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Estas líneas...

+ Por si acaso, Ricardo Bours se alía con partidos; Dante lo recibe y Lola se enoja; el Ayuntamiento cuestionado: paga comisiones injustificadas; apoyo federal para preservación del pez dorado; ayer él, hoy, la efigie de don Rafael vigila el crecimiento de San Carlos


GUAYMAS, Son.- Dante Delgado Ranauro es un político forjado en el priísmo duro, pero desertó del tricolor al acusar que las siglas se volvieron empresa de unos pocos, por eso fue perseguido y preso.

El originario de Alvarado ocupó cuanta posición de poder hubo en Veracruz, y en lo federal, donde fue embajador de México en Italia, Representante ante la FAO y legislador. Gobernador interino cuando el poderoso espía Fernando Gutiérrez Barrios fue llamado por Carlos Salinas a ocupar la Secretaría de Gobernación, termina su encargo en 1994 acusado de desviar recursos, por eso estuvo preso 15 meses.

La “vendeta” de la nomenklatura priísta funcionó a medias. Fue absuelto y le ganó una demanda por daño moral al estado mexicano, que pagó Hacienda, no sus persecutores. Por eso fundó Convergencia en 1997 y, en 2006, fue electo primer senador por mayoría en ese partido.

Candidato a gobernador en 2004 y 2010 por la coalición PRD-PT-Convergencia, perdió ante escándalos de irregularidades. En 2012 se unió y coordinó en su suelo la campaña de Andrés Manuel López Obrador. Al nacer el partido Movimiento Ciudadano sustituye como coordinador nacional a Luis Walton.

Por su parte, Ricardo Bours es miembro de una élite empresarial que, como decían nuestros viejos, “no va a la guerra, pero hace jaras”. Esta vez irá, se dice dispuesto.

Alcalde de Cajeme al comenzar el siglo, se hizo a un lado cuando su hermano Eduardo transitaba a la senaduría, luego a la gubernatura. No le fue mal. Ocupó un puesto que promovía inversiones desde una gran oficina.

También se fue del PRI al no ver equidad, como le explicó en una carta al líder estatal Ernesto de Lucas; también le dijo que observa “un distanciamiento entre la dirigencia y la militancia” y no ve que vaya a cambiar.

El PRI no lo haría candidato, pues, y “me pesa mucho y no lo quiero hacer molesto o resentido, prefiero hacerlo a tiempo”. Y se fue. Pidió su baja el 9 de febrero y la constancia que lo confirma.

Cabe señalar, Ricardo Bours pudo provocar la aparición en la escena pública, del discreto –aunque, como el poder, se siente en todos lados—empresario capitalino Ricardo Mazón, quien afirmó que el cajemense junto con Ernesto Gándara serían las mejores opciones del PRI para el 2021.

“Es de los dos que más se habla”, les dijo a columnistas del Grupo Compacto hermosillense.

Pero la renuncia cambia el escenario. Bours quiere ser gobernador, anda en campaña, o como se llame a eso, y afirma tener más capacidad que los demás sonantes, incluso Alfonso Durazo, de quien dice, no lo haría mejor que él al promover inversión, empleo y hasta seguridad pública, en lo que encuentra fallo al secretario de ese rubro en el país.

Curriculum político no tiene mucho. Empresarial sí. Pero ¿qué tienen qué ver Dante y Ricardo?

Bueno, en el tejido fino que hace el cajemense, añadió conversaciones con el dueño del MC y en la Asamblea Nacional de esas siglas se hizo referencia al tema Sonora. Vieran la mar de elogios hacia Ricardo, presente en el evento como invitado especial, vertidos por el veracruzano y por quienes comparten el control de ese partido.

Lo menos que dijeron es que el personaje más prominente del “Yaqui Power” ha hecho una gran contribución ciudadana en lo político y en lo empresarial.

El acercamiento tiene explicación: Bours podría batallar para su registro como candidato independiente, así que le vendría bien un buen partido y mejor si está al alza. El paso le ahorrará trámites, firmas de afiliados, asambleas. Qué necesidad, con tanta capacidad.

Pero el acuerdo raspa muebles. María Dolores del Río, quien controla el MC Sonora a través de Charly León, cree tener talla para ser la candidata, así que la foto de Ricardo con Dante fue un baldazo de agua fría.

Un pataleo válido de doña Lola resume que en el MC no se valen las imposiciones, así que no permitirá que impongan a Ricardo.

La respuesta de Bours: “si no se valen las imposiciones, qué es lo que ella pretende”, refiriéndose a que los dirigentes de los partidos creen poder tomar y repartir posiciones, con ellos a la cabeza.

Pero conciliador al fin, prefiere descartar problemas y “Dolores entenderá”, se sumará al proyecto y harán muy buen papel en el próximo proceso electoral. Por lo pronto, se eleva el calor político en Sonora, preludio de lo que viene.

TIROS RÁPIDOS:

1.- Otra vez los regidores vuelven circo la sala del Cabildo, con trapecistas, payasos y domadores, aunque estos últimos no han aprendido ese oficio.

De nuevo los mismos acusan, ante la mayoría ¿cómplice? irregularidades donde destacan acuerdos para cobrar menos o más, recibir bienes en lugar de pagos y fijar costos de predios sin contar con la tabla autorizada por el Cabildo, ni el obligado Consejo exigido por la Ley.

El fondo es, denuncian, un pago con suelos que se convertirá en una suma específica –como 21 millones de pesos-- y ganará comisión la empresa de un hermosillense que controla para su beneficio el dinero de los guaymenses, a través de la tesorera Célida Botello y el “señor de las fichas (policiacas)”, Jorge Villa Flores, director del irregular y opaco Catastro Municipal.

2.- Cae en buenas manos el trámite para tomar muy en serio la pesca del pez dorado, que debe ser, como hoy es, para el turismo y la recreación.

Varios diputados federales, con el guaymense Heriberto Aguilar a la cabeza, entienden que falta análisis pero al final, se confirmará que deja más capturar esa magnífica pieza como trofeo del pescador deportivo, que llenar una enorme embarcación para convertirlo en consumo industrial.

3.- Develan la estatua de Rafael T. Caballero en el centro de San Carlos, donde un día de 1957 visualizó el sitio donde miles llegarían a disfrutar de tanta belleza natural.

Desde allí mira a la comunidad creada en medio siglo de  impulso. A su espalda, el Tetas de Cabra, cuya imagen da la vuelta al mundo; y en la placa, su frase célebre: “Estos son hombres… no vaciladas”.

Honor a quien honor merece.