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Estas líneas...

+ Omisiones dimensionan la corrupción que mata a 8 jornaleros agrícolas; IMSS y Salud deberán cobrar sus servicios a los empresarios; llama Claudia Pavlovich a replantear la estrategia de seguridad; el “Astoria” genera el primer “home port” del país en Puerto Peñasco; transportistas quieren cobrar al Ayuntamiento, molestando a los conductores guaymenses

HERMOSILLO, Son.- La autoridad del transporte en cada estado autoriza a utilizar vehículos para llevar y traer trabajadores.

No es el director del rubro, el empresario, el dirigente sindical ni el trabajador, quienes escogen el medio y condiciones para acudir a su trabajo. Es la ley. Se recuerda eso al entregarse la concesión para explotar el servicio.

Fallar en un punto lleva a la falla general, por eso ocurren percances como el ocurrido en el pueblo yaqui de Vícam, donde el tren arrolló a un autobús con jornaleros agrícolas y reveló fallas que, sin estas tragedias, permanecerían ocultas.

¿En qué transportan a los trabajadores? Para el empresario solo es mano de obra. Para el transportista, asientos ocupados. Por eso con que el vehículo camine, basta. Los trabajadores poco pueden hacer, pues su necesidad les impide exigir.

El vehículo era uno de esos destartalados, con fallas mil. No importó, como no importó dejarlo en manos de un conductor inhábil, sin permiso confirmado por una licencia cuya entrega cobra la Agencia Fiscal del Estado, agravantes que obligan a suponer que las cosas no quedarán en el kilómetro 40 de la carretera federal 15, donde ropa, bolsos, comida y fluidos humanos y de la unidad, enmarcan la tragedia.

Dice la Fiscalía estatal que el chofer no iba borracho ni drogado, pero hubo 8 víctimas mortales y 30 lesionados confirmados por la Secretaría de Salud, que como nunca, trabaja en este tipo de respuestas y trasladó víctimas a los centros médicos donde salvar la vida es prioridad.

Ahora se espera igual respuesta de la Fiscalía de Justicia, para determinar responsabilidades.

Primero la del chofer. Luego, de quien le dio la licencia –si la tiene— para conducir la unidad con personas a bordo, en este caso 50 jornaleros, o más, como acusa el rumor.

Enseguida, si la unidad cumplía la obligada revisión mecánica, el permiso de Tránsito que incluye portar placas de circulación, la autorización de la Dirección Estatal del Transporte reflejada en el documento de concesión, especificación de tareas y existencia del seguro de viajero.

Ya el IMSS puso el dedo en la primera llaga: el delegado en Sonora, Guillermo Noriega, confirma que los trabajadores no estaban afiliados al Seguro Social y, como se exige en los nuevos tiempos, anuncia que aplicarán sanciones por esa que ha sido una omisión constante.

El sector Salud Sonora atendió a la mayoría de las víctimas. Otros el IMSS. Eso cuesta y –también lo exige la ley-- los patrones deberán pagar el gasto médico y servicios funerarios. A ver si ahora sirve de algo la Secretaría del Trabajo, que conoce de esto y lo ha permitido.

Son millones de pesos y no los debe pagar el sector oficial, pues abonaría a la omisión y a las violaciones consuetudinarias a la ley. Y a las garantías individuales, porque se abusa de gente que solo busca trabajar, por parte de quienes pueden, pero no quieren pagar.

Eso es corrupción. Y quienes la practican tienen nombre y apellido.

TIROS RÁPIDOS:

1.- Fuerte llamado de la gobernadora Claudia Pavlovich a integrantes de la Mesa de Seguridad por la Construcción de la Paz: hay que ajustar estrategia para mejorar resultados.

El replanteamiento lo solicitó en la primera reunión de 2020 de ese grupo que, sí, se reúne y habla de cifras, pero en las calles de Sonora persiste la violencia mortal y el baño de sangre.

Pidió fortalecer coordinación de los tres niveles de gobierno, más trabajo en prevención y atención del delito y que ninguno quede impune. Para inhibir la delincuencia llegó la Guardia Nacional y se colocó en mandos policíacos a elementos castrenses, pero no han dado resultado, por eso el mensaje llegó al secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, y al de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval.

La gobernadora Pavlovich sabe de sus obligaciones y le entra: “yo asumo la responsabilidad que me corresponde y quiero que todos los que estamos aquí asumamos la que cada uno tiene”, y exigió a las Fiscalías de la República y del Estado ejecutar órdenes de aprehensión, de cateo; y establecer objetivos en común y acciones concretas, “para que en Sonora ni un solo delito quede impune”.

Eso, precisamente, es lo que sigue esperando Sonora de quienes llegaron a alto costo, para hacer una labor que, acusaron, no hacían nuestros policías.

2.- El crucero de placer Astoria inició su primer viaje y primer “home port” de Sonora para este tipo de turismo, en Puerto Peñasco, donde el “Kiko” Munro, un alcalde que gana puntos para buscar posiciones representativas mayores, se sacó “un 10” en apoyo a la meta impulsada por todos, a partir de la gobernadora del Estado.

El primer viaje del Astoria cubrirá la ruta Golfo de California entre en enero y febrero. Peñasco lo conoció y dejó buen sabor de boca al Consejo Consultivo Empresarial, prestadores de servicios y autoridades que pudieron convencer a la naviera, de convertir a este puerto en el primero de origen y destino de cruceros en México.

Ah, el Astoria tocará Guaymas en una semana. A ver cómo nos va con un turismo que podría encontrar desagradables cosas en el centro histórico del puerto, que incluye enojosas acciones de ciudadanos inconformes con su autoridad municipal.

3.- Transportistas liderados por Octavio Fajardo no han podido cobrar algo así como un millón y medio de pesos al tracalero Ayuntamiento guaymense, por ello protestan con plantones.

Pero los ciudadanos pagan la venganza de este sector, pues toman cruceros transitados y hacen ver su suerte a los conductores, en lugar de ir a Palacio, a la casa de la alcaldesa, de la tesorera y de aquellos que destinan el dinero de los proveedores a otras cosas, a hacer esa presión.

Trabajadores, estudiantes, todos, pagan por esa acción y así no lograrán mucho, lo saben Fajardo y seguidores.