Banner

Estas líneas...

+ “El Borrego” y su reencuentro con todos; Marko Cortez, un duro mensaje; PAN-PRI-PRD ¿Agua y aceite? Sí, pero para frenar a Morena

GUAYMAS, Son.- ¡Es "El Borrego"!, soltó un locatario que la mañana de este martes hacía lo cotidiano en el Mercado Municipal “José María Yáñez”, el inmueble que se comenzó a construir en 1898 por el ingeniero de moda, el polaco Arturo F. Wrotnowsky, constructor también de Palacio Municipal.

“¡Si, sí es!”, otra voz asentía. Ernesto Gándara Camou comenzó allí su gira del día en su campaña por la gubernatura de Sonora. Recorrió toda la zona donde hace décadas se ofertan básicos y productos tradicionales; igual el callejón Porfirio Díaz, que algún día preguntaré por qué, en la época de satanizar al dictador derribado por la revolución maderista, siguió llamándose como el oaxaqueño que un día partió desde Veracruz en el “Ipiranga” y jamás volvió. Sus restos yacen en un viejo cementerio de Paris.

Fue fácil para el “Borrego” el saludo, la charla, el choque de puños. El mensaje alusivo a lo que vio y entendió, lo dio tras la charla con “doña Ramona” (Rodríguez Arellano), quien hace 40 años ofrece fruta y verdura fresca. También Josefina Ontiveros, de la etnia yaqui, con los mismos sueños de mejora. Gándara hizo que sus ojos se abrieran con un chispazo de esperanza, por la promesa del casi guaymense de impulsar sus comercios, más hoy que se evalúan los estragos de la pandemia.

Siguieron los angostos pasillos, donde Francisco "El Paco" Ramos le interpretó un inspirador tema de José Luis Perales. Risas y bromas y de por medio, Gándara llegó a "El Rinconcito del Bocho" donde se despachó un desayuno casero, pero ya no encontró a “El bocho”, quien hace poco dejó ese rincón para ir hacia la eternidad.

Luego, su diálogo con Mujeres de la Sociedad Civil frente a la espectacular bahía de Bacochibampo, en la explanada del hotel Playa de Cortez, esa edificación colonial construida en los años 30 para recibir al jet set hollywoodense, después administrada por don César Gándara, quien seguida era visto en el centro de Guaymas haciendo compras, en Miramar pescando, en la playa, en los jardines, con el pequeño de ojos azules y ensortijado pelo llamado Ernesto. Don César, quien gustaba de cantar y dejó discos con su bien entonada voz, fue anfitrión de figuras legendarias del cine, el deporte y la política.

Allí, Ernesto Gándara recibió al presidente del Partido Acción Nacional, Marko Cortés, para reunirse con las mujeres, receptivas al duro mensaje del líder azul, quien no se anduvo por las ramas para definir su búsqueda: “la coalición Va por Sonora y su candidato, Ernesto Gándara, están trabajando con el único objetivo de impedir que Morena venga a mal gobernar el estado”.

Por si no se entendió bien, siguió: “No podemos, no debemos permitir que la mancha destructora morenista venga a Sonora”. Alguien se interroga si no estaría exagerando y pareció escucharla: “miren, no quiero exagerar, pero todo lo que toca Morena lo echa a perder”. Enseguida la vieja convocatoria de “recibir todo lo que les den, pero voten por el PAN” –su candidato es el mismo del PRI y del PRD--, porque “Ernesto Gándara es el único que le puede ganar al proyecto destructor morenista”, del que alude, se burla de las mujeres y respalda a un candidato con cinco denuncias de violación. Marko dice que la buena noticia es, hoy la mayoría de las mujeres ya no están con Morena.

Esa coalición “no tiene pies ni cabeza”, decían muchos. Pero no, ese “agua y aceite” se aclaró, tiene una meta fija: “se trata de salvar al país”, dijo el  dirigente panista.

Siguió la rueda de prensa, con marcado pero obligado retraso. Luego, con los representantes de las principales tareas productivas, donde propuso un segundo aguinaldo para los trabajadores con apoyo de lo que será su Gobierno, “porque la reestructuración económica se construye desde abajo, con la población más vulnerable”. Es una forma de que los pequeños comercios puedan ofrecer mejores condiciones de trabajo a sus empleados, explicó el “Borrego”.

Con los empresarios se vio relajado, con los dirigentes sociales igual. Bromeó, dio y le dieron “carrilla” (bullying, le dicen ahora) y le aclaró a Marko Cortez que no debía preocuparse, “son mis amigos, conozco al 90% de los que están aquí”. Caben 400 en el Salón “La Noria” en el Hotel del “Chino” Zaragoza, pero la pandemia solo admitió una tercera parte.

Después, la comida con liderazgos azules en el restaurante de mariscos de Toño Contreras; el encuentro con jóvenes en la descuidada y maloliente explanada del Malecón Turístico; con la estructura territorial, en el hotel Playa de Cortez; y finamente, cena privada en la academia de basketbol “Ostioneros”, el equipo y actividad que elevó la presencia de Rogelio Sánchez de la Vega y fortaleció su figura para así, ser considerado por esta alianza para buscar la alcaldía de Guaymas.

Fue una gira dinámica, de reencuentro y con mucho reflejo amistoso, cuyo resultado en los números se reflejará pronto en este suelo.