Sin combatir la corrupción, no habrá desarrollo: Carstens

CD. DE MÉXICO, 6 de Octubre de 2017.- "Hace 25 años hubo una demanda social de que había que acabar con la inflación porque era un impuesto lacerante; hora, el reclamo de la sociedad es sobre estado de derecho, certidumbre jurídica y no corrupción”, aseguró el gobernador del Banco de México, Agustín Cartens.

"Ese es el tema que nos falta llevar acabo para cerrar el círculo y realmente tener un desempeño económico mucho mejor. Es indiscutible que estos tres temas que acabo de mencionar siguen incidiendo sobre el crecimiento y desarrollo del País", afirmó el funcionario mexicano.

Información del Instituto Mexicano para la Competitividad señala que el costo económico de la corrupción en México representó 9 por ciento del PIB en 2015. El Gobernador de Banxico señaló que el mejor escenario para México sería mantener el Tratado de Libre Comercio pero que resulta difícil pronosticar si se concretará, sin embargo, señaló que México ya ganó con el TLC.

“Desde mi punto de vista, lo que nos deja el TLC: Nos dio la confianza de poder competir en el mundo”, aseguró, y agregó que México era un país muy reticente a la competencia. México era un país que su empresariado buscaba la protección del Gobierno, donde se ponía mucho peso en el actuar del Gobierno, de tal manera que llegó un punto en que esa presión nos dobló.

"Ahora", agregó, "tenemos un empresariado mucho más pujante, tenemos una economía mucho más completa, con mejores costos de producción. Si seguimos con las reformas estructurales, eso va a mejorar".

Sobre la contingencia generada por los sismos, Carstens reiteró que el Gobierno federal cuenta con los recursos necesarios para hacer frente a los daños y que el reto será la distribución correcta de esta ayuda.

"El problema no va a ser la disponibilidad de recursos, el tema, yo creo que es un tema muy importante, es cómo se va ejecutar eso y cómo se va a llevar la ayuda oportuna a la sociedad", explicó.

Carstens dejará el Banco de México en diciembre, para dirigir el Banco de Pagos Internacionales, con sede en Suiza, y asegura que su mayor legado es haber fortalecido al Banco como institución, aunque le habría gustado que la fotografía final fuera distinta en términos de inflación, pero "nos ha tocado un mar picado", dijo.