Mercenarios de EU cuidarán la seguridad de Ecuador

QUITO, Ecuador, 21 de marzo de 2025. - El Gobierno de Daniel Noboa confirmó que un grupo de seguridad privada estadounidense “colaborará” en la seguridad del país.

Ecuador tiene una de las tasas de homicidios más altas del mundo y las autoridades han sido infiltradas por el narcotráfico, por eso el mandatario reveló haber establecido una “alianza estratégica” con Erik Prince, el fundador del poderoso grupo Blackwater, una controvertida firma de mercenarios, con lo cual planea fortalecer las capacidades del país en la lucha contra el narcoterrorismo y protección de su espacio marítimo.

Ya había anunciado la búsqueda de apoyo internacional para combatir el crimen organizado que desbordó las fronteras del control estatal. En menos de 3 meses hubo cerca de 2 mil muertes violentas, masacres, secuestros y extorsiones, lo cual tiene en vilo a la población.

El presidente dijo que contener la violencia se volvió una urgencia, especialmente con una cercana elección presidencial en la que Noboa se juega la reelección con la candidata de Revolución Ciudadana, Luisa González.

Erik Prince, conocido por haber fundado Blackwater, la mayor empresa de seguridad privada estadounidense durante la guerra en Irak, está ligado a la controversia.

En 2007, sus mercenarios estuvieron involucrados en la matanza de 17 civiles iraquíes en la plaza de Nisour, en Bagdad, durante una operación de escolta de diplomáticos.

Tras la sospecha de un ataque insurgente, los contratistas de Blackwater indiscriminadamente abrieron fuego y mataron a civiles, un episodio que desató la condena internacional. Prince debió renombrar la empresa y a venderla, pero no pudo borrar su pasado.

Los responsables fueron condenados, aunque más tarde recibieron el indulto presidencial de Donald Trump, un acto que ha dejado una sombra de impunidad sobre su nombre.

Al aliarse con Prince, Noboa enfrenta a Ecuador al dilema de privatizar la seguridad, con un cuestionamiento ético sobre el costo de las medidas extremas. Sin embargo, el joven mandatario parece estar dispuesto a cruzar los límites éticos y del derecho internacional, para alcanzar la “estabilidad”.

Un antecedente de ello es el asalto a la embajada de México en Quito, o su apoyo a los militares implicados en un crimen de Estado por la desaparición forzada y asesinato de cuatro niños. Noboa dice que no implica necesariamente la llegada de mercenarios y aseguró que solo asesoran a las Fuerzas Armadas y la Policía de Ecuador y su expectativa principal es recibir apoyo de ejércitos de Estados Unidos, Europa o Brasil.

Patricio Pazmiño, coronel retirado y exdirector de Inteligencia, considera que una “capacitación” de Blackwater a las instituciones de seguridad de Ecuador sería un error monumental, pues “¿Qué puede asesorar un grupo de mercenarios a la fuerza pública?”, se cuestiona, y sería una admisión implícita de que las políticas implementadas por el Gobierno durante el último año han sido un fracaso y plantea serias dudas sobre el futuro de la seguridad en el país.

El analista Luis Carlos Córdova advierte, la alianza con Blackwater podría arrastrar a Ecuador a una “guerra sucia” y la estrategia detrás de esta colaboración es una exhibición de poder basada en la violencia extrema: “para demostrar que están ganando la guerra, se mostrarán los cadáveres”.

Al no funcionar las tácticas convencionales, como la captura de cabecillas o el aumento de la presencia militar en las calles, se corre el riesgo de recurrir a métodos más oscuros, como los “falsos positivos”, sostuvo, fijando el recuerdo de lo ocurrido durante la guerra contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Se asesinaba a campesinos, se les hacía pasar por guerrilleros muertos en combate y se mostraban sus cadáveres, un episodio que dejó profunda huella en la memoria colectiva y por el cual el expresidente Álvaro Uribe está bajo proceso judicial.

“Si Noboa consigue la reelección, es probable que apueste por este tipo de medidas drásticas”, advierte el especialista.