El sismo hace ver otro país

+ Divulga el New York Times efectos y diferencia de respaldos


CD. DE MÉXICO, 23 de septiembre de 2017.-  El sismo de magnitud 7,1 el pasado martes, sacudió el centro de México y partió en dos la vida cotidiana del país.

El diario neoyorquino New York Times divulga este sábado cómo ese día se recordaba el terremoto de 1985, el más mortífero de su historia y de pronto, el nuevo sacudimiento creó un nuevo escenario de terror y destrucción.

“Nadie se detuvo a pensar en coincidencias trágicas: en Ciudad de México, la región más afectada por el sismo junto con el estado de Morelos, la gente se volcó masivamente a las calles para ofrecer sus brazos y ayudar a los más perjudicados”, menciona, junto con las cifras de muertos, cientos, edificios colapsados y miles de personas que no pudieron regresar a sus casas.

Y resalta el detalle que ahora caracteriza a la respuesta dada a la adversidad: “nadie estaba solo: el trabajo febril de los voluntarios y los rescatistas se volvió un conjuro contra el miedo y la desesperación”.

Enseguida, The New York Times menciona que su equipo se dedicó a informar lo que ocurría, para poder mostrar a sus lectores la realidad de “un país entrenado en la angustia pero también en el orgullo colectivo frente a la tragedia”.

Incluso, acepta la suspensión de tarea del Boletín que el medio envía cotidianamente, para hacer esa labor y que este volverá a sus ediciones habituales del martes, miércoles y viernes.

También, aborda otra cara de los sismos, exponiendo el ejemplo de lo ocurrido en Jojuta, Morelos, tras el sismo que sumió en problemas a gran parte de la entidad, pero principalmente a este municipio donde había causado al menos 28 muertos, de los 273 que reportaba el país como efecto tráfico.

Durante los años anteriores, cuando los temblores han sacudido a Ciudad de México y otras partes del país, los residentes de Jojutla superaron lo peor con pocos daños. Esta vez, recibieron más.

“Por primera vez en la historia fue aquí”, dijo Efraín Castro, subsecretario de gobierno, y citaba que “Jojutla ya no es lo mismo”.

DESIGUAL AYUDA

Ya llegó ayuda “pero no estaban ni cerca de tener suficiente” y “No estamos preparados para enfrentar una catástrofe de estas dimensiones”, agregó.

Un detalle resaltado por el artículo del NYT menciona que Ciudad de México está llena de recursos, al grado que algunos voluntarios y donaciones ya no han sido aceptados en algunos lugares, pero a dos horas de distancia, Jojutla es un ejemplo de escasez. un reflejo de la disparidad entre la capital del país y las áreas más rurales.

Familias enteras acampan afuera y más de 800 personas están en los albergues. Trabajadores han comenzado el proceso de evaluar daños a edificios. Algunas familias podrán regresar a sus hogares, pero otros no podrán volver a entrar ni siquiera para recoger algunas fotos de sus seres queridos.