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Estas líneas...

+ Mal liderazgo sindical falló al querer sabotear metas estatales; certifican al hospital y crecerá; AMLO interesado en ayudar a nuestras etnias; la alcaldesa sufre, la ciudad también; combatir la delincuencia, espada en prenda del mando naval

 

GUAYMAS, Son.- Juan José Bernal lleva 22 años dirigiendo aquí a los burócratas estatales y más tiempo a cargo “extraoficial” (¿?) de vigilar el sexoservicio, lo cual no cumple pero sí cobra, entre otros privilegios de su posición, como conseguir plazas a familiares y amigos.

Así metió a sus hijos, Cristian y Mario, doblando funcionarios con amenazas o acusaciones de cómo llegaron allí. Algo así como “mira quien me dijo…”.

Por eso entendí lo que pasó en el Hospital General, desde que la gobernadora anunció mejor cuidado a la salud de los sonorenses e iba por más, pero lograrlo requería certificar esta institución donde en el pasado moría gente a sus puertas. Se buscó el procedimiento ante lo federal, se trabajó duro y comenzó el pleito, pues debían confirmar que los dineros no se “perdían”.

No quiero saber si “los Bernal” estaban allí, adueñados del Hospital con oscuras ramificaciones en octubre de 2013, cuando murió el jornalero José Sánchez Carrasco por falta de atención, lo cual condenó la propia Mercedes Juan, entonces secretaria de Salud.

Recuerdo que uno de ellos era titular de Tránsito con Otto Claussen; el otro ya medraba en el sector Salud en conveniente dupla; y que pagó con su despido el director, Alfredo Cervantes, hilo delgado de la trama.

Esa podredumbre se comenzó a quitar con la nueva visión sonorense, pero los malosos no iban a entregar fácilmente el control de décadas de corrupción. Tampoco dejar ir trabajadores, utilizados para el chantaje, hoy que en otras siglas buscan alejarse de la simulación.

Por eso “papá Bernal” se manifestó y acusó de traidor al doctor Jesús Benítez, director hasta el lunes pasado. Pero hizo el ridículo como saboteador del plan de la primera autoridad estatal. Ningún trabajador del Hospital lo acompañó en su “calderónico” paso. Unas quince personas, si acaso, incluida la esposa de su hijo Mario, a quien días antes incrustó como administrador del hospital, en raro –o torpe-- conflicto familiar.

Desde influyente oficina hermosillense preguntaron al secretario de Salud qué pasaba y qué hacía al respecto. Enrique Claussen, quien hace 10 días fue el hombre más felicitado por la gobernadora Pavlovich tras lograr elevado nivel de calidad en infraestructura y servicios médicos–qué orgullo reflejaba doña Claudia por tal logro--, tomó decisiones.

Pese a estimar a los Bernal, aceptó que no son buenos y les conminó a ponerse en paz. No entendieron y la guillotina cercenó testa de Mario; queda en capilla Cristian, a quien ya señalan de lucro vergonzoso con los recursos de la clínica del ISSSTESON.

Y agregan altanerías como esa de amenazar a quienes trabajaron por el hospital y lo certificaron, lo que se traduce, narraba el doctor Benítez, en más de 100 plazas de médicos y auxiliares y unos 300 millones de pesos para programas sustitutos del fracasado seguro popular.

Vienen mejores tiempos a partir de ya. El trabajo valió la pena. Lástima que debieron prescindir del doctor Benítez, a quién inicialmente señalaban como parte de los desmanes de “los Bernal”. La certificación también aclaró eso, así que el Claussen Secretario le puso reflectores junto a la gobernadora, antes de que el facultativo vuelva a lo suyo, la medicina, como lo anunció contento, no con la amargura de los que perdieron por el intento exitoso de la gobernadora Pavlovich, de hacer mejor las cosas a favor de todos.

Pronto seguirán en otras dependencias. A ver si sus funcionarios aprendieron la lección.

TIROS RÁPIDOS:

1.- Andrés Manuel López Obrador sigue distinguiéndonos con su presencia, ahora con el poder de transformar las cosas.

Las etnias son una prioridad en su agenda y qué bueno. Las hemos olvidado desde siempre y la modernidad exige incorporarlos a la tarea diaria de mejorar el país.

De gran valía ha sido la inercia positiva lograda por la gobernadora Claudia Pavlovich en la relación con el mandatario, cultivada de antemano, gracias a la visión de quien le entiende a la política y por eso está allí, exitosa. Será bueno analizar los logros.

2.- La alcaldesa de Guaymas Sara Valle tiene problemas a la hora de explicar lo que hace.

La imagen de la ciudad no indica resultados, pero el lamento mayor es que pierda el tiempo pensando en lo que viene para 2021.

Por eso su riña con Rodolfo Lizárraga, cuando le anunció 5 millones de pesos gestionados para Guaymas ante el Gobierno estatal, pues la alcaldesa dijo era logro suyo ante la gobernadora.

Hoy, alguien le dijo que “el Rodolfo” le roba cámara con su programa de colocar lámparas en el oscurecido entorno guaymense y ¡zas! manda quitarle la grúa. Hasta lo acusó de robar lámparas.

Peor: el evento “Le Tour D´France”, lejano a la prueba mundial de ciclismo pero atractivo en lo turístico, le pide una ruta por la ciudad para mostrarla en todo el país. Viera el brete en el que la metieron: no hay una calle buena para mostrar los descuidados atractivos del puerto.

Sara sufre. Y su expresión facial no sugiere que las cosas van bien.

3.- Este servidor le tiene mucho respeto a los mandos navales.

En mi vida periodística he conocido y me impresionan por su formación, disciplina y amor a la Patria, oficiales como el almirante Pedro Toledo Astorga, mi primera fuente informativa en el sector; no me decepcionaron subsecuentes mandos, como Carlos López Sotelo, Luis Carlos Ruano Angulo, Alfredo Alexandres Santín, mi muy estimado comandante Humberto Maldonado Salcedo y tantos otros oficiales, unos ya idos, otros en retiro, hasta llegar a Rafael Ojeda Durán, actual almirante secretario por reconocidos méritos en campaña.

Por ello confío en que el trabajo encomendado de volverse policías, tras la penosa situación en la que cayeron las corporaciones, tenga esa guía y se llegue a buen puerto.

El marino está dispuesto a sacrificios, incluso recibir críticas devastadoras por la incomprensión de lo que ocurre en México, inducida por quienes ven afectados sus intereses contrarios a los del país y apuestan a que fracasen.

Confiemos en ellos. Y los mandos, sigan lejanos a la foto social, mantengan los buenos ejemplos, para fortalecer ese respeto.