La primera impresión cuenta... y contó

+ Sylvana toca el tema toral: agua y saneamiento; dijo que devolverá la confianza a los guaymenses; “El Maloro” dice que no deben repetirse los problemas vividos por Guaymas ni gobiernos que no respondan a la gente


GUAYMAS, Son.- La cita de las 17 horas –16:45, para comenzar a tiempo, aseguraban auxiliares de la organización--, no logró el objetivo; comenzaron alrededor de las 18 horas.

Poca gente. Es que la invitación era para consejeros que tomarán parte en la asamblea electiva; no hubo agua o sillas, porque es gasto y está prohibido gastar, ilustraba el dirigente local del Partido Verde, Daniel Cardoso.

Jimena Jaramillo nerviosa. Le tocó responsabilizarse del evento que soltaron los organizadores estatales. De pronto, nuestro conocido Gregorio Ayala Santiago que hoy triunfa en Hermosillo, con su voz fuerte y varonil anuncia a los personajes.

Sylvana Beltrones al frente, como debe ser. Manuel Ignacio “El maloro” Acosta detrás, también como debe ser. Los tiempos explican el por qué.

Se coreó el “¡Sylvana! ¡Maloro” y eso hizo recordar a los mayores, que en ese mismo lugar, en 1988, dos aspirantes al Senado también realizaron su acto proselitista tricolor, ofreciendo soluciones donde la principal era la de traer agua. Como hoy.

Eran Luis Donaldo Colosio y Manlio Fabio Beltrones aquella fórmula. Ahora es la hija del segundo. Quizá vinieran los dos descendientes –Luis Donaldo hijo, que nunca quiso ser priísta, y Sylvana, quien destaca en el tricolor y podría enfilarse a la gubernatura sonorense en 2021— si la tragedia no se hubiese atravesado en Lomas Taurinas.

Sylvana habló de potenciales y buscar los recursos necesarios para los programas federales con el fin de que Guaymas conserve su identidad de forma digna. Lo hizo “desde este recinto tan emblemático para los priistas”.

Recuérdese, no solo estaba en el mismo sitio donde se padre ofreció soluciones –y cumplió, confirma la historia--, sino donde nació en el siglo XIX el forjador de las instituciones nacionales y fundador del PRI, Plutarco Elías Calles. De ahí lo doblemente emblemático.

Y remató: “No dejaremos en el abandono a esta histórica ciudad”. Habló de devolver la seguridad al puerto, “porque el orden y la paz de la gente son la primera obligación del gobierno”; convencida, dijo que “los priistas no tolerarán pretextos ni simulaciones”.

Dijo más cosas como acabar con la corrupción en todas sus formas y ver por la rendición de cuentas, pero alguien le ilustró sobre prioridades y lo dijo: el primer contacto de un gobierno con su gente son los servicios municipales, “ya que si estos no funcionan, no se puede gobernar con legitimidad ni resolver servicios básicos como la recolección de basura”.

Destacó la intensa gestión actual para que Guaymas tenga agua suficiente y “una mejor red hidráulica. Tenemos que garantizar el agua y un buen drenaje”.

Cierto. Sylvana sabe los problemas mil de Guaymas. Pero el punto toral, es agua y saneamiento. Falta agua, quizá porque se tiran unos 350 litros por segundo en el camino del acueducto Río Yaqui –abastecido por una batería de 11 pozos perforados en la margen izquierda del Río Yaqui, que ahora son 7 u 8—hacia Guaymas, y luego la obsoleta red citadina, unos 300 kilómetros de tubería de la cual ya no sirven la mitad.

Imagínese usted qué pasa con tanta agua desperdiciada o desaparecida en los campos de la ruta acueducto –120 kilómetros-- o en el subsuelo de la ciudad, y luego el drenaje colapsado regando todos los sectores del puerto. Qué problema para el sector Salud.

Ese es el punto.

En cuanto a “Maloro”, se pronunció por un nuevo federalismo, algo muy importante pero poco entendido.

Es decir, diseñar el país de abajo hacia arriba, desde los cimientos, que son las comunidades. Mira más allá del 1 de julio.

Habló de su experiencia como alcalde de Hermosillo. Tiene licencia acuérdese, pero como que no aplaudieron mucho al exponer que encontró a su llegada “la adversidad en todos los sentidos, la falta de recursos para responderle a la gente”.

Gano el aplauso, sí, cuando acusó que “no podemos pretender construir una casa del techo hacia el piso y así es como lo ven allá en el centro del país".

El y Sylvana, prometió, van a luchar por ese nuevo federalismo, para eso quieren ser quienes vayan y peleen por mejores condiciones, "ni más, ni menos de lo que te mereces, de lo que merecemos los sonorenses".

Por supuesto, luego de obtener el voto de la realeza priísta para hacerse candidatos, y en julio, ganar la elección constitucional.

Refirió que lo que ha vivido Guaymas “y tantos municipios en los últimos años no se debe repetir, ni la falta de recursos, ni gobiernos que no respondan a la gente”.

Y esto no tiene desperdicio:

Se debe garantizar que se decida correctamente sobre los recursos públicos "para que estos no se  queden en los bolsillos de unos cuantos cuando deberían estar en las colonias".

Ese fue el evento priísta que pone en marcha la gran rueda electoral. Un evento representativo. La presidenta del Comité Municipal invitó en algunos casos muy tarde, en otros no, pero con militantes sentidos y todo, allí anduvieron personajes como el empresario pesquero e inmobiliario Julio Luebbert Mazón, y el ejemplar productor rural Marco Antonio Llano Zaragoza.

Cabezas de sector, liderazgos y viera usted la de abrazos y fotos de Otto Claussen Iberri. Casi fundía el “aplausómetro”. Por algo los dueños del partido siguen considerándolo para volver a hacerlo candidato. Por algo.