+ Ni regidores ni el secretario responden ante denuncias de corrupción; con su muerte, Tomás Rojo refleja la ardiente situación en la región yaqui; AMLO tocó el tema en su “mañanera”; un cansado Empalme ansía la llegada de Luis Fuentes Aguilar
GUAYMAS, Son.- Cuando un funcionario público asume un cargo para el que no es capaz, comete un acto de corrupción y daña a la comunidad.
Recién leo la información de Claudia Alejandri, en Expreso –por cierto, el diario de Julio Luebbert ya no se distribuye físicamente fuera de Hermosillo, signo de los tiempos--, donde consigna la denuncia ante el regidor Antonio Pintor, sobre robos cotidianos en la dirección de Servicios Públicos Municipales.
El hurto es más frecuente en combustible y material de uso diario, dice la Asociación Civil “Unión y Fuerza Guaymense” vía sus fundadores, Francisco Villaflor y Rogelio Smith. Le dijeron a Pintor que “los mismos empleados municipales saquean todo lo que pueden”.
Ya se lo habían comentado al improvisado secretario del Ayuntamiento, Manuel Arturo Lomelí, pero como a ese señor le vale el interés general de Guaymas, “respondió que mientras un juez no determine que efectivamente hay corrupción, no habrá fundamento en las palabras de quienes acusan”. No quiso oír, no anunció investigación, ni siquiera molestó al “chipilón” jefe de la dependencia con eso que, para él, es una impertinencia de esos líderes sociales, que lo son, quiera o no el funcionario que nos heredó como saldo negativo la “Ola AMLO” en 2018.
Pero al exponerlo a otro producto de la misma ola, el edil Pintor, Alejandri escribe: “optó por empezar a caminar rápido y nervioso mientras comentaba lo siguiente: No, no estoy enterado, yo te sugiero que vayas con la Comisión de Seguridad, ahí viene la de la Comisión de Seguridad, vayan, vayan ahí”.
Claudia prosigue: “Posteriormente el regidor se apresuró a salir de Palacio Municipal mientras un reportero le preguntaba: ¿Solapas el robo? ¿Solapas el robo?, y Pintor Hernández no regresó a dar explicaciones”. Ni el secretario, ni el regidor, respondieron como deben responder. Tampoco hacen lo que deben hacer. Entonces ¿qué hacen?
La respuesta es: obedecen. ¿A quién? Ellos debieran explicarlo. Lo bueno, como decía el PRI-PAN cuando quedaba poco tiempo al asediado y hostigado sexenio del luego perseguido y encarcelado Guillermo Padrés Elías, es que ya se van.
Y lo malo, muy malo, será que los representantes del ya cercano futuro, ajenos a las siglas actuales, no persigan esas corruptelas bajo las cuales está oculto el estrepitoso fracaso de las administraciones actuales, que no respondieron a la expectativa y en cambio, afectaron terriblemente la infraestructura física y moral de la sociedad.
AMLO Y LA VIOLENCIA EN SONORA
Al confirmarse la identidad de un cuerpo sin vida encontrado en un paraje de la región yaqui, Sonora confirma también la dimensión que alcanza la violencia –por ende, el fondo exige intervención de los altos niveles de mando en el país— que involucra a esta nación asentada en el sur de la entidad.
La labor científica de la Fiscalía estatal no dejó dudas. Son los restos del líder y vocero de la etnia, Tomás Rojo Valencia, quien la mañana del 27 de mayo fue privado de su libertad y asesinado por desconocidos.
La Fiscalía da esta explicación: “a partir de este momento, el dictamen pericial de la autopsia, la causa de muerte, así como los indicios y datos de prueba recuperados por personal de Servicios Periciales en el lugar del hallazgo, quedan como información reservada y protegida para garantizar el debido proceso de la indagatoria”.
Cosas grandes pasan en suelo yaqui, que hasta el presidente López Obrador tocó el tema este martes en su “mañanera” y prometió atender tales conflictos, con un plan de acción que buscará bajar una rayitas a la creciente violencia que nos puso en el lugar 7 de la estadística nacional de homicidios dolosos.
El presidente viene del 2 al 4 de julio apara hablar de inseguridad, en recorrido por la frontera. Agrega que “vamos a estar conviviendo con la gente, luego vamos a seguir los recorridos hacia el Centro y el Sur de Sonora”. Supongo que allí incluye la región yaqui. Bien.
EMPALME Y SUS DRAMAS
En Empalme, la desencantada población espera ansiosa el final del trienio, que por fin se vaya “El Pantico”, un alcalde por casualidad cuyo mandato lleva un doloroso saldo contra la población.
Los efectos primero del “Kiriki” Gómez Cota, luego el “Pantico” Genesta, hacen ansiar el arribo del comunicador Luis Fuentes Aguilar, a quien Morena encontró con los bríos y antecedentes suficientes para buscar la posición y pensar en algo bueno ante tanta falla previa.
A Genesta lo denunciaron por abusos y malversaciones, pero solo han dictado sentencia por amenazar con arma de fuego a la Síndico del Ayuntamiento. No hay respuesta al resto de demandas por desvío de recursos y asociaciones delictuosas interpuestas por los regidores Eliú León, Roberto Romero, Rafael Cacheux, Reyna Castro y la propia síndico, Adriana Pacheco.
El proceso “no ha sido tan rápido”, dijo eufemísticamente Eliú. La traducción es, diría mi amigo Manuel: “Se están haciendo p…s”, refiriéndose a la lenta Fiscalía Anticorrupción y al precioso florero en el que se convirtió la Contraloría estatal.