Banner

Estas líneas...

+ En 2019 siguió la herencia del neoliberalismo; Guaymas atrasado, pero el futuro es prometedor; García Luna en Sonora; Alán Jaramillo, protagonista en “los moches” de Jaime Bonilla; APIGUAY, gana más con menos trabajo

 

GUAYMAS, Son.- El país ve el fin de 2019 con efectos aún del desorden administrativo encontrado por el nuevo sexenio: obras inconclusas, programas fundamentales sin cumplirse o incompletos, pero hay destellos favorables en el futuro.

El presidente López obrador persiste en acusar que todo es efecto de la egoísta administración del neoliberalismo iniciado con Miguel de la Madrid y presuntamente terminado con Enrique Peña, con ese saldo de devastación económica, que nos dejó sin bebederos o baños decentes en las escuelas, la educación mediocre, sin medicinas en hospitales, edificios descuidados, la cultura es una ruina … y sígale.

Paulatinamente fueron retirando recursos fiscales y nos obligaron a pagar por todo, cuando la meta revolucionaria cumplida fue establecer gratuitamente el seguro social, la salud en sí, la educación básica y muchos servicios que hoy cobran empresarios cómplices. Hasta los recursos naturales nacionalizados con el sacrificio de nuestros ancestros, se entregaron en barata.

Sonora por su madurez cívica y política salvó un poco la situación. Más en este sexenio donde el cerebro se impone al gestionar lo que ocupamos, para no batallar mañana. Por eso es tan importante el papel de nuestros diputados hoy que deben aprobar el próximo presupuesto. Ojalá sepan lo que hacen y lo mismo en el ejercicio de sus funciones, a las que llegaron verdes, verdes, pero, ya ¿no? Ya debieron aprender.

Igual en los municipios, donde el desorden encontrado parece no componerse por la falta de habilidad de los nuevos. Aquí es donde los partidos deben ser más responsables, pues la improvisación origina eso que ahora se padece.

Por lo pronto, apunte a Guaymas con menos pesca, pero mucha agricultura; con menos carga en el puerto marítimo, pero más ingresos; turismo al alza, grandes empresas por nacer y muchos empleos y numerosas inversiones privadas en puerta.

TIROS RÁPIDOS:

1.- Genaro García Luna anduvo en Sonora, con el antifaz de empresario y mucha participación en el dinero público, como socio de figuras nacionales, luego como un cumplido policía al servicio del país, durante los mandatos de Vicente Fox y Felipe Calderón.

Mire en lo que participaba en dos décadas de traficar influencias:

Dueño de GLM Ingeniería, socio de Carso (de Carlos Slim), impulsores del gasoducto Samalayuca-Sásabe; construcción y operación del Centro Federal de Readaptación Social en Hermosillo; remodelación del recinto aduanal en Ciudad Obregón, contratada por Integradora de Servicios Operativos (ISOSA), que operó las 42 aduanas del país como socio de Roberto Gil Díaz, subsecretario de Hacienda de Carlos Salinas y secretario con Vicente Fox, y de Santiago Creel.

Qué control se atribuía al después “reconocido” policía, en una época de escándalos al crecer el tráfico de armas y vehículos por la frontera norte.

Una indagación federal dice que ISOSA fue investigada y se detectó que había desfalcado al país 12 mil millones de pesos. Nada pasó. Calderón primero, Peña luego, ocultaron todo lo que hoy brota tras la aprehensión de García Luna en Estados Unidos.

2.- Guaymas también tiene personajes en su galería de la corrupción. Mire:

En Baja California se destapó el escándalo de “moches” e involucra a funcionarios del recién estrenado régimen estatal de Jaime Bonilla, con figuras conocidas de Sonora llegados a “ayudar” a la campaña, repartiendo dinero a cambio de puestos y concesiones.

La gasera Blue Propane fue vehículo de Edgar Alán Jaramillo Pérez, como “consigliere”, y habría aportado 500 mil pesos y un auto nuevo a la hoy despedida secretaria de Bienestar Social, Cynthia García; al ex coordinador del equipo de transición, Amador Rodríguez Lozano; y al Secretario de Economía, Mario Escobedo, para establecer 10 gaseras al margen de reglas en Tijuana; para garantizar cumplimiento, él sería nombrado coordinador jurídico.

Podía con el puesto. Es abogado y tiene mucha experiencia, que inició en Guaymas cuando Carlos Zataráin escogió dos jóvenes de apoyo al ser nombrado agente fiscal, él y Oscar Barragán. Pronto Jaramillo estaba fuera, por exigir “moches” para agilizar trámites cotidianos de contribuyentes.

Estuvo en el PRI, pero en el PAN tuvo su oportunidad cuando Lorenzo de Cima fue utilizado por panistas hermosillenses para arrebatar la alcaldía de Guaymas. Hasta eso, un día consultó si no se vería mal el salto de un color a otro, y la respuesta obtenida fue: “tú eres profesional, haz lo que sabes y cobra por ello”. Lo hizo.

Fue evidenciado en un audio que revelaba su habilidad para usar dinero público. El ejemplo, decía, es que si se tenía que sacar un “apuro” político, se buscaría el dinero en Asuntos Rurales y listo, “para no estar nosotros aquí, comiendo m…”.

En mayo de 2017, de Cima le pidió su renuncia como secretario del Ayuntamiento de Guaymas, por presión de 7 regidores avergonzados por la corrupción destapada.

Jaramillo se fue a la campaña morenista de BC. Lo vieron en Mexicali. Hoy se sabe, su experiencia en gaseras –en Guaymas impuso dos—lo llevó como asesor de Blue Propane, de Alberto Elías, César Bleizefer y Francisco Platas, funcionarios del padresismo los dos últimos.

Pero la “4 T” parece querer hacer las cosas diferentes, así que se destapó la cloaca que llevaban y hoy Jaramillo está en el aire.

3.- Inversionistas de clase mundial rondan Guaymas. Anunciarían pronto proyectos en el puerto marítimo comercial de altura, seguimiento al plan no logrado por el peñanietismo, pese a su compromiso de campaña ofrecido en 2012 a los guaymenses.

Buena noticia, considerando las circunstancia de la región, que está sumida en una crisis económica inexplicable si se analizan los enormes potenciales existentes en todos los rubros.

Por lo pronto, el puerto de altura que administra la APIGUAY recupera el ritmo y va de nuevo por 9 millones de toneladas de movimiento de carga en 2020, con un gran enfoque a la especialización que en 2019 permite elevar ingresos, pese a la baja en su volumen de carga manejada.