Banner

Estas líneas...

+ Casetas de cobro, caras y generadoras de corrupción, denuncia Alfonso Canaan; no se cumple con el destino señalado para la recaudación; AMLO volvió a llenar el zócalo; ratifica su convocatoria; se eleva la desconfianza por obra en Miramar;


GUAYMAS, Son. – Alfonso Canaan lidera la Asociación Civil Movimiento por el Libre Tránsito en Sonora y Sinaloa, lo cual le ha atraído persecución, destierro, intentos de soborno y amenazas.

Cuestionado o no en su persona, el tema de las casetas de cobro le ayudó a captar la atención de Sonora, porque representante tras representante de esos tan bien pagados con el dinero del pueblo siempre evadieron defendernos de la voracidad de quienes se adueñaron de nuestra carretera.

Esos voraces elevaron una y otra vez el cobro exigido por el oscuro fideicomiso de Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos, paraestatal –sí, participación estatal, pero también privada—que nos cobra por usar la carretera que nosotros, directa o indirectamente, construimos.

En teoría, Capufe construye y preserva los caminos “de alta especificación” en el país. Noble función, tener a todos los mexicanos unidos. Pero no. Siempre está mal la carretera y estaba peor, sobre todo en su cruce hacia Sinaloa, que por alguna maldición se mantuvo destrozada hasta iniciado este sexenio.

La autoridad ofreció corregir eso de los cobros a favor de la gente, pero Canaan advirtió ya que, como en ese pasado lleno de corrupción de las últimas décadas, hoy el alto costo de las casetas tiene otro agravante: choferes del transporte de carga deben pagar extorsiones a agentes policiacos y de tránsito en los municipios por dónde atraviesa la carretera federal 15.

Llamó a autoridades municipales de Navojoa, Cajeme, Guaymas, Hermosillo, Santa Ana, Magdalena, Altar, Caborca y Sonoyta para que cese “el acoso, hostigamiento y extorsión”, o tomarán decisiones “más radicales para protestar en contra de estas prácticas abusivas”.

Leí los datos con los que ilustra sobre el fenómeno de las casetas de cobro: hay 491 en el territorio nacional “entre concesiones al FONADIN que creó Felipe Calderón para robarse el dinero que se recauda en dichas casetas de cobro --y que misteriosamente sigue operando con toda impunidad--, y las concesiones carreteras a empresas particulares”.

Se recaudaban hasta el año pasado 50 mil millones de pesos anualmente, pero solo se aplica el 0.5% al gobierno como contra prestación de servicios: “una verdadera burla”.

Sorprende al afirmar que “cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador dice que el dinero de las casetas es del pueblo, está totalmente equivocado y muy mal informado por los corruptos de la SCT y CAPUFE, quienes por cierto ahí siguen desde la época de Salinas de Gortari”, y que esos 50 MMDP “son invertidos en empresas y negocios particulares”.

“Baja” al ejemplo de Sonora: las casetas operan desde hace 30 años, han recaudado unos 25 mil millones de pesos y, de esa cantidad “no se ha construido ni siquiera un aula de escuela pública, mucho menos un hospital”.

Termina así: “de ese tamaño es el fraude de las casetas de cobro que, por cierto, hoy están custodiadas por