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SAN CARLOS.- El acceso a este destino volvió a lo normal, ya sin millares de autos transportando a quienes pudieron disfrutar el asueto de primavera para nadar, pasear en bote, pescar y tantas amenidades que permite el mar.
Pasear en las escasas pero extendidas calles ni se diga, o convivir en interminables vueltas sobre el bulevar que lleva el nombre de Manlio Fabio Beltrones, el controvertido y controversial exgobernador sonorense de brillo propio en la política mexicana.
El potencial de esta zona se reflejó y debe reconocerse la talla de la autoridad municipal, al lidiar con problemas generados por más de 200 mil visitantes vigilados por las policías de Guaymas y Sonora, a las que se sumó la precisión con la que actúa la Policía Federal --hasta un “halcón negro” puso en los cielos porteños el comandante Raúl Avila Ibarra—y la fuerza asignada a la IV Regional Naval Militar de la Secretaría de Marina.
Lamentable que nos mataran a un joven de 19 años. El agresor fue otro joven, de 14 éste, quien consumó su alevoso apoyados por dos hermanos, hijos los tres, de un agente policiaco local. Qué ejemplo les habrá dado el gendarme para llegar a esos extremos.
Pero es imposible cuidar a uno por uno, por eso en lo general, la Policía puede sentirse satisfecha y su titular –se llama Humberto David González Cano— rinde su parte de novedades con buenas cuentas, excepto por ese punto negro.
Desde el miércoles, la gobernadora Claudia Pavlovich anticipaba las buenas cuentas generales que habría. Pero no solo vino, vio y confirmó el dispositivo diseñado para proteger a la gente, sino que como lo hizo en Bahía de Kino, donde anunció obras para mejorar el atractivo para turistas, aquí también soltó de su ronco pecho la inversión para mejorar “la mejor vista del mundo”, el Mirador Turístico de San Carlos, donde ha faltado visión en lo local para hacer algo distinto al tianguis chafa que hoy es y dotarle de servicios que al no existir, obliga a sus visitantes a resolver sus apuros físicos como lo indique el ambiente.
Total, un asueto donde los prestadores de servicios presumen crecimiento de entre 8 y 10% en ocupación hotelera y el Municipio en general, una derrama de 153 millones de pesos de 219 mil visitantes que llegaron desde el día 21 a las distintas playas locales, incluído ese paraíso llamado Miramar, donde está la casa de Gobierno, ya rehabilitada y donde, dicen los chismosos, “hasta los contactos se llevaron” los del ya viejo “Nuevo Sonora”.