+ Beltrones mueve el agua, aunque no sea el de ayer; menú ligero de Raúl Navarro en el congreso; Heriberto Aguilar anuncia electrificación de comunidades en Sonora, La Manga incluida; Guaymas distribuye la gasolina, pero aquí es más cara; pese a la escasez regional, nadie reclama 25MM3 de agua
GUAYMAS, Son.- Hacer como que Manlio Fabio Beltrones ya está al margen de las cosas importantes de la política del país, está bien, pero no es cierto.
El nativo de la antigua colonia Irrigación, luego Villa Juárez y municipio Benito Juárez desde que fue gobernador, es figura de talento y experiencia, cuya marca se fijó en muchas decisiones importantes del país en las últimas décadas.
Él “fue invitado” a una conferencia virtual con un grupo llamado Movimiento Líder al interior del PRI y, vaya que movió el agua y se escuchó a un Beltrones típico, conciliador. Hasta llamó a bajar “dos rayitas” a promotores de ideas golpistas, como para reducir los obuses mil que la ultraderecha y demás hierbas lanzan contra el gobierno de López Obrador. También lo hizo hacia Morena, aunque por separado, como debe ser cuando hay tribus en pugna.
Cierto, ya no es el Beltrones del ayer, cuando era secretario de gobierno y cayó –hacia arriba—para ir a la subsecretaría de Gobernación con su padrino Fernando Gutiérrez Barrios, de donde regresó como candidato a senador, catapulta para volverse gobernador. Ganó así de fácil.
En lo nacional fue de todo, hasta que dirigió al PRI y, tratando de salvar a un partido en declive, pudo cometer errores. Los principales, dicen sus allegados, cuidar demasiado de sus amigos y por eso el nuevo régimen lo mantiene a raya con demandas que penden cual espada de Damocles.
Recordé la continua labor de zapa de sus enemigos, al leer un mensaje de Adolfo Salazar, próximo secretario de Morena en la entidad, donde acusa al encumbrado político así: “Que nadie se confunda: para Morena en Sonora él mismo representa todo contra lo que luchamos y que ya no queremos para Sonora”.
Esa es pues, la respuesta a lo que otros consideraron una conciliadora expresión de un Beltrones pidiendo calma, porque el presidente López Obrador llegó con votos y la vía para desplazarlo del poder, si fuese al caso, son los votos.
Es decir, llamó a lo que viene en 2021 para ver si es cierto que los votantes no quieren un proyecto como el que plantea Andrés Manuel. Si lo quieren, deberán callar los agraviados del proceso en marcha para cambiar las cosas y construir un régimen menos injusto.
También es un “aquí estoy” de Beltrones –como si alguien pudiera decir que no ha estado—rumbo al 21, pero sabe que muchos de sus amigos ya no están, otros ya no lo son y algunos están del otro lado, con opiniones parecidas a la pronunciada por el Salazar antes mencionado, que puede ser la misma de Alfonso Durazo, a quien hoy el péndulo del poder lo tiene en la cima.
El multipartidismo de Beltrones hace pensar que el sonorense hoy en la banca –es un decir—mantendrá influencia en cuanto ocurra antes y después de la elección. No pelea, pero hace jaras, decían los viejos jefes apaches, y eso hará no para meterse en la grilla, sino para que no lo saquen.
De entrada, ya modifica el plan inicial de Dante Delgado en Sonora, donde busca una estrategia tipo Jalisco –Enrique Alfaro ganó la alcaldía de Guadalajara, luego la gubernatura para el MC--, haciendo candidato a Ricardo Bours, quien así ahorraría el esfuerzo que implica volverse candidato independiente.
Es que cobró fuerza la integración de aquel frente amplio ya invocado en este espacio, para unir al PRI con el PAN, PRD, los obvios buscacolumpios PVEM y PT, más los que queden huérfanos, pero invitaron a Movimiento Ciudadano. Eso sacudiría al cajemense que lleva mucha delantera en su campaña rumbo a la silla estatal.
Pero es absurdo pensar que así detienen a Ricardo Bours y su plan independiente. Si algo le incomodara de ese incomodo proceso fuera de siglas, aplicaría su plan B --¿O sería el A?--, de aliarse al preferido de las mayorías sonorenses, el “Borrego” Gándara, y al panista externo Antonio Astiazarán, que también atrae votos, buscando un reparto del pastel que acomodaría cosas y perfilaría el siguiente futuro.
TIROS RÁPIDOS:
1.- Raúl Navarro Gallegos tuvo menú ligero al comparecer ante diputados sonorenses, a quienes debía explicar qué pasó con 520 millones de pesos solicitados por el Gobierno del estado para enfrentar la pandemia de Covid-19.
En ese día de campo aclaró el secretario de Hacienda que las finanzas en el Gobierno de Claudia Pavlovich se cuidan con riguroso celo, lo cual se reconoce en todo el país. Luego, que la cifra era parte de un crédito mayor etiquetada para infraestructura hospitalaria, pero al no haber obras, el dinero no se ha dispuesto, así que no se puede perder. Y se acabaron suspicacias.
2.- Heriberto Aguilar Castillo coordinó reunión virtual con funcionarios nacionales de Comisión Federal de Electricidad y diputados federales de Morena Sonora.
El legislador por el 04 Distrito dice que uno de los temas tratados fue la solicitud para electrificar y promover su desarrollo, de comunidades rurales como La Manga, en Guaymas; Moctezuma, Nacozari; y Mesa de Tres ríos (Nácori Chico); y que “en los siguientes días, CFE presentará y haremos públicos los proyectos aprobados. Nos adelantan buenas noticias”.
Lo aplaudo. El representante guaymense hace honor a su oferta de “luchar por un desarrollo con justicia por la prosperidad, en principio por los que menos tienen”, y eso es noble.
3.- La pasada semana otra vez Guaymas estaba en el plano nacional, para mal.
Profeco dijo que la gasolina más cara se vende aquí. Usted decide entonces, si sigue comprando a la empresa que eran gasolineras Delicias, de la familia Iberri Márquez, luego de los Iberri Sandoval, antes de arrendárselas a un consorcio tijuanense que las rebautizó como ARCO.
Recordé cuando José Ramón Uribe, quien emprendió el viaje eterno hace unas semanas, me decía que la gasolina la encarece el costo de almacenaje en las instalaciones portuarias de Pemex, y sigue vigente su pregunta: ¿Por qué si de aquí se envía a todo Sonora, aquí es más cara? Algunos no quieren que se develen esos misterios.
De salida: Los agrotitanes de Obregón aceptan que Guaymas tiene derecho a 25 millones de metros cúbicos de agua de la Cuenca de San Marcial-Mátape, pero –increíble ¿no?—nadie la reclama, por eso la Comisión Nacional del Agua no se la da pese a tanta escasez.