Estas líneas...

+ Si no pueden, pidan ayuda; Fortaseg, un negocio de ¿quién?; Astiazarán, atractivo en cualquier boleta electoral; Conapesca contra armadores, o al revés


GUAYMAS, Son.- Asombrados aún por la balacera en el ex tranquilo San Carlos que dejó 2 muertos y 1 herido --y posible secuela de similar saldo más tarde--, vimos llegar más gasolina a la hoguera: terrible crimen contra joven mujer preñada en Guaymas Norte, área de cotidiana actividad delincuencial por el creciente tráfico de drogas.

A lo primero se le agrega el final de dos vidas –una dama embarazada, también— y otra lesionada; más lamentable aún; como decía un constructor y amigo, quien en su reflexión, cuestionaba la actitud los responsables de origen.

Me atrajo el término. Lo explica: la situación deriva del consumo de drogas, que es estimulado y se multiplica porque los niños cuando empiezan a ser jóvenes, ven en ese submundo un estado ideal de cosas, al no existir suficientes estímulos para encausarse hacia las buenas prácticas.

Un sujeto –dicen que dos, lo explicará pronto la Secretaría de Seguridad Pública de Adolfo García Morales, o la Fiscalía de Rodolfo Montes de Oca—entra a una vivienda, intoxicado por drogas, y da vuelo a las interpretaciones de su enfermiza condición, con un resultado salvaje sobre una joven de 25 años, profesional recién egresada, apreciada, con futuro, quien no tuvo en su propia casa la seguridad, prevención, el ambiente para comenzar a formar una familia.

Culpo, sí, a los responsables oficiales de la seguridad pública, los que ganan dinero de impuestos que pagamos los ciudadanos, para hacer ese trabajo. Pero me que quedo corto.

Debo ir más atrás, como decía mi amigo el constructor. Debo decirle a cada madre de familia que no descuide a sus hijos, sobre todo a las que por hacer vida social les dan todo –tableta, “compu”, dinero, auto), a los menores para que no molesten afectando su agenda. La mujer obligada a salir de casa a ganarse el pan de cada día, quizá no tenga alternativa.

Obligarlas a salir a la calle es lo peor que hemos hecho en perjuicio de la mejoría social que en la teoría buscamos. El obligado descuido afecta, por supuesto.

Tras los hechos, el patético choque de colores políticos nos revela otro grave brete: la gente clama por seguridad, que en Guaymas está muy vulnerada. La prevención está en el suelo y si la investigación cumple y se logra atrapar a los malos, “palo dado ni dios lo quita”.

De nada servirá a Rosa María que su asesino, un infeliz cuya voluntad depende de estupefacientes, vaya a prisión. No imagino de qué será capaz el sujeto, ya confinado, por tener su necesaria dosis.

Sería mejor que sus familiares supieran que se hace justicia, pero también que se toman medidas preventivas para evitar esos horribles hechos.

Primero, que cuando se hable de falta de trabajo policiaco municipal, el alcalde lo acepte. Y si hace falta presencia y apoyo estatal, hace tiempo debería existir un documento exigiendo ese respaldo.

Pero no. El alcalde rechaza hablar de falta de trabajo, porque le quitarán recursos, que por otra parte, hace años se desconfía de su destino. Se los roban, es la impresión ciudadana.

El respaldo lo piden por su cuenta la dirigente priísta y regidora local, Jimena Jaramillo; igual hizo la diputada federal Susana Corella, reclamando presencia a la Gendarmería Nacional; también el diputado local Manuel Villegas. El odioso “troleo” pagado igual, con dinero de la gente, se les echó encima, pero los guaymenses víctimas del delito no olvidarán lo que ocurre por falta de esa prevención ni los nombres de quienes deberían proporcionarla, porque ningún compromiso de ninguna autoridad debiera estar por encima de los intereses ciudadanos.

Menos de una vida, pues ninguna, en lo absoluto, puede ser remplazada.

 

TIROS RAPIDOS

1.- ¿Y EL FORTASEG?

Desde que inició el trienio de Lorenzo de Cima Dworak se habla de corrupción y carencia de rumbo; su eterna queja es culpar por las fallas a alcaldes anteriores, aunque hayan pasado dos años de lo que sea.

