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Estas líneas...

+ Luminarias: el fantasma de César Lizárraga;  Jaramillo, la farsa; IMCA, un remedio contra la incultura

GUAYMAS, Son.- Una conversación en redes en el tema de los servicios que recibe la ciudad, es esta:

Guillermo, residente de San José de Guaymas: “calles en pésimo estado en La Salvación y ninguna lámpara del alumbrado público funciona, puras promesas del titular de Desarrollo Rural; la gente ya está harta de esta situación”.

Responde Laura: “Todo en tinieblas, pero el DAP (Derecho de Alumbrado Público) bien a gusto, lo cobran y a mi van dos recibos a $78 pesos”.

Luis se suma: “Ese (el DAP) no funciona para nadaaaaaa, pero que lindo cobra”.

Enrique va más allá y escribe: “Ya nos hemos aguantado más, otro poquito… 2018 se arreglará(n) todas esas fallas…”, aunque politiza el tema con su promoción a Morena… aceptada, hasta eso.

San José, como el violento sector de Las Golondrinas, el tradicional La Cantera y cuál no, tienen los mismos crecientes problemas.

¿Por qué le expongo a usted esto?

Es que toca el tema del alumbrado y desde hace una semana el fantasma de César Lizárraga y sus regidores ronda Palacio Municipal. A Lorenzo de Cima se le ocurrió hacer otro “negocio” igual que aquel del alcalde que (des)gobernó Guaymas entre 2009 y 2012.

Adquirió en arrendamiento puro dijo que 9 mil lámparas y lo que fue una tranza y traición vil (¿hay de otras?) a los guaymenses, un correligionario del propio alcalde de la época la califica así: “fue todo un caso… pero para no hacer más largo el cuento, César Lizárraga debería estar en el bote”.

Ahora, el “negocio”, “salvación de Guaymas” o como quiera llamarle, no es con Mifel, a la que en rigor se le deben 7 mil millones de pesos, aunque ya dijeron que se dan con 32 y puede quedar en 26, sino con otro consorcio controlado (también) por políticos del centro del país.

¿Y las lámparas dónde quedaron? Bueno, como decía aquel tétrico personaje de revista de los años 70 del siglo pasado, el “Monje Loco”: nadie sabe… nadie supo. Pero la deuda sí es real y debe pagarse con dinero de los guaymenses.

Sin descartar que pueda ser una buena propuesta, el tufo de la leperada surge por la actitud de funcionarios y algunos regidores. Se piensa en un agandalle porque en el contrato todo es color de rosa, pero en ninguna parte se recuerda que así se hizo el papeleo con Mifel y nada cumplió. Nadie hizo cumplir. Pero hubo la danza de millones saqueados a la comuna mientras estaban a oscuras en las calles guaymenses… y las cuentas de Tesorería.

Les aporto el resumen que un lector me envía:

Luminarias actuales        11,788

Luminarias a instalar      11,794

Monto de la inversión   105’927,061.17

Ahorro estimado             1’350,000.00

Ahorro estimado en Mantenimiento     140,000.00

Renta por 10 años (+ inflación anual)     1’200,000.00

“Se crearía un fideicomiso irrevocable con patrimonio del 100% de la recaudación del DAP para cubrir la renta y en primera instancia, la afectación a un porcentaje de los ingresos municipales para cubrir la parte proporcional si el DAP no alcance a cubrir el costo. En segunda instancia, afectación a participaciones federales como fuente alterna de pago”.

(Nota: Yo hago el subrayado y cursivas, porque en eso se debe pensar, no en lo inmediato. Y cuestiono: el DAP pagará a esa empresa, así que ¿se creará otro impuesto para pagar a la CFE?)

Sigue:

“Hoy el costo de energía del ayuntamiento es como sigue:

SITUACION ACTUAL:

Facturación Anual de CFE 2016    26´625,379.67

Facturación promedio 2016             2´218,781.64

DAP neto 2016                                 11´620,283.24

DAP mensual promedio                                     968,356.94

Pago promedio a CFE 2016               1´250,424.70

CASO ILUSTRATIVO

Facturación Promedio 2016             2´218,781.64

( - ) Ahorro estimado *                    1´350,000.00

Facturación actualizada                                       868,781.64

( - ) DAP mensual promedio                968,356.94

Saldo o Superávit            -                        99,575.30

* Dato ofrecido por EFFICIENCY MATTERS

Los demás datos son extracto de un reporte de  tesorería del Ayuntamiento”.

Hasta aquí.

Pero la duda no son los números, sino ¿Quién custodia a los custodios?

Soterradamente se habla de cabildeos para que los regidores levanten el dedo aprobatorio y recibirían estímulos a cambio. Corrupción pues. Si no es cierto, la gente piensa que sí. Ese es el grado de confianza que se tiene en las autoridades.

La fracción priista en el Cabildo sentenció que atajará la propuesta. Los panistas están divididos y nunca hay oposición férrea en partidos satélites. A ver si ahora, si debe ser el caso. Porque la empresa ya dijo que las cifras se han confundido y no tarda en hacer aclaraciones a un pueblo que está de “mírame y no me tientes”, porque “la burra no era arisca…”.

Y lo que queremos es pronto poder decir a Guillermo, Laura, Luis y Enrique, que ahora sí, la corrupción que tiene hundidos a los municipios en el país por la voracidad de políticos que hurtan el dinero con “asesorías” y “cabildeos” a cambio de “moches”, se combate en Guaymas y pronto en San José, como en todo el Municipio, sus calles estarán iluminadas y mejorará el resto de los servicios.

LA FARSA JARAMILLO

Hace dos viernes escuché por tercera vez que ya se iba el secretario del Ayuntamiento Edgar Alán Jaramillo Pérez. Ahora sí, había presentado su renuncia a Lorenzo De cima quien lo presionó por ganón y lépero.

Creí solo eso último. Respecto a su renuncia, era la tercera especulación y hasta echaron a los perros a funcionarios hoy resentidos por haber caído en la ingenua trampa, como Carlos Cortez, un buen elemento que por eso no quiso ya a su lado el “Junior de Las Tinajas”; o la estadística del INEA, David Kiamy, el dos veces aviador municipal. Ah, y el pariente oficial Douglas Taylor, indiciado en los fraudes padrecistas según la Fiscalía de Odracir Espinosa.

Una llamada cuando comíamos en el Palominos del vado del rio, en Hermosillo, era para el cuestionamiento en voz de estimado amigo: “¿ya lo perdonaron?”. Luego, el “Wapp” con la foto del sórdido sujeto protestando cumplir obligaciones para conservar la historia municipal, con la responsabilidad que le da su cargo.

“Por supuesto que no”, dije yo a la interrogante del perdón.

Y proseguí: “en realidad Lorenzo le pidió la renuncia en diciembre, por un pleito relacionado con los `cañonazos´ a varios regidores, pero cuando se le vino el mundo encima, allí sí, lo perdonó… lo demás, es una farsa”.

Y así se ha comprobado. La farsa sigue y se monta en el teatro burlesque en el que está convertido Palacio Municipal, cuando –como casi siempre-- hay algo que ocultar. Pero ni ese polvo sucio o humo contaminante, logra mantener bajo llave las tropelías en marcha. El pueblo sabe todo, por lo que espera menos cinismo en los negocios con el dinero del pueblo.

ARIEL, BUEN PROGRAMA

El director del Instituto Municipal de Cultura y Arte, Ariel Noriega, anunció la nueva edición del Festival del Mar Bermejo, magnífica idea que fortalece y permite sobrevivir a la cultura ante el embate de tanto enemigo incrustado incluso en esas instancias.

Será del 11 al 13 de julio en distintos escenarios del Centro Histórico. Habrá muchos artistas locales y foráneos y me atrae ir a ver a María del Sol, quien nos brindará un concierto con el cual celebra sus 40 años deleitándonos con su gran voz.

Bien hecho, Ariel. Gracias por invitarnos.

De paso, aplaudo la decisión del alcalde de Cima de mejorar un poco la histórica y despedazada avenida Abelardo L. Rodríguez, entre las calles 20 a la 24. Dice que le va a seguir en otras vías de igual importancia y ojalá, porque eso urge.

Ah, también falta mantenimiento al adoquín que colocó “El bebo” Zataráin en 2005 alrededor del Mercado Municipal –inmueble que restauró otro alcalde priísta, Toño Astiazarán—, piezas que se han fracturado y desplazado por el continuo y caótico paso de los camiones del regidor panista y zar del transporte público de pasaje, el “Pin” González.

Y en Empalme, el PRI está por elegir nuevo presidente para emprender su proyecto 2018, que incluye rescatar la ruina en la que está convertida la sede física del tricolor.