Chamarras, noble labor estatal; San José, botín de líderes y funcionarios
GUAYMAS, Son.- Estimula ver la solidaridad hacia los desposeídos, esas masas empobrecidas por las vivezas de los malos políticos que en su egoísmo olvidan el fondo de esa actividad.
Jorge Vidal viene al puerto a entregar chamarras, parte de una agenda de beneficios a la gente que menos tiene. Yo no aprobaría ese hecho condiciones normales, pues a la gente se le debe enseñar a trabajar y ganarse el sustento, no regalárselo por votos o acarreos, pero ya está viciado México, así que mientras eso se arregla, el gesto de la gobernadora Claudia Pavlovich es noble.
Vidal fue banquero oficial, retirado tras 28 años de longevo delegado del Banobras. Increíble. No se dan esos casos, pero algo tiene el personaje que lo logró y hoy tiene más tiempo para incursionar en suelos políticos y lo hace –bien, sin cuentos-- en la Secretaría de Economía.
Ese gesto cae bien, puntual, entregar chamarras a cientos de guaymenses como lo hará el Estado con 50 mil sonorenses a quienes la gobernador Claudia Pavlovich tiene en mente porque entiende eso de la dificultad de subsistir. Bien por eso.
Tal tarea en Palacio Municipal no dejará ver otras intraoficinas. Una de ellas la labor del contralor guaymense Fernando Ortega López, quien pone firma y sello al archivo donde consta que toda la información de la podredumbre del trienio pasado ya está en manos del Congreso del Estado y allá, los diputados, dirán que hacer con ella. A ver si son capaces de dar una satisfacción a los guaymenses hoy obligados a pagar los excesos del leperísimo ex alcalde, durante al menos 20 años con más de la mitad del presupuesto que genera la comuna.
Eso me recuerda que uno de los principales cómplices del cleptómano germano Otto Claussen Iberri, el secretario del Ayuntamiento Ramón Leyva Montoya, también se llenó de lodo al falsificar documentos, ejercer a plenitud el nepotismo, hacer negocios con cargo al erario y otras cosas que también deberá calificar el Congreso. A ver.
Leyva presume ser intocable por ello y ante demandas en tribunales agrarios, por ejemplo; en este caso del ejido San José de Guaymas, porque se robó, de eso está acusado, 35 hectáreas. O sea, 350 mil metros cuadrados.
Solo 15 –en realidad 19, porque avanza como la humedad su voraz actividad de “asesor jurídico”— se volvieron suyas por una maniobra donde un cómplice Comisariado anterior, le reconoció deuda de 3 millones de pesos y como no había dinero, le pagaron con tierra. Selecta, por supuesto.
Lo demás lo obtuvo por demasías que por serlo, pertenecerían al ejido, pero conocedor de la ley –lo es, ciertamente—prefirió aparecer como dueño. Es decir, el ejido no se dio cuenta al contratar como asesor a este político reincidente, que ponía al ratón a cuidar el queso, y pues, el ratón se lo comió. Es su naturaleza. Y para no cansarse llenando papeles para borrar cualquier señal de ratería, ya sus hijos están involucrados en esa asesoría y uno hasta ejidatario es, como él.
Por eso maniobra el “Monchi” Leyva, buscando apoyos de personas afines para las elecciones ejidales este 13 de enero, límite legal del comisariado que encabeza Juan Rubio Martínez, a quien atribuyen haber vendido más de 300 hectáreas a sumas irrisorias si se analizan las cuentas de la organización ejidal.
No fue así, pero no registran precios reales para no repartir parejo a todos los ejidatarios; luego, evaden impuestos a la federación y municipio. Si se trata de pagar, es ejido; si es negocio, se vuelve empresa. La leperada del asesor se fortaleció al volverse secretario del Ayuntamiento del teutón cleptómano, pues nunca pagaron, por ejemplo el 2% por traslado de dominio a la comuna, por ventas cercanas a 500 millones de pesos.
Para evadirlo, hay un delito que se llama prevaricato, se me ilustra. Y ¿saben quién lo ha cometido contra ambas partes? Sí, Leyva Montoya. Creo que el Ayuntamiento actual ya lo llamó a cuentas también por eso. En el ejido, Trinidad Arvizu y Marcos Espriú encabezan ese llamado pues a como están las cosas, desaparecerán las 3 mil hectáreas que les quedan.
Vamos a ver si la ley existe en el puerto. Leyva cree que no, pero eso lo confirmará en cercana sentencia el accionar de los respectivos juzgados. En eso están.
Nota aparte confirma que no hay convocatoria para elegir nueva autoridad en San José. Más de la mitad de los ejidatarios sin embargo, irán a la sede del Comisariado porque temen una sorpresa, que sería una asamblea “en lo oscurito”. La evitarán, y con ello, más corrupción que involucra sus suelos.
DE SALIDA: Un estadio con su equipo de béisbol es lo que promueve, se lo platiqué en espacio previo, el alcalde de Guaymas Lorenzo De Cima; este lunes, me entero por línea directa que el puerto puede ser sede de una pelea de box campeonato mundial, por contactos logrados en la ciudad de México y en Las vegas.
También, la posibilidad de que Plácido Domingo tome parte en una actividad social. Pareciera sueño, pero todo tiene sus bases. Esto último, en la cercanía del tenor español con una respetable familia guaymense. Que así sea.