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Estas líneas...

+ Se siente el silencio electoral; el INE da oportunidad parare flexionar el voto; por terminar la elección más violenta; Sonora en la lupa del mundo, por asesinatos y desapariciones

GUAYMAS, Son.- Se siente el silencio iniciado a las 24 horas de miércoles, cuando por ley concluyó la campaña electoral de 2021.

La mañana de jueves, aunque amaneció sucio el malecón por la irresponsabilidad de quienes deben limpiarlo, la ciudad no estuvo como en campañas previas, cuando pendones, mantas, bardas y demás, saturaban la imagen de la ciudad en una terrible contaminación visual que nadie retiraba.

Abierto el “período de reflexión”, la ciudadanía disfruta ese “silencio” a prolongarse hasta el domingo, y así podrá decidir por quién votar. Los medios de comunicación ya no difunden información relacionada con actos de campaña, no hay reuniones o actos públicos, la propaganda partidista cesa incluyendo encuestas y sondeos, y también cesa la gubernamental. A propósito de contaminación visual, la Ley ordena retirar la propaganda de la vía pública en los 7 días posteriores a la conclusión de la jornada.

La veda también aplica para redes sociales. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación advierte de sanciones si los candidatos continúan utilizándolas para promoción, lo cual evaluarían el INE o los órganos locales estatales para determinarlas, contra candidatos o partidos. Dice el INE que esta veda electoral debe propiciar las condiciones para que la ciudadanía pueda reflexionar y ejercer el sentido de su voto con total libertad. Consta de 3 días previos a la votación, hasta el fin de la jornada, el domingo 6 de junio.

Sigue siendo la gente el objetivo de esta sana práctica, de respetar la decisión sobre un tema tan importante como la elección. En este sentido nada hay que reprochar al Estado. El INE es el garante de estas conquistas y debemos cuidar tanto a la institución, como esta herencia de tantos luchadores que pensaron en un mejor país para sus hijos, a partir de la democracia como vía para lograrlo.

ASI SE LLEGA

México vive sus elecciones más violentas de su historia moderna. Lo confirman 782 agresiones contra 774 de 2018, aunque el número de homicidios suma 35, contra 48 en aquellos comicios.

Daños a la propiedad, secuestros, atentados contra familiares, intimidación, intentos de homicidio, palizas, despojo de oficinas, abuso de autoridad o abuso sexual, se registran los últimos meses. Se hirió, secuestró o se dejó con el vehículo en llamas a 737 personas; 518 eran aspirantes y candidatos, 120 militantes de algún partido y 99, autoridades electas, hasta mayo. Hubo 5 nuevos incidentes el 31 de mayo y el 1 de junio, que elevan estas cuentas.

Van 89 asesinatos de políticos en 14 estados. De las 782 agresiones o delitos globales, 117 se dirigieron contra políticos, aspirantes y candidatos veracruzanos, 15% del total nacional.

Si se habla de orientación política, en un 44% fueron contra integrantes de la coalición PAN, PRI y PRD y el 28% a miembros de Morena, PVEM y PT, principales fuerzas contendientes en este proceso que el Instituto Nacional Electoral califica como el más grande de la historia. Hace 3 años, 100 de los incidentes registrados ocurrieron el día de la elección.

La política municipal es la más golpeada, con un 75% de los casos. Luego, quienes aspiran a un cargo estatal, 16%; el 9% es contra candidatos a cargos federales.

Hoy, con excepción del oficio de policía, el puesto de trabajo más arriesgado en México es presentarse a cargos como el de alcalde de un pueblo; en abril murieron 34 policías y 2 militares, pero el registro de víctimas mortales menciona 13 políticos; otros 18 en marzo. Entre septiembre y abril, el indicador fue de 79 políticos asesinados, 27 de ellos candidatos.

El estado sugiere que la estrategia implementada por el Gobierno federal para protección de candidatos da resultado, pues en lo referente a la “violencia letal” contra políticos, las agresiones se elevaron, pero los homicidios se han reducido.

MUERTOS Y DESAPARECIDOS

En Sonora, el candidato de Movimiento Ciudadano a alcalde de Cajeme, Abel Murrieta, fue asesinado y no hay datos que sugieran castigo a los criminales, mientras un importante líder yaqui y vocero de la etnia, Tomás Rojo Valencia, permanece desaparecido.

La sociedad reclama aclaraciones, sin resultado aún, a una autoridad que parece rendirse ante la ola criminal que enfrenta la entidad. Hacia ese tema se orientan estos hechos, si se descartan motivaciones de índole política.

Sobre el líder yaqui, el mundo sabe ya de su desaparición y recuerda que es un defensor del agua de la etnia. En 2014 estuvo exiliado de su comunidad, por una orden de aprehensión considerada como un acto represivo de quienes construían el acueducto Independencia para llevar a Hermosillo el agua del Río yaqui, históricamente propiedad de ese pueblo.

Hoy, se prevén disputas al emprenderse el plan de justicia para los pueblos yaquis, ordenado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Será mala promoción para el país confirmar represión con este origen.