Buscan salvar a la tortuga del desierto

+ESTUDIAN LA TORTUGA DEL DESIERTO O DE MONTE

 

 

HERMOSILLO, 04 de octubre de 2010.- Con el objetivo de conocer el estado actual de las poblaciones de tortuga del desierto y su rango de distribución en México, se lleva a cabo el proyecto denominado “La conservación de las tortugas en Sonora”.

 

A través de siete expediciones se han obtenido datos morfométricos, genéticos, de enfermedades y de ecología en todas las tortugas silvestres encontradas en las expediciones realizadas en Sonora y norte de Sinaloa, además de un estudio con telemetría con tortugas en el área de Álamos, informó Rogelio Molina Freaner.

 

El titular de Conservación dijo que la tortuga del desierto es una especie considerada amenazada y es por ello que se han unido en trabajar el proyecto profesionales en conservación de CEDES, del Área de Flora y Fauna Sierra de Álamos-Río Cuchujaqui, biólogos de instituciones de Estados Unidos y Canadá, además de rancheros locales de las regiones de Álamos, Obregón y Hermosillo en Sonora, y en Sinaloa de las regiones de San Miguel, Topolobampo y El Fuerte.

 

 

 

La tortuga del desierto, Gopherus agassizii, se encuentra en regiones áridas del noroeste de Norte América desde el sur de Utah hacia el sur del norte de Sinaloa y es considerada una especie sombrilla y un indicador del estado global de salud del desierto.

 

Molina Freaner especificó que este proyecto integral de investigación ha sido asumido para obtener información base del estatus actual de la tortuga del desierto, en este rango geográfico en México.

 

Manifestó que dichos estudios se llevan ante las disminuciones serias de las poblaciones de tortuga del desierto que han sido documentadas en Estados Unidos y en las tierras Seri junto con la costa noroeste de México.

 

En este caso, el principal objetivo del proyecto es adquirir la información suficiente para establecer un plan exhaustivo de conservación de la tortuga en México.

 

Durante las expediciones que se realizan, se toman muestras de sangre y exudados nasales para su análisis genético y de salud, colaborando laboratorios de Estados Unidos para su análisis. 

 

Existen diferencias entre las tortugas de la zona del desierto propiamente y las que se localizan en la región de Álamos, por lo que se continúa haciendo los estudios necesarios para determinar si son especies diferentes.

 

En 2010 se hicieron muestreos en terrenos de la Comunidad indígena Seri, a la que se le solicitó y se obtuvo permiso de dicha Etnia para realizar la exploración y se tuvo la participación de miembros de la Comunidad en las diversas salidas, tanto en la fracción continental como a la Isla Tiburón.

 

En esta expedición se registraron los datos del hábitat y ecológicos del área, se toman las muestras desangre y exudados a las tortugas e inmediatamente se liberan en el mismo sitio.

Es importante la continuidad de los estudios de la especie para poder establecer las medidas de conservación para la misma.

 

Como resultado de las expediciones, se ha observado que las principales amenazas son la fragmentación y alteración del hábitat, en algunas zonas su consumo como alimento y en menor proporción su comercialización como mascotas, aunque cabe señalar que en algunos poblados u ciudades del Estado la usan como mascotas en los patios de sus casas.

 

DATOS

Esta especie es importante ya que es uno de los reptiles más grandes del desierto sonorense y en algunas áreas llega a ser el herbívoro de mayor tamaño.

Al alimentarse de las plantas permiten llevar parte de ellas o sus semillas a otros lugares, de esta manera favorecen su reproducción.

Forman parte de una red alimenticia, sus crías sirven de alimento a varios predadores entre reptiles, aves y mamíferos.

Sus excavaciones sirven de refugio a roedores, serpientes y algunos pequeños carnívoros y permiten la entrada de aire y agua al suelo.

La tortuga constituye un elemento del ecosistema, su extracción implica un desequilibrio, su lenta maduración y su limitado número de crías, hace difícil su recuperación.

 

QUE PODEMOS HACER PARA PROTEGERLAS:

Tener una tortuga como mascota contribuye a que sus poblaciones disminuyan, las hace susceptibles a enfermedades que normalmente no padecen y pone en riesgo a una especie que ha sobrevivido por miles o millones de años en el desierto.

Las tortugas para alcanzar un tamaño mediano, requieren de 50 ó 60 años, su consumo afecta las poblaciones silvestres.