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+ Navojoa evidencia a la coordinadora del Transporte; IMSS: solo 8 meses para hacer los hospitales; las mentiras del “Bebo”; el “Potrillo” confirma invasión a Morena; Violencia ahora en Hermosillo

 

GUAYMAS, Son.- Se supone que le fue muy bien al gobernador Alfonso Durazo en su gira finsemanera por Navojoa.

Resaltó el entusiasmo por las numerosas acciones sociales completadas, pero dos acontecimientos sumados tendrán efectos en el corto plazo.

Primero, los transportistas reprochando la incumplida solución a sus problemas más de un año después, culpando a Lirio del castillo, coordinadora estatal del Transporte, de engañarlo con “otros datos” al hablarle de mejoría.

Otra, el análisis del proyecto del nuevo hospital del IMSS, que hasta “Comité Ciudadano de Seguimiento y Testimonio Social” tiene, pero ni así se acelera el paso para materializar la obra federal que Durazo impulsa con la esperanza de verla iniciar “en julio próximo”, pues ya tiene gran retraso.

Primero lo del IMSS: el anuncio inicial lo hizo el 5 de septiembre de 2019 el director general, Zoé Robledo, en el Plan de Infraestructura Hospitalaria para Sonora, de “más de 4 mil millones para la construcción de 6 hospitales”. En 2023 se alcanzaría la meta de 1,789 camas, una por cada mil derechohabientes.

Habría hospitales nuevos en Hermosillo, San Luis Río Colorado, Cajeme, Guaymas, Navojoa y Puerto Peñasco, para que en un estado “con una gran derechohabiencia (51% de la población), de la mayor importancia para el régimen ordinario del Seguro Social, esté el Seguro dando una atención médica acorde a las exigencias y a los derechos que tienen nuestros derechohabientes”, que serían 1 millón 641 mil en 2024, debidamente cubiertos. No lo están.

Lo saben el maestro Zoé, el secretario de Infraestructura y Desarrollo Urbano del claudillismo, Ricardo Martínez Terrazas y su colega de Salud, Enrique Clausen Iberri; también el entonces delegado del IMSS, hoy contralor estatal Guillermo Noriega. También quienes hoy empujan, a contracorriente, la inversión.

Lo que se oculta a la derechohabiencia es lo que pasa desde entonces, que no hay obra alguna.

En Guaymas, los obstáculos han sido mil y apenas dos semanas atrás, el Cabildo debió corregir un acuerdo de donación de suelo porque el acordado hace un año no se adaptaba al cambio realizado por el IMSS, que redujo el proyecto a un hospital con 120 camas, no 140.

Si el nuevo acuerdo del Cabildo guaymense lleva una coma mal puesta, cuidado. Deberán programar otra sesión y otro acuerdo que revisarán mil oficinas burocráticas, y así de nuevo.

Quizá lo peor no sea eso. Recuerde, el presidente López obrador no quiere obra sin terminar en su sexenio, así que todo proyecto debe entregarse el último día de 2023. En 8 meses debe iniciarse y terminase la obra, pero materialmente es imposible.

Si hablamos de Lirio del Castillo y sus mil problemas para estar en el cargo, sería comentar que esta semana el gobernador la despide y listo, corrige la historia con los transportistas sonorenses.

Pero el tema de los hospitales del IMSS es más complicado. Es un juego perverso del maestro Zoé y su gente para estirar la cuerda. Mientras, la institución sigue sumando derechohabiencia con la misma infraestructura, personal y servicios de décadas atrás.

A PROPOSITO DE MENTIRAS

El 15 de marzo pasado, en convocatoria oculta e inversión saltando de 17 a 24 millones en un proyecto que ningún constructor guaymense conoce, el “Bebo” Zataráin, coordinador del Consejo Estatal para la Concertación de la obra Pública, ordenó arrancar el recarpeteo del bulevar Luis Encinas.

No era el momento, pero impuso su caprichito y unos días después le reventó el colector del drenaje que los constructores locales le dijeron, estaba por colapsar.

El pavimento solo se tendió hasta donde él vive, en Villa de Miramar. No se sorprenda, Zataráin “regala” obras a quienes cree, pueden ayudarle a ser candidato a algo. No por el PRI, partido al que su corazón pertenece, sino por Morena, hacia donde saltó traicionando sus “sólidos” principios con los que 3 años antes rechazó la oferta de otro partido de ser candidato a alcalde porque, decían los números, ganaba de calle. Pero eso es otra historia.

Hoy el polvo y el drenaje enferman a todo mundo en la colonia Miramar y alrededores. El miércoles salió con la ocurrencia de anunciar que el gobernador había ordenado iniciar la obra el jueves. Sí, la que él inició con sus cuates un mes atrás. Intenta verle la cara a la gente y dice a sus cercanos que en el resto del estado no se sabe ni interesa lo que pasa aquí, por eso le creerán.

Qué bueno. Eso hará que le busque por otra parte del Estado. Aquí se está exigiendo obra útil, bien terminada, porque para leperadas ya hubo bastantes en gobiernos previos, por eso el lamentable estado que encontraron los nuevos mandos.

Ojalá el gobernador Durazo se interese en ver qué pasa y ordene poner orden.

INVASION A MORENA

Ahora es Miguel Pompa, “El potrillo”, quien reaparece. Lo hace en el morenismo esperando confirmar la impunidad con la que actuó como secretario de Gobierno en el claudillismo.

“El potrillo” recibió una Notaría como premio a su labor y se esfumó, hasta reaparecer en Baja California Sur promoviendo al secretario de Gobernación Adán Augusto López, quien aspira suceder a AMLO.

Cuando todos esperaban ver invalidada su Notaría y su nombre integrado a un expediente de doña Claudia Indira, da esta muestra de impunidad. Sabe que Rogelio Díaz Brown tendrá que expulsarlo del PRI, pero también el tricolor ya vio pasar sus mejores tiempos y no le importará mucho.

¿AHORA EN HERMOSILLO?

En la capital sonorense, la madrugada dominical cenaban dos parejas en lujoso restaurante de la zona hotelera frente a la colonia Pitic, pero llegaron 3 vehículos con sujetos armados y los “levantaron”.

Liberaron a dos damas, pero no aparecen los dos masculinos. Hace varias semanas la capital ha dado manifestaciones de violencia. Ojalá la autoridad ponga un alto, para no padecer los efectos que la violencia ha provocado en otros puntos de la entidad.