+ Desalinizadora, hasta julio; quejas contra CEA incluyen la de personal “recomendado”; pangas y motores a yaquis de San Ignacio; Octavio Almada confirma el beneficio: “no es lo mismo ver en un escritorio nombres, a ver a la gente a los ojos”; Lamarque ayuda a Luis Fuentes
GUAYMAS, Son.- La primera vez que escuché sobre formalizar la desalinización de agua en esta región, fue en un evento en la explanada del malecón “Malpica”, allá por el 2015, creo.
Se recibiría líquido desalinizado en la playa “El Cochórit”, vía un acueducto hasta meterlo en las redes de distribución, beneficio que más tarde llegaría a Hermosillo.
Era alcalde de la capital sonorense el “Maloro” Acosta y, queriendo entender cómo llevaría el agua hasta allá, le pregunté cuándo sería eso y me dijo que “a largo plazo”. Y como queriendo dar cuentas de algo que no le había parecido, enfatiza: “a muy, muy largo plazo”.
Cuando vuelva a ver al político que desapareció al no ganar la senaduría y hace poco andaba en Washington, le preguntaré qué quiso decirme con eso. Quizá no le parecía buen plan, o era caro el precio (hoy, 46 pesos M3) o no le gustaron las formas.
Después, Claudia Pavlovich retomó el mismo proyecto que, según expertos, no era el mejor, pues había nuevas tecnologías y los precios habían bajado. Pero, cómo oponerse al plan de los “mismos de siempre”. Y se arrancó la carísima y retrasadísima obra.
La Desaladora Sonora como asociación público/privada, arrancó para producir 200 litros por segundo --6.3 millones de M3 al año-- en una primera etapa, con inversión privada de 391 millones de pesos y un “subsidio” federal de 375, pactándose inicio al primer trimestre de 2018 y operar a fines de 2019.
El desfase ha sido desalentador. Las acusaciones de corrupción, muchas. Hasta la Cámara de la Industria de la Construcción debió acudir en apoyo de sus agremiados, acusando de malapaga a la empresa Aqualia, ganadora de la licitación y operación, que después elevó el costo a 856 millones.
Alfonso Reina, presidente de CMIC Sonora los denunció y dijo que habían llegado al extremo de “mentir y burlarse de los constructores sonorenses”, que ya tenían un año sin pagos.
David Díaz, director de la española Aqualia, establecida en Querétaro, no atendía ya a las constructoras afectadas y la Comisión Estatal del Agua del tan cuestionado Sergio Ávila Ceceña se deslindó, porque era un contrato entre particulares y el Gobierno nada tenía que ver (imagínese nomás, la voluntad política).
La CMIC reiteró la solicitud a la Gobernadora Claudia Pavlovich, pues se sabía, Aqualia si recibía los pagos puntuales a través de Banobras, pero no pagaba a sus proveedores.
Poco se supo del acuerdo final, pero también el Ayuntamiento empalmense se quejaba de ellos porque no le pagaron impuestos por millones de pesos. Hasta plantones le hicieron, como hicieron con las dos plantas de energía de CFE, presuntamente construidas en suelos ejidales que habrían pasado a manos de la exfamilia presidencial Fox Sahagún.
Aqualia prometió concluir la obra en mayo del 2020 a la gobernadora Pavlovich, cuando quien ya exploraba ir a radicarse a aquel país visitó una planta similar a esta que la firma ibera opera en Ávila, España. Luis de Lope Alonso, el director, lo ofreció, presumiendo que su compañía recibió el premio de iAgua!, una de las revistas más importantes y especializadas en el tema, en la categoría de “Mejor Contrato”, por la transparencia del proceso y adjudicación del proyecto en Sonora (otra vez imagínese).
Y que era “la cuarta empresa privada de agua en Europa por población servida, además de estar entre las 10 mejores compañías privadas de agua del mundo”.
Pero no se terminó en 2020. Ni en 2021 y, en 2022, se avizoraba el final al anunciar CEA que recibió el primer módulo. Los 200 litros por segundo llegarían al finalizar abril o, si hubiese obstáculos, en mayo, como confiadamente sostuvo el titular regional de CEA, David Pintor, quien hasta celebró que ya el parque industrial pesquero tuviera agua por tubería después de 20 años sin ella.
Pero hubo obstáculos. Este martes, el gobernador Alfonso Durazo dijo que será hasta la segunda quincena de julio cuando la desalinizadora entre en operación, sin comentar el mandatario sobre anuncios locales de que todo estaba listo, que se anunció terminada en febrero y la CEA la recibía.
Sigue el embrujo. En el camino de aquí a julio sabremos que pasó, que siguen sumando días a los últimos 490 de retraso.
A PROPOSITO:
Tengo quejas en el escritorio por una fuga del drenaje en García López y bulevar Las Villas, donde también reportan un perro sin vida en putrefacción. Otro problema está camino a la escuela técnica 59, en la colonia Adolfo de la Huerta.
Pero es peor la queja sobre la inclusión en CEA, de gente enviada de Hermosillo a ocupar puestos y desplazan a quienes sí saben trabajar, por eso las complicaciones del organismo.
Carolina “Carito” Ríos, comunicadora oficial, ya dijo que tomaron nota y atenderán estas quejas. Bueno, las de fugas, lo otro debe resolverse en Hermosillo.
CONAPESCA: APOYO DIRECTO
Los yaquis de Bahía de Lobos, en San Ignacio Río Muerto, recibieron 25 pangas con motores fuera de borda, que se suman a una entrega previa de 60, parte del compromiso del presidente López Obrador con la etnia.
Fue el gobernador Alfonso Durazo a entregarlas y allí estuvo Octavio Almada, comisionado nacional de Acuacultura y Pesca, quien acudió para confirmar que se hagan las cosas, “que no me las platiquen en la oficina; no es lo mismo ver en un escritorio nombres, a ver a la gente a los ojos”.
LAMARQUE AYUDA A EMPALME
Empalme sufre los derrames de aguas negras, por eso limpiará colectores con equipo de lavado tipo “aquatech” que el alcalde de Cajeme, Javier Lamarque, prestará a su colega Luis Fuentes.
El exgrande de la radio, hoy alcalde, dijo que la tubería está bien, pero no se le dio mantenimiento en dos años. Con razón se escondían los antecesores de David Pintor.
Ah, CEA tiene aquí 2 “aquatech”, pero fuera de servicio.