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Ligan a la DEA con ataque a hotel de Monterrey

MONTERREY, N.L., 22 de Diciembre de 2017.- El secuestro de cinco personas en un hotel local en abril 2010, y la matanza de Allende, Coahuila, en marzo de 2011, “fueron perpetradas por los Zetas y provocadas por filtraciones de inteligencia que había sido provista (por la DEA) a la UIS (Unidad de Investigaciones Sensibles)”.

Eso es lo que revela el reportaje del portal ProPublica, redactado por la periodista Ginger Thomson, cuya credibilidad está en lo alto tras ganar el prestigiado Premio Pulitzer.

La madrugada del 21 de abril de 2010, 15 camionetas con hombres armados llegaron al hotel Holliday Inn de Fray Servando Teresa de Mier, en esta ciudad y de ellas descendieron unos 50 pistoleros con uniformes oscuros y pasamontañas. Tomaron la hospedería y registraron todo el quinto piso derribando puertas y sacaron a cuatro huéspedes, tres hombres y una mujer, y terminaron al privar de su libertad a uno de los recepcionistas.

También registraron el hotel Mission, vecino del anterior, donde “levantaron” a un empleado al parecer por equivocación, pues poco después lo liberaron. Las víctimas desaparecieron y la investigación policiaca sin resultados hizo que el tema fuera al olvido.

Ahora, Ginger Thomson publicó un reportaje en el portal ProPublica, con el título: “La conexión de la DEA al ataque del Holiday Inn, que no había sido revelada hasta ahora”, donde sugiere que la desaparición de los cuatro hombres y la mujer fue producto de una filtración de altos mandos de una Unidad Especial de la Policía Federal a Los Zetas, responsables de ese operativo.

Explica Thomson que los pistoleros del grupo criminal zetas buscaban a cinco policías federales encubiertos que intentaban capturar al jefe de Plaza en esta ciudad. Eran miembros de la Unidad de Investigaciones Sensibles (UIS), policías federales mexicanos especialmente seleccionados y entrenados por la DEA, (que) se habían hospedado en el hotel.

En efecto, confirma el documento, trabajaban encubierta encubiertos para rastrear movimientos de un jefe Zeta llamado Héctor Raúl Luna Luna, ‘El Tori’”.

Pero uno de los mandos de la UIS filtró al capo Arturo Beltrán Leyva las acciones de la DEA y la UIS, y también les advirtió a Los Zetas, sus socios en esa época.

‘El Tori’ supo del operativo en su contra y envió pistoleros al Holiday Inn para eliminar a los federales, pero un día antes los agentes habían abandonado el lugar por un “error técnico”.

Pero esa no habría sido la única filtración de la UIS que provocó la muerte de inocentes, pues en junio, ProPublica y National Geographic difundieron una investigación detallada sobre la masacre de Allende, ocurrida en marzo de 2011 y acusan que esta acción y la ocurrida en el hotel, “fueron perpetradas por los Zetas y provocadas por filtraciones de inteligencia que había sido provista (por la DEA) a la UIS”.

La DEA acusó que uno de los responsables de esas filtraciones fue Iván Reyes Arzate, jefe de supervisores de la UIS, acusado en una corte federal de Chicago “por haber compartido información sensible con narcotraficantes”.

Los Zetas se llevaron gente equivocada: un ejecutivo de ventas de productos ópticos; un ingeniero químico de una firma de cosméticos, un vendedor de zapatos y una profesora de una universidad de Reynosa.

“Cuando descubrieron su error, Los Zetas intentaron sacar una pequeña ganancia”, revela el artículo, y explica que uno de los secuestradores llamó por teléfono al jefe de Luis Miguel González, el ejecutivo de marketing.

POLICÍAS CRIMINALES

El jefe de plaza de Los Zetas, Héctor Lula Luna, no solo recibió información de la Policía Federal; también tenía en su nómina a altos mandos de la Secretaría de Seguridad de Nuevo León y al menos a 30% de la Policía Estatal.

El Ejército Mexicano, en junio de 2010, juntó a toda la policía estatal que cuidaba la zona de ‘El Tori’, con el pretexto de una revisión de su armamento y dio el con varios narcos incluido el capo, a quien detuvo y la ciudad se paralizó con 40 narcobloqueos en calles y avenidas, para detener tres camionetas que trasladaban al detenido a la zona militar.

Ginger Thomson habló con agentes de la DEA bajo promesa del anonimato, sobre las filtraciones de la Policía Federal a los narcotraficantes y los agentes coincidieron en que si eso hubiera pasado en Estados Unidos, habría habido todo tipo de indignación, “pero en México, siento decirlo, a nadie le importa una mierda”.