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Estas líneas...

+ Guillén, abogado del diablo

+ Se rebelan panistas guaymenses

+ Corrupción en obras: ni a quien irle

GUAYMAS.- Sonora está mejor en solo 6 meses, expuso Flor Ayala desde su curul en el Congreso estatal, pese al desastre que se encontró en toda oficina del “Nuevo Sonora”, el sexenio padrecista que cual caja de Pandora se abrió con todos los males hasta el final, pese a tanto daño previo denunciado.

Esto, al mencionar las “desafortunadas” declaraciones del dirigente estatal del PAN, Leonardo Guillén, quien para defender –malamente—a exfuncionarios inhabilitados por Contraloría Estatal, quiso descalificar los resultados del “Otro Sonora, ya”, que tiene la guía de la femeninamente fuerte y decidida de Claudia Pavlovich.

Guillén la hizo de abogado del diablo quizá forzado por el malandrinaje azul del pasado, diciendo que todo es golpe mediático y  que de paso, se oculta la falta de resultados de doña Claudia. Como si fuera tan fácil salir del hoyo.

El golpe bajo lo lanzó él, al cerrar los ojos ante la ruina provocada por su gente en Sonora, esos salteadores en despoblado. La respuesta llegó pronto en cifras y mensajes completos de la diputada Ayala. Al líder pitufo le falta entender que debe asumir la falta, reconocer la traición a Sonora, y también a su partido. Enseguida, retomar el camino o no terminará de limpiar el lodazal en las siglas.

De veras señor Guillén, vea como dejaron Hermosillo; ya que lo haga, sepa que la capital está mucho mejor que cualquier municipio del resto de la entidad, víctimas de ineptitud, corrupción, prepotencia, abuso de funcionarios de oficinas públicas estatales como ocurrió en Guaymas y Empalme, donde hasta los enfermos se morían fuera de los saqueados hospitales. Déjese de cosas y comience de nuevo. Sacúdase a los azules malos, que hay muchos buenos, y mire adelante.

“El Negro” Gilberto Gutiérrez Quiroz, cabeza del PRI en Sonora, centró su criterio al respecto con esta carta, que por breve, es doblemente buena:

“El león cree que todos son de su condición”

El Comité Directivo Estatal en Sonora emite el siguiente comunicado:

El gobierno del estado de Sonora en seis meses ha ido más lejos en transparencia, que todos los gobiernos del Partido Acción Nacional juntos.

Claudia Pavlovich Arellano es un orgullo para su partido y para Sonora. Lamento que otros no puedan decir lo mismo.

Que la justicia llegue tomada de la mano de la ley y sus procedimientos es el propósito de este gobierno estatal que va por el camino correcto. No entorpezcamos con la política lo que la justicia busca para Sonora”.

Con Gilberto firma también Blanca Andrea de la Mora Cruz, Secretaria General.

IMPONEN DELEGADO

En la misma carta-queja del panismo estatal –ya sin la arrogancia del poder perdido--, como diciendo “ah, sí, también hay otra cosa”, dedican un párrafo a asambleas donde eligieron dirigencias en San Luis y Agua Prieta; y solo tres renglones al “pinochetazo” a Lorenia Ruiz, delegada en Guaymas, quien rescató las siglas de las apáticas manos de Juan Pedro Laguna, un sujeto enviado de Hermosillo que estuvo pintado durante los procesos pasados.

Los tres renglones dicen: “Igualmente se aprobó por unanimidad la nueva Delegación para el Municipio de Guaymas, la cual será encabezada por David Martín Kiamy Félix y Ofelia Camarena”.

El “bullying” político tuvo respuesta airada del panismo local, que sigue bocabajeado, pues ni elegir dirigente los dejan. Culpan, los tradicionales azules, a Lorenzo De Cima, el alcalde, porque –aseguran—“tiene la chequera”. Ojalá hablen de la chequera personal, porque usar la del Ayuntamiento que preside, es delito; pero también inmoral, lo cual dista de ser característica familiar.

El exdirigente Jorge Torres se fue como hilo de media contra la imposición; igual el regidor Antonio Cházaro; hasta el exalcalde (2000-2003) Bernardino Cruz Rivas reapareció pese a su dañada salud, señalando con índice flamígero la necesidad de dejar que los panistas guaymenses decidan, pero todos, no grupitos. Tal vez se le “chispoteó”, pero hizo ver mal al Lorenzo “imposicionista”.

Ahora se sabe, la secretaría general Dalia Laguna, empalmense ella, les dijo que esperen 6 meses, luego harían el proceso democrático demandado. David Martín Kiami Félix, quien ya despachó en el PAN como delegado en 1998 y dejó al panismo a Bernardino precisamente, hace labor de filigrana para convencer a los enojados. Debe hacerla, pues no es fácil la encomienda.

En lo local, quienes confían en el “güero” que tiene nombre de Rey y apellido de beduino, creen terminado el conflicto, pese a no convencer a todos, pues así es la democracia. Además, como plantea Alberto Albín, exdirigente también y hoy funcionario de Lorenzo: “cuando han tenido el PAN en sus manos, han perdido”.

Le corean muchas voces que hablan del “paquetón” de David, pues su labor es fortalecer al PAN, no de figurín. Se ganó en Guaymas todo y así debe mantenerse miras superiores. No ahora, sí en cinco años, cuando se olvide zancadilla azul padrecista al mismo azul.

Papel impecable debe cumplir el alcalde, bajo la lupa del tricolor sobre todo porque desde su llegada a la silla principal del Palacio de Piedra, sacó trapos al sol dejados por Otto Claussen y lo podrido está en todos lados por las leperadas del teutón cleptómano. Y sabe perfectamente que la gente ya no quiere otro alcalde así, Guaymas no lo soportaría.

Y mientras el panismo gobernante devuelve a Seguridad Pública un edificio nacido entre desvío de recursos y constructores generosos, los dardos venenosos zumban al lado de Lorenzo De Cima. Unos los lanza Rubén Contreras Herman, coordinador –de mentiritas, pero apantalla a algunos-- de los regidores de regalo del tricolor en el Cabildo.

Contreras, compañero de viajes pagados --con el erario-- del excontralor claussenista, critica que se ponga a funcionar el pabellón del deporte, un edificio que no se entrega aún oficialmente, pero ¡Que caray! no creo que deban dejarlo caer. Costó 200 millones de pesos según la Comisión Estatal del Deporte del Vinko Sagrestano, aunque constructores locales dicen que ningún avalúo supera los 50.

El muchachito Contreras entonces, no debe meterse en las patas de los caballos, pues al querer defender al endeudador de Guaymas de quien fue empleado, queda en el mismo papel del panista Guillén que mete las manos al fuego por los pillos del padrecismo. A no ser que haya razón en quienes lo mencionan como aspirante a diputado local en 2018. Por el PRI, claro. Brincos diera.