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Estas líneas...

Delfinario, el injusto proceder; Lorenzo pide oxígeno; Guzmán apunta a prisión… Otto seguiría

GUAYMAS.- La formal prisión a Jorge Morales Borbón consolida el mensaje de Claudia Pavlovich a los sonorenses que no respetan la ley: y.

“El pelón” Morales es pequeño pez comparado con los tiburones que se atragantaban con cuanto encontraban a su paso. Para el escándalo, el actual contralor estatal Miguel Ángel Murillo Aispuro dice que cometieron tropelías financieras por entre 25 mil y 30 mil millones de pesos. Ninguna entidad aguanta eso.

¿Dónde quedaron? Sígale la huella al dinero. Cuando se pregunte usted cómo vivía quién y en dónde, haga la misma pregunta de cómo viven ahora y dónde. Así se sabe de dónde se hizo de mulas Pedro.

Los pillos son el prófugo Roberto Romero López, exsecretario de Gobierno (la PGR también tiene orden de aprehensión en su contra); el de Salud, Bernardo Campillo; Héctor Ortiz Ciscomani, de la SAGARPAH; y Carlos Villalobos Organista, el más rico de todos. Con él cuela Mario Cuén, tesorero. “El pelón” pues, es pequeño comparado con ellos. Pero no por ello menos pillo, según observación de sus víctimas de extorsión.

Hace unos días estuvo Luis Carlos Romo en el estero de El Soldado y anunció el retiro de los feos hierros que pretendían ser torres de observación y base de una tirolesa, aquella obsesión de su antecesor en el CEDES Oscar René Téllez Leyva, quien venía de timar al gobierno federal y fiel a esa actitud, timó al estado. Guillermo Padrés dijo que le dio chamba porque su inhabilitación era federal, no estatal. Ah, bueno.

Los fierros que costaron 43 millones ya se retiran. Gran mentira esa inversión, burda justificación de dineros malversados al estilo de ese sexenio, con cinismo, desprecio a la ley, pensando en el negocio y arrojando al suelo la credibilidad en lo oficial. Aquí atentaba contra un lugar protegido por su diversidad biológica. Bueno, pues Téllez seguramente está en la lista. O al menos debe estar, no hay duda.

Después vino Claudia Pavlovich para acordar trabajo conjunto con el secretario de Medio Ambiente. Fue muy productiva la reunión en el Delfinario Sonora, a partir del anuncio de invertir 80 millones de pesos para rehabilitar el tiradero dejado por Téllez. Había mucho priísta presente, pero no asistió el exdirector de ese centro de terapias y esparcimiento, Carlos González Nemer -- quien ya tornó de azul a tricolor--, quien presumía cómo utilizaba el estanque para nadar al lado de sus patrones. Llegó un día a presumir que hasta sirenas había a su alrededor.

Con ese lodo en el agua, cómo podrían sobrevivir los pobres delfines. Se le murieron 5, pero también se le secó el pasto y las plantas de ornato y deterioró la construcción. Feo caso. Pero, Carlitos pasea en conocida oficina guaymense, llamándose asesor de un empresario del transporte quien podría ser candidato a alcalde del puerto en 2018.

El caso es que devolverán su esplendor a este maravilloso sitio y resurgirán las terapias injustamente borradas del mapa; en la cifra hay 50 millones del Grupo México, la minera de los riquísimos Larrea, que donan esa suma al Estado quizá en un acto de contricción las que van de arena. Los delfines los tiene Semarnat y el secretario los ofreció, son 5, y llegarán en cuanto reparen el tiradero dejado por González Nemer y los patrones que presumía, de cuyo nombre no quiero acordarme.

Ah, pero hablábamos del desfile de pillastres y ya habría demandas penales contra José Dagnino Acuña, cuñado del ex gobernador panista, acusado de portar armas de uso exclusivo del Ejército, pero anda amparado. Hasta una motocicleta robada tenía en su casa.

Ese es el mensaje de la gobernadora. Y deja las declaraciones al Fiscal anticorrupción, que ella, lo dijo claro, está para resolver los problemas de Sonora y en eso anda, tocando cuanta puerta puede para traer recursos y poner a flote la entidad tras el desastre sexenal previo.

DIPUTADOS EN GUAYMAS

Los diputados de la permanente con Luis Serrato Castell a la cabeza --¿Es el que se enojó y dejó tirada la delegación de la SCT cuando lo corrieron?—sesionaron en Guaymas y dieron foro a Manuel Villegas, el representante de Guaymas y al de Empalme, José Luis Castillo.

Se lucieron, el primero advirtiendo que la pesca ya no produce suficiente y miles de familias en el litoral sonorense necesitan apoyos para salir adelante. Planteó que la gobernadora Pavlovich diseñe acciones que redunden en beneficio de esa gente. Bien, diputado.

Por su parte, el campeón de boxeo y ahora legislador, demandó mejora de caminos, pues están para llorar. No tardó mucho la respuesta: la gobernadora le confirmó dinero y licitaciones listas. Rápido, Castillo pidió acciones prontas en Empalme, Bácum y San Ignacio, donde la producción agropecuaria se afecta por esa falla.

En esa reunión los tres alcaldes aplaudieron la petición. Y Lorenzo De Cima como anfitrión.

GUAYMAS AL EMPEÑO

De Cima por cierto, dejó claro lo que pasa en Guaymas: 52% de participaciones se va en pagar cuentas mochas de Otto Claussen, como el leonino contrato con el banco irresponsable que le prestó dinero con garantías abusivas. Aparte, el contrato dice que no debe tocarse ni con el pétalo de una rosa al menos en cinco años. Qué dirán ahora los regidores que avalaron la leperada. Y los notables guaymenses que no elevan su voz.

Es el crédito de 365 millones de los cuales solo se han encontrado 315 y de ellos, en gran parte aplicados en obras que no existen, y las que existen, tienen fallas porque los constructores (no tarda Lorenzo en exhibirlos) afirman que tenían qué pagar “moches”.

Si es así, Otto Claussen no tarda en ser perseguido por Odracir Espinoza. O por la PGR, como ocurre con el alcalde de Nogales en el pasado trienio, Ramón Guzmán, a quien le exigen devolver 50 millones de pesos que cínicamente se embolsó con el rudimentario procedimiento de sacar de cuentas oficiales de la comuna y llevarlas a chequeras personales de él y dos, tres colaboradores.

Como aquí pues, donde el teutón cleptómano –dícen Manuel Gutiérrez y Ventura Cota que no es cleptómano, que solo es un pillo y ya—hizo leperadas dignas de bote, beneficiando a gente como su secretario del Ayuntamiento Ramón Leyva y habría que indagar en las cuentas de quienes fueron sus tesoreros, su jefe de Obras Públicas y los de compras.

Lorenzo pidió el apoyo de los diputados para sacar al burro del garbanzal. A ver.