La Seguridad Pública es lo más cuestionado, aún sobre la falta de alumbrado con el que sus funcionarios intentaron hacer negocio; las obras de mantenimiento de la ciudad, que se volvieron chiquilladas bien pagadas y de malos resultados (¿quién las hace?), etc.

Recordemos, hace año y medio, se habló de una leperada con 3 millones de pesos del Fortaseg, que debieron invertirse en uniformes y equipo para la Policía Municipal. Prevención, pues. Nunca llegaron. Facturas dudosas y presuntos estafadores libres, es el resultado.

De eso nos recordó la dirigente priísta Jimena Jaramillo al reprobar la falta de reacción del alcalde ante la violencia que en una semana nos mató a 7 personas, dos de ellas mujeres embarazadas, lo cual considera grave incremento en casos de violencia de género.

No ve programas o estrategias que se apliquen en lo local –por primera vez veo cuestionamientos al DIF Municipal—cuando afirma que “no ha habido un solo pronunciamiento del alcalde ni de su esposa”.

Y toca el punto del tema: fallas recurrentes en las decisiones y falta de certeza en el manejo de recursos destinados a fortalecer la prevención del delito.

Pero este mensaje a quien corresponda, no tiene desperdicio:

“A pesar de que ha sido una de las áreas que más se ha excedido en el presupuesto y que se han recibido millonarios recursos del programa federal FORTASEG, la corporación (Policía Municipal) exhibe síntomas de ruina financiera y ha llegado al grado de obligar a los policías a mantener las unidades (autos patrulla) en funcionamiento con recursos de su propio bolsillo”.

Si tiene razón la señora regidora, Guaymas vive una situación terrible: ¿De dónde saca el agente policíaco para mantener la patrulla que le asignan?

Alguien debería pedir apoyo para aclarar todo eso, en lugar de reñir porque la ciudad le reclama trabajo.


2.- ANTONIO ASTIAZARÁN es un político atractivo para cualquier boleta electoral.

A seguidores y a muchos sonorenses con quienes convive y ha representado les gustaría tenerlo de nuevo en alguna de esas responsabilidades. Más si alcanza, por las circunstancias que su formación política confirman, un cargo tan importante como es la Senaduría.

La busca por su partido, el PRI, aunque haya acercamientos externos sugiriéndole escuchar el canto de las sirenas, como sucede en otros casos con representantes populares tricolor.

Qué resultará, lo sabremos hasta 2018. Hoy sabemos que el tricolor ya evalúa a quienes traen los mejores números y escogerá en consecuencia. Astiazarán traen buenos números y resta que, a juicio del PRI, le alcancen.


3.- CAMARÓN: La temporada camaronera, una fiesta en el pasado, ahora se anuncia con más pena que gloria. La pesca en general ha sido minimizada por el régimen pese a que le da de comer a miles de familias en nuestros litorales.

Para anunciar la conclusión de la veda al crustáceo charlaron días enteros representantes oficiales y productores. La reunión final comenzó a la 1 de la tarde y terminó 12 horas después, en no muy buenos términos.

El comisionado Nacional de Acuacultura y Pesca, Mario Aguilar Sánchez, tuvo que dar el manotazo al escritorio para decir que así sería: la veda terminará el 8 de septiembre para ribereños, y el 16 para pescadores de alta mar.

Los armadores pedían comenzar en octubre, pero les dijeron que los ribereños no aguantan la ruina. Ni arribazones de peces ni fondos especiales hay para ayudarles a superar la dura crisis.

Así que, sí, hay pelea en el ejido entre “barqueros” y Mario Aguilar, pese a sus 23 reuniones con dirigentes para informarles de estudios científicos y resultados.

Pero la riña viene de antes, por la queja sobre la pulverización a causa de la inflación y “variables” económicas, del subsidio que otorga la Secretaría de Hacienda al diesel, que sigue siendo de dos pesos por litro desde 2010. El diesel, recuerde, supera el 50% de los gastos de producción.

Mea culpa, pensarán los armadores, pues exigieron pesos, no porcentajes, y la Federación les jugó rudo, a partir de que el subsidio es al precio, no a los impuestos. Si usted lo nota, el precio es en su mayor parte, un cóctel de impuestos. Ni cómo ganar.