Televisa, un final que no es de Telenovela

+ El problema: Emilio Ascárraga apostó al “guión Peña”, y “la casa pierde”

 

CD. DE MÉXICO, 27 de Octubre de 2017.- Televisa no pudo poner en su historia el final feliz de sus telenovelas.

El abuelo Azcárraga enseñó bien, pero el nieto parece no haber entendido la escuela y ahora en los medios financieros se habla de cómo se le deshizo en las manos la empresa.

Cercano al medio siglo de vida, Emilio Ascárraga Jean haría historias de amor a través de Televisa, que heredó en tercera generación, pero hace cinco años que la audiencia comenzó a abandonarlo, como lo hicieron poco a poco muchos anunciantes. Netflix, HBO o Youtube, han sido enemigos formidables.

Adicionalmente, cuando las cifras de aceptación al Presidente de la República se derrumban a 10%, Televisa continuó con telenovelas y muchas de ellas auténticas reliquias de los años 40. A la hora de las cifras sobrevino el auténtico drama para la empresa.

Azcárraga Jean tuvo que aceptar la cancelación de contratos y desechar programas emblemáticos. Y Ayer renunció a la Dirección.

20 AÑOS DIRIGIENDO

El 16 de abril de 1997, Emilio Azcárraga Jean, a sus 29 años, asumió la dirección de Televisa, poco después de morir su padre, Emilio “El tigre” Ascárraga Milmo, consumido por el cáncer.

“Emilito” nunca pensó dirigir la televisora. Estudió Relaciones Industriales en la Universidad Iberoamericana y una Licenciatura en Marketing en el Ipade.

A mes y medio de llegar a la Dirección del consorcio se presentó en The Wall Street como una sorpresa. Mostró su plan 2000 y cautivó. El siglo cambió y los primeros años se impuso con sus relatos de amor con final feliz, como su abuelo… como su padre.

En 10 años logró un poderío que ni sus antecesores tuvieron, ahora con la operación de cuatro canales de televisión abierta, 24 marcas de televisión de paga en México y el mundo, participación mayoritaria en Sky; dueños en gran parte de Cablevisión y Megacable, participación en W Radio y socios de Grupo Prisa. También son dueños del club de futbol Las Águilas del América, decenas de revistas, participación importante en Ocesa y accionaria de Grupo Iusacell. Era dueña del 38% de Univisión.

En 2011, el Gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto se postuló por la Presidencia de la República por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

En 2012, Emilio Azcárraga Jean, en Cannes, dijo:

“Mi abuelo, quien fundó esta empresa, siempre me dijo que una buena historia es capaz de encantar al mundo… Nuestro éxito mundial empieza con drama y emociones fuertes. Televisa ha creado las mejores y más memorables telenovelas a todos los rincones del globo, alrededor de 56 países, dobladas o subtituladas, y a la gente le encantan. En México, América Latina, Rumania, Filipinas, en todos lados, devoran nuestras historias de amor”.

Y fue cuando los críticos señalaron que una de esas historias de amor fue la del Presidente Enrique Peña Nieto con una de las actrices de la empresa, Angélica Rivera Hurtado.

Ella, al lado de Eduardo Yáñez, protagonizó “Destilando amor”, una historia del colombiano Fernando Gaytán que en aquel país se llamó “Café con aroma de mujer”. En México, ella era “La Gaviota”. Lo sigue siendo.

Peña Nieto y Angélica se casaron en Toluca y por supuesto, fue televisada. Los dos saludaron a las cámaras. Era uno de esos finales felices. En 1997 Televisa había transmitido de manera similar la boda de los cantantes Lucero y Mijares.

Ahora eran un Gobernador con posibilidades de convertirse en Presidente de la República. El romance tenía dos versiones.

Una, el amor surgió cuando se vieron por primera vez en la campaña de los 300 compromisos cumplidos cuando él fue Gobernador del Estado de México y ella grababa un comercial. Otra, que su unión era un arreglo para que como los protagonistas de una telenovela, Enrique Peña Nieto ganara popularidad.

Pero en 2011 las circunstancias cambiaron y el drama en el que los malos son castigados y los buenos tienen un final con risas y pastel, no existió. La aceptación del Presidente de la República cayó en picada y su manera de hacer política fue cuestionada. Televisa también.

Hay muchos casos que lo confirman, como la protesta estudiantil #YoSoy132, a la que se sumaron miles. Protestaban en contra de que Televisa impusiera a un candidato y la consigna era “Televisa te idiotiza”, “Televisa, fábrica de mentiras”, “No al imperio Televisa. Apaga la televisión”.

El comediante Eugenio Derbez se casó con la cantante Alesandra Rosaldo. Asistieron al Templo de Regina, en el Centro Histórico. Las mismas consignas y la transmisión se empañó por los gritos. El final feliz ya no lo era.

El acceso a Internet renovó la manera de ver contenidos. El espectador buscó historias de Netflix y Youtube y con ellos la publicidad se fue, haciendo del 2016 el año menos rentable de la compañía en una década, según el reporte ante la Bolsa Mexicana de Valores.

La crisis se presentaba y se desecharon programas emblemáticos como “En Familia con Chabelo” y se les retiraron los contratos de exclusividad a actores. Fueron despedidos conductores de noticiarios como Joaquín López Dóriga y Adela Micha. Ni siquiera hubo fiesta de fin de añocomo era tradición.

Las acciones de Grupo Televisa en  dos años han caído 27%, pasando de 133 pesos en junio de 2015 a 96 pesos en junio de 2017 y confirmó la “crisis de la telenovela”, incluida la historia de amor entre el Presidente y una actriz famosa.

MEXICO HA CAMBIADO

Los analistas, como cita un documento divulgado por Sin Embargo, hablan de la dificultad de Televisa para contar esta historia. Y confirman que la razón es, porque México ha cambiado.

La televisora, como el presidente, sucumbieron a situaciones que los gobernados ya no resisten, como es el exceso en los gastos, el aparentar un reinado, la corrupción.

Todo eso cerró el paso a la fantasía, dicen mercadólogos políticos de México y de los Estados Unidos.

En 2015 llegó la transición a la señal digital en todas las televisoras y el Presidente Enrique Peña Nieto tenía tres años en el Gobierno, con un nivel de aceptación del 39 por ciento. Como queriendo recuperar popularidad, el Gobierno regaló televisiones, pero no se llegó a los sectores marginados.

Fue cuando Televisa vio disminuir el número de sus espectadores hasta en 20 millones, citan fuentes oficiales. La publicidad se cayó. En 2014 ese concepto sumaba 25 mil 466 millones de pesos, pero al año siguiente, lejos de crecer como era esperado, sumó 23 mil 29 millones de pesos.

POPULARIDAD A LA BAJA

Casos como los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero, desaparecidos y descubrir que Presidente poseía una mansión en Lomas de Chapultepec que, sostuvo, había comprado su esposa, Angélica Rivera, fueron un gran golpe. Presuntamente la adquisición se dio con crédito con facilidades otorgado por el contratista del Gobierno, Juan Armando Hinojosa Cantú.

Angélica Rivera Hurtado salió a dar explicaciones a través de un video, afirmando que la casa era suya, pero solo levantó más suspicacia porque omitió el desglose de sus ingresos y su declaración de impuestos ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). La aceptación del Presidente era de 39 por ciento, la de ella, de 30, dijeron las encuestas.

Televisa después transmitió la telenovela “Lo imperdonable”, cuyo argumento fue escrito en 1952 para cine. Había producido esta historia otras tres veces --en 1965, bajo la producción de Ernesto Alonso; en 1998, con Carlos Sotomayor; después bajo el nombre de “Cuando me enamoro”, bajo la producción de Carlos Moreno Laguillo—y la trama debió modificarse por la baja audiencia: 18.5 puntos cuando se requieren 30.

En el reporte financiero enviado a la Bolsa Mexicana de Valores, la empresa informó que en el tercer trimestre de 2017 disminuyeron 8.4%, a 4 mil 943 millones de pesos sus ingresos, comparados con los 5 mil 397 millones en el tercer trimestre de 2016.

La empresa explicó que las ventas por publicidad fueron afectadas por el sismo del 19 de septiembre, siendo que Canal 2 transmitió sin interrupciones comerciales por tres días consecutivos después de este evento.

Pero en el ingreso por publicidad oficial, Televisa siguió siendo la mayor beneficiada. En 2016 cobró mil 488 millones 934 mil 160 pesos, dice la Secretaría de la Función Pública. El Gobierno federal ha gastado de 2013 a la fecha, 37 mil 725 millones de pesos en publicidad oficial, entre un 48 y 113 por ciento más de lo aprobado por el Congreso cada año y un aumento de 31.21%.

Televisa ha sido el más beneficiado por cada dependencia. De 2013 a 2016, solo seis proveedores recibieron 38.81% (14 mil 073 mdp) del gasto total en publicidad oficial para estos cuatro años. Grupo Televisa (17.07 por ciento) y TV Azteca (9.87 por ciento) fueron los dos ganadores.

Emilio Azcárraga Jean sostuvo que el Presidente Enrique Peña Nieto no era un producto de su empresa, que eso era “una leyenda urbana”. Pero le critican que jamás pronunció una crítica hacia la forma de gobernar del Primer Mandatario que ha pasado a la Historia como el menos aprobado.

En Los Pinos, ante miembros de Paley Center en la 21ª Reunión Anual Cumbre de su Consejo Internacional, Ascárraga dijo que la reforma del sector de Telecomunicaciones “que también impulsó el presidente”, emparejó el piso y generó una mayor competencia en televisión abierta, como en los servicios de telefonía, acceso a internet y televisión de paga, “en beneficio directo, todo esto, a todos los consumidores mexicanos”. Y mencionó otros halagos.

Televisa creó Blim, plataforma similar a Netflix y su producto estelar fue la serie 40 y 20 en la que una trabajadora doméstica con influencia en sus “patrones” se vuelve el centro de la trama. No pudo contra Netflix y HBO.

Y SE TUVO QUE IR

El diario The Wall Street Journal fue primero en mencionar la separación. Hizo una mención del hecho y una crónica de esa historia que no ha sido de final feliz para Emilio III.

Describió el momento histórico de la renuncia a la Dirección de Televisa, de Emilio Azcárraga Jean, el tercero de la dinastía, que dirigió el consorcio con más poderío en América Latina durante dos décadas, y que ahora debió encarar las pérdidas en su lucha por nuevos contratos de publicidad y la creciente competencia para atraer jóvenes espectadores”.