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Estas líneas...

+ Hay Semáforo rojo, pero piden piso parejo; critican a la comuna por medidas probadamente ineficaces; atletas y comerciantes retan; Ímuris, pagan justos por pecadores

GUAYMAS, Son.- Golpea duro la “Tercera ola” del virus que mantiene al mundo en jaque desde 2020, y la gente sigue enredada en la misma discusión, sin cobrar conciencia del enemigo común.

Politizamos, golpeamos al secretario de Salud por inepto cuando no convoca a cerrar playas, pero luego por irresponsable, por cerrarlas; cerramos comercios que venden comida, pero abrimos lugares donde se vende alcohol y se reúnen mil sin gel ni tapabocas, volviéndose el mejor medio de contagio.

El Ayuntamiento de este puerto tan golpeado por el Covid, pero más por sus pésimos gobiernos sucesivos –es un municipio pobre con funcionarios ricos--, anunció el lunes medidas restrictivas severas al caer otra vez en rojo en el semáforo de la epidemia. Se elevó la positividad, la hospitalización y mensajes clamando por oxígeno, oraciones o el anuncio de decesos.

Pero como en el pico de la pandemia en su primera ola perdieron los que menos tienen, esta vez a la alcaldesa Sara Valle le salió “la criada respondona”. Comerciantes pequeños le pidieron piso parejo, pues ellos enfrentan todo tipo de freno, no así las grandes cadenas, sobre todo las trasnacionales.

Igual ocurre con los negocios del vicio en donde sin control –pocos usan tapabocas, hay concentración sin gel ni sanitizantes--, se encierran y les da la madrugada, convirtiéndose en un foco de contagio, lo cual no ocurre, por ejemplo, en el Mercado Municipal u otros celosamente sanitizados.

La represión anunciada por la alcaldesa Sara Valle tuvo respuesta. La anunció la mañana de lunes y, la mañana de martes, la principal vialidad del centro fue cerrada por deportistas que acuden a gimnasios locales. La queja es, ellos, atletas de alto rendimiento unos, ejercitadores rutinarios o gente en terapias otros, no pueden ir a lo suyo a lugares limpios y exigentes, pero a bares y cantinas sin esa atención, sí.

Piden considerar esenciales los gimnasios, porque, como observa la destacada deportista y entrenadora Paola Saavedra, “nosotros no somos indispensables, que hacemos salud; pero los antros donde hay alcohol y vicio, están abiertos… y a nosotros nos cierran”.

Critica “la ocurrencia de Sara Valle”. Se refiere a esas medidas de la alcaldesa del puerto y “no es justo que se haga esto; no hay igualdad; que cierre todo o que abra todo”, y lanza el dardo envenenado: el cierre es “una estupidez”.

En cuanto al plantón, que nos hizo rodear a vuelta de rueda por innumerables cuadras, vieran a camiones de pasaje y carga que Tránsito Municipal sigue permitiendo cruzar la ciudad, la bronca para dar vuelta en las pequeñas y abandonadas calles guaymenses. Ofreció disculpas Paola porque sabe, nos afecta, pero “apenas con estas medidas las autoridades nos hacen caso”, y porque “ellos no entienden si uno va y pide una cita en Palacio y, así, con este plantón, sí lo van a entender”.

Y la sentenciosa acusación que nos hace lamentar el error en el que hemos caído los votantes y el cinismo con el que actúan esos a quienes dejamos adueñarse de Palacio Municipal por 3 años: “desafortunadamente así son en palacio, así entienden ellos”.

Luego, locatarios del Mercado Municipal frenando a “la Sara”, con tiangueros y vendedores en general, esos que en la primera ola atendieron toda instrucción y protocolo de salud, porque solamente cerrarían unos días y “terminamos perdiendo nuestra única fuente de ingresos durante meses”.

Y de nuevo las pedradas contra la alcaldesa: “no se nos hace justo que por tener un gobierno municipal indiferente e incapaz”, al que acusan de no saber cómo controlar los contagios, “nosotros terminemos pagando los platos rotos”. Y no hay, como antes no ha habido, ninguna estrategia “para ayudarnos a mitigar la difícil situación financiera en la que estuvimos y apenas vamos saliendo”.

A sus negocios acuden personas en su mayoría adultas mayores, muchas de ellas ya con su esquema completo de vacunación, siguiendo los protocolos de salud, que compran y se van, lo cual no ocurre en bares y antros cada fin de semana, que están “a reventar y esto dura hasta la madrugada”.

“Eso debieron parar y no el pequeño comercio que lejos de ser parte del problema, queremos ser parte de la solución”, asientan. Exigen también acciones en las grandes cadenas comerciales porque “a ellos nunca los pararon ni los molestaron”.

Por eso pidieron el “piso parejo” en la lucha por el ingreso diario, al pronosticar que “esto va para largo” y “de nada sirve cerrar nuestros comercios”, por eso sugieren eliminar el confinamiento y buscar un equilibrio.

También, como los deportistas, los comerciantes ven a autoridades de las que “hasta hoy solo hemos recibido indiferencia, imposiciones, decisiones unilaterales y arbitrarias” y esperan les llamen para buscar soluciones juntos, porque “estamos desesperados y nuestra paciencia ya se agotó”.

Como se ve, la población sufre la falta de liderazgo y el efecto de autoridades ajenas al pueblo, que llegan a Palacio a lo suyo y se olvidan de lo esencial, quienes demostraron con su ambicioso y poco escrupuloso actuar que “está más cerca el diente, que el pariente”.

AHORA ÍMURIS

Sigue la guerra del narco. Ahora es Ímuris el epicentro en la guerra por la plaza que ha dejado fuera a un gobierno atado de manos. Lo peor, que pagan justos por pecadores, como lo muestra un video enviado por el excelente reportero nogalense Sergio García, donde criminales despojan de un auto a una familia sobre la cual abren fuego con fusiles de asalto. Pobre México nuestro.