiendo la cabeza del secretario del Ayuntamiento Alán Jaramillo Pérez y casi la tenía, pero se atravesó la caprichosa actitud del alcalde panista Lorenzo De Cima Dworak y se frenó el guillotinazo.

Es que el alcalde no tolera que le pregunten cuándo correrá a sus funcionarios incumplidos, menos aún escuchar que debe correrlos, aún cuando se le demuestre que su actuar perjudica al pueblo y a su propia figura.

Se altera Marcos al hablar del tema, pero dice que lo hace porque no deben burlarse de los guaymenses y aporta datos del por qué. Pillerías pues, que para el alcalde, no existen. De Cima prefiere anunciar durante meses que su antecesor es la suma de todos los miedos del municipio y hace unos días, mandó a sus escuderos a denunciar tropelías que, si se fijara bien, no sustentó debidamente. Y peor, que pueden estar sucediendo en este momento.

Si corre a Jaramillo –por pillo confeso, bien señala una reportera local--, podría sucederlo David Kiamy, ex presidente Comité Municipal del PAN que difícilmente sabe escribir; o Santiago Samaniego, actual presidente de esas siglas, señalado de cobrar dos quincenas en Palacio a través de terceros; o Carlos Mexía, quien hoy da tumbos en esas asesorías legales de poco fruto para la comuna.

Más me sorprende que hablen de Francisco Bueno Ayup para el cargo, luego del escándalo que vivió en Durango y por el cual perdió la chamba de director de Finanzas de la Capital alacrana. O quizá por eso vendría.

Lo bueno es que ya se… no, no se van, les faltan todavía 15 meses.

3.- Una alianza de izquierdas en el puerto, es el paso sugerido por varios dirigentes locales que no ven cómo pueden ganar la elección de 2018 si caminan solos.

Hasta iniciativas para reunirse surgen y esta semana darán los primeros pasos, con un indicador sugerente de cómo está ese lado de la política: todos hablan de Morena.

Allí andarían desde Rodolfo Lizárraga (PT), hasta Porfirio Villa Brito del todavía no concretado PAS, y Heriberto Aguilar, de Morena, a quien parecen no considerar como base importante de las siglas, pues ya citan nombres de quién puede ser candidato a algo y él nunca aparece.

Se capta capacidad de convocatoria en el diputado local suplente Víctor Marín Martínez, hijo de don Demetrio y hermano de Mónica, la ex alcaldesa interina. El ingeniero y contratista saltó del PRD a la alianza con el PAN durante el pasado proceso y sería el abanderado por esa potencial alianza que, se insiste, daría pelea.