+ Ricardo Bours: promesas, críticas y, sí, calificó con una palabrota a Durazo; la Fiscalía General de la República busca a exregidores; Ordaz, se le viene una tormenta por “sus” terrenos
GUAYMAS, Son.- Ricardo Bours es directo al responder y no dio rodeos la mañana de este martes ante la prensa, antes de desarrollar una agenda en los lugares típicos de visita para un candidato: la Serdán, para volantear; el Mercado Municipal, para convivir y bromear con la raza; y terminar en eventos con jóvenes y mujeres en el hotel del “Chino” Zaragoza.
Si hubo una cena en la casa de algún rico, no se consignó en la agenda y respetamos la discreción.
Pero habló de la violencia con preocupación y llamó a detenerla, acusando que en Guaymas --¿Dónde no?—“también fracasó la estrategia de militarización de combate a la inseguridad”, pero con su triunfo en las urnas podrá hacer lo necesario para regresarle la paz a sus habitantes, “es máxima prioridad”.
El candidato de Movimiento Ciudadano nos halagó al decir que Guaymas es un hermoso puerto y “es una pena que la inseguridad ante el fracaso de la estrategia de militarización, limite el potencial de desarrollo que tienen”. Cree que puede ponerse peor la situación y “lo que estamos viendo puede ser el principio de una guerra".
Luego, el agua, su escasez, un problema de décadas. Recordó, ya se tiene una desal(iniz)adora y “a ver cuándo queda lista”. Y nos asusta como antes con la violencia, al preguntarse ¿Cuánto va a costarle el agua a los guaymenses?
También habla del proyecto del Mercado de Mariscos pero allí le falta información. Fueron una serie de errores, el primero de los cuales es hacer el edificio en suelo ajeno, con recursos federales etiquetados para otras obras y, antes de terminarse, funcionarios municipales ya reñían por “sus” espacios.
Caminó por la Serdán, la plaza 13 de Julio y su romanticismo alrededor del kiosko, el Mercado y “la raza” encantada de saludar al candidato. Se gana a la gente. Le falta pueblo, sí, pero aprende rápido.
¿Y qué creen? Acepta haber usado la palabrota esa con la que cuestionó la capacidad de Alfonso Durazo. “No puedo desdecirme”, responde, y explica que fue en una reunión con agricultores en Cajeme, donde había un “oreja” captando todo con su celular y llevó el chisme a la prensa.
“Es que estaba enojado”, dijo, por las cosas que el bavispense anuncia que hará para frenar la violencia en Sonora, cuando no pudo hacerlas siendo el responsable de la seguridad pública en el país. Y pues, como aquella vez a su hermano Eduardo cuando era gobernador y enfrentaba la exigencia de un maestro, le salió “lo ciudadano”.
CUATRO AÑOS DESPUÉS
El 7 de abril de 2017, Contraloría Municipal recibió reporte de un contrato para adquirir útiles escolares para hijos de los agentes de la Policía de Guaymas, esfuerzo noble de no ser porque la empresa proveedora era propiedad del Director Administrativo en la corporación.
El Ayuntamiento pagó en julio 7 y 8 de 2016, dos facturas de 323 mil 250 pesos cada una, por 431 paquetes surtidos por “Zuperpapelería Miramontes” –creada un año antes, cuando Lorenzo De Cima había ganado la elección de alcalde—y se utilizó dinero del Fondo de Fortalecimiento de la Seguridad Pública, del cual llegaban unos 15 millones de pesos.
Las reglas del Fortaseg decían que comprar útiles escolares no era parte de los objetivos del programa y el portal www.gob.mx era muy explícito. Les valió.
Hoy, el administrador de la Policía Municipal de la época, Carlos Alberto de la Cruz Paquini enfrenta problemas como los tendrá el Comité de Adquisiciones que no se movía sin la venia del regidor presidente de la Comisión de Hacienda Pública, el rico empresario transportista Eduardo “El Pin” González Gaxiola, quien deberá declarar esta semana ante la Fiscalía General de la República sobre este presunto desvío de recursos federales. También le preguntarán sobre uniformes que nunca sirvieron, chalecos tácticos que nunca llegaron y otros materiales “perdidos” en el camino.
Y luego nos preguntamos por qué López Obrador extinguió estos programas.
TODOS ROBAN
Ayer me enteré, según datos históricos, que solo en la zona norte de Guaymas el Ayuntamiento ha perdido unas 80 hectáreas de su patrimonio –nuestro, de los guaymenses— en muchos casos por mal intencionados proyectos de gente que invadió, cercó, vendió sin títulos o simplemente se apropió y justificó vendiendo a inversionistas.
Eso no aparece en los informes del alcalde en turno –varios aparecieron después como dueños de grandes extensiones-- o en escrituras de los que tuvieron la mala fortuna de comprar a depredadores inmobiliarios.
Viene al caso porque este miércoles debe comparecer a declarar el terrateniente urbano que obtuvo suelos así, o con amañadas demandas laborales, José Ordaz Aguiar, a quien le espera una tormenta legal y querellas mil.