+ Identifican a delincuentes, pero aparecen muertos; yaquis, otra agresión armada a transportistas; SPM responde rápido a la gente del puerto; de nuevo la tragedia en barco sardinero: murieron dos trabajadores
GUAYMAS, Son.- Algo está ocurriendo entre los delincuentes. Mire:
Cuando la fiscal general Claudia Indira Contreras confirmó identidad de quienes perpetraron el ataque de noviembre a Palacio Municipal, habló de un detenido, pues tres más murieron en actos violentos.
Luego, en Suaqui Grande y Cumuripa, en la zona serrana, capturaron a dos ladrones de ganado, pero un tercero había sido asesinado.
En Puerto Peñasco, la joven Laura Elizabeth desapareció. Dos días después, en un domicilio donde había dos cuerpos sin vida, se detuvo a Alexis, quien aceptó haber participado en el secuestro de la mujer, pero una persona de nombre Ángel, a quien acompañaba “El cholo”, ordenó su muerte.
Apenas ocultaron el cuerpo, llegaron al domicilio dos sujetos y los ejecutaron. Dejaron vivo a Alexis. Dos están muertos y uno preso. Los ejemplos se multiplican, pero la interrogante es, qué eleva la incidencia mortal entre los delincuentes.
Ahora deben determinar quién era cada uno de los 21 muertos hallados en las fosas del fraccionamiento Urbi Villa del Rey, en Ciudad Obregón, de los cuales 8 ya fueron identificados, para saber si hay algún victimario en el mundo violento que vivimos.
Parece dar resultado la fiscalía de Sonora, pero aún hay mucho qué hacer ante tanto hecho criminal y, si lo logra, que la autoridad preventiva haga su tarea, pues el fin no es aclarar, sino evitar tantos crímenes.
Pero eso es difícil cuando se le dio tanto vuelo al delincuente con esa impunidad que empeora cuando, a la vista de todos, se cometen delitos graves y la autoridad se ve maniatada, como este domingo ocurrió en zona yaqui, cuando los sujetos que extorsionan a quien pase por ese suelo, cometieron otra agresión con arma de fuego.
Hirieron a un conductor que había pagado su cuota, o extorsión que a la vez es un reto a la autoridad federal, responsable de mantener el orden constitucional en la carretera que, esté o no en suelo de alguien, no debe ser escenario de estas manifestaciones. Eso hace dudar del pacto federal y de la fortaleza institucional.
La situación terminó con una persecución y disparos impactando una unidad de carga, a la entrada norte de Ciudad Obregón, donde los presuntos yaquis abandonaron un vehículo con razón social y logotipo de la tribu, y --otro reto al sistema—con placas de circulación vehicular con emblemas de la etnia.
No respetan la ley, así que es válida la expresión del chofer víctima de lo irracional que ocurre en suelo yaqui: “uno trata de respetar y trata de acatar las órdenes que cada estado pone, pero para nosotros ¿Qué seguridad hay?".
Eso pasa frente a la autoridad en esa carretera construida con nuestros impuestos, en una región donde la relación gobierno-etnia debería resolverse en mesas de diálogo, no arma en mano en despoblado, como hoy sucede. La buena noticia, si es que la hay en ese espacio de ilegalidad, es que retiraron el plantón. A ver por cuánto tiempo.
De paso, comenzó la queja contra el Instituto Nacional de Migración, cercano el período vacacional de primavera.
En Nuevo Laredo, migrantes que empiezan a arribar a México se encontraron con agentes del INM exigiendo dinero.
Y no cualquier suma: a 50 personas prevenientes de Minesota les exigieron 400 dólares por cabeza para no hacerles la vida de cuadritos. Hay denuncia, pero no le hacen caso a Rogelio Ávila, quien preside la Asociación de Migrantes Mexicanos en Chicago.
Ante la extorsión, mire lo que piensa: "De plano, no podemos con esos de Migración". Es que hace décadas denuncia los abusos contra los paisanos, uno de los cuales, igual, lamenta el hecho con desesperanza reflejada en esta reflexión: "estamos conscientes que esos cabrones (agentes del INM) están allí por un dinero. Está bien, pero tanto no”.
LIMPIAN GUAYMAS
Se gana aplausos Jonatan Aguilar, jefe de Servicios Públicos Municipales.
Una residente de avenida 5 entre calles 12 y 13 reprochó a un sujeto arrojar escombro y basura en una acera frente a su domicilio. Lo reportó a la dependencia y en 24 horas habían limpiado el lugar.
En avenida Segunda, de San Vicente, recogieron casi dos toneladas de basura arrojada por “cochinones”, además de reparar la pronunciada calle 8 que el descuido oficial destruyó. Ya pasan autos por el lugar y este lunes repondrán la lámpara del alumbrado público, pues alguien la rompió al parecer a propósito.
Aguilar pide a la gente cuidar sus espacios y no arrojar basura en la vía pública, pues ya se regularizó la tarea de limpia con días y horarios específicos para su retiro. Ya acabó ese pasado de irresponsabilidad en el cual nuestros dirigentes nos educaban para el desorden.
Ojalá hagamos caso, pues Guaymas necesita erradicar esa irresponsabilidad común que impidió crecer y retrasó inversiones que hoy, todo indica, están a la vuelta de la esquina gracias a la confianza que da un gobierno cercano a la gente y con visión de futuro.
OTRA VEZ LOS SARDINEROS
Al mediodía de domingo, dos trabajadores cayeron a la bodega de un barco atracado en un muelle del Paraje Viejo, donde operan las plantas del proceso pesquero y murieron.
No es la primera vez. Nadie podría llamar raro al suceso en el cual un trabajador inhala la toxicidad de producto en descomposición mezclado con gas refrigerante y, aunque no se piensa en premeditación, empresas y sindicato deben revisar protocolos de seguridad, o persistirán estas tragedias.