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Estas líneas...

+ Murió Luis Echeverría; Guaymas no puede quejarse de su mandato; Orduño anuncia que mejorará la corrupta justicia laboral; Karla Córdova gobierna desde los barrios; Aguilar sigue celebrando

 

GUAYMAS.- Tenía 100 años de edad y su longevidad pudo ser un castigo a su dura forma de gobernar y sofocar a sangre y fuego rebeliones al mando institucional, en una época en la cual el Presidente era lo más parecido a una deidad.

El viernes murió Luis Echeverría Álvarez, actor principal de la “guerra sucia”, “los halcones”, la matanza de Tlatelolco, secuestros, guerrilla, etc.

Creo que dejar esa carga en una sola figura no es correcto. México siempre ha sido gobernado por una élite y el presidente debe seguir un orden establecido. Incluso el actual.

Echeverría llegó al poder en 1970, después de ser secretario de Gobernación con Gustavo Díaz Ordaz. Fue actor clave en episodios y pasajes de la historia en ese tiempo.

Se hablaba de intromisión extranjera –el socialismo ruso exportado desde Cuba—en universidades mexicanas cuando en 1968 el presidente Díaz Ordaz ordenó la represión estudiantil.

Se atribuyó a Echeverría la decisión. El 10 de junio de 1971 confirmaría el modus operandi cuando, ya presidente, ordenó la violenta respuesta del grupo paramilitar “Los Halcones”.

Terminó su sexenio entre turbulencia política y económica. Su sucesor, José López Portillo, lo sacó del país nombrándolo embajador mexicano “itinerante”.

En enero, amigos y excolaboradores le homenajearon por su siglo de existencia, encabezados por Augusto Gómez Villanueva, un político priísta que ha sido todo.

Correctamente afirma que Echeverría hizo mucho por campesinos y obreros, que creó una poderosa industria paraestatal –luego entregada por el neoliberalismo a manos privadas—y creó instituciones como el Infonavit y el Fonacot; repartió latifundios simulados, fortaleció la ley agraria, la de crédito rural y la de aguas, e impulsó un gran desarrollo social.

Su nacionalismo revolucionario fortaleció a la clase media y al Ejército, y promovió la Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados, aprobada por Naciones Unidas.

Muy cuestionado, sí, y con argumentos sólidos. Pero Guaymas le debe las bases que impulsaron una poderosa industria naval –aquí construíamos pesqueros y cargueros que surcaron aguas del mundo—y la pesca llevó a envidiable nivel de vida a los pescadores

Pero la historia pone a cada quien en su lugar.

MEJOR JUSTICIA LABORAL

Gran asistencia al foro promovido por el diputado Sebastián Orduño, sobre implementación del Nuevo sistema de Justicia Laboral.

Orduño la encabezó como presidente de la Comisión de Asuntos del Trabajo en el Congreso del Estado. Su labor, es evidente, va más allá de andar repartiendo despensas–que le cuestan al Estado para promover a los malos políticos— y trasciende a estas tareas.

Reconoció a quienes han aportado observaciones a lo largo del proceso en marcha y llamó a convertirse en portavoz de los avances y retos que trae consigo implementar este modelo.

En cuanto a retos, los expuso muy bien el abogado Armando Saucedo, al hablar del sometimiento del poder judicial al ejecutivo, “notoriamente escandaloso, corruptor y abrumador”; y la “desnaturalización” en la impartición de la justicia, “para convertir al Poder Judicial en una bolsa de trabajo que ha traído como consecuencia directa que hoy se padezca de un déficit de jueces capaces, prácticos  y experimentados”.

Este poder se encuentra “gravemente enfermo por la anemia de conocimiento, experiencia y profesionalidad de sus funcionarios judiciales”, acusa Saucedo. Responden, dice, a grupos de interés económico o político.

La grave circunstancia amerita “una radiografía de la tumoración que afecta al conjunto de la institución, previa a una intervención invasiva para extirpar de raíz el mal”, resume, al señalar que el sector solo ha tenido “un reacomodo de personal, sin que se sienta el ingreso de la luz a los oscuros rincones de su acontecer diario en la impartición de la justicia laboral”.

Allí estaban diputados, Rafael Acuña Griego, presidente del Supremo Tribunal de Justicia; la secretaria del Trabajo, Olga Armida Grijalva; Javier Enríquez y Elvia Zataráin, guaymense ella, Magistrados del STJE; Celestino Sarabia, Secretario del Ayuntamiento; y Javier Villarreal, líder de la CTM en Sonora.

Para el diputado local por Guaymas, “estuvo muy bueno el debate y eso es lo interesante de un foro”.

Hubo abogados que le plantearon problemas personalmente, pues no confiaban en un foro para decir lo que consideran que está mal, pero les pidió asistir, pues “no tiene caso hacer eventos o foros a modo o solo para adular”. Asegura que le están poniendo mucho esfuerzo.

Para reducir rezago y eliminar obstáculos que fomentan corrupción, el nuevo sistema trabajará con 13 juzgados que dependerán del poder judicial y un centro de conciliación de la Secretaría del Trabajo, donde resolverían hasta el 80 % de los asuntos.

CERCANÍA CON LA GENTE

Acercarse a la gente siempre ha dado buen resultado a los políticos. Permite conocer necesidades y resolver en consecuencia.

Karla Córdova González creó un programa que la lleva al centro de las reuniones donde los guaymenses exponen quejas que antes caían en saco roto y hoy, ejemplarmente, se resuelven.

Es la ventaja de trabajar con experiencia en lo social y con visión, para sacar adelante lo que nos falta, en lugar de pensar en el egoísta bien personal como era antes del trienio municipal en marcha.

AGUILAR SIGUE CELEBRANDO

El titular de Infraestructura Urbana en Sonora, Heriberto Aguilar, sigue celebrando el aniversario 8 del morenismo como partido político. Ahora fue en Cajeme donde recordaron la prédica en el desierto hasta que brotó la semilla “para lograr el bienestar para las y los mexicanos”.

Resalta la firmeza del proyecto de la cuarta transformación y que cada vez son más quienes se suman a este movimiento. Claro, ya son ganadores.

Heriberto suena para lo de 2024 en varias opciones electorales. Dentro de un año veremos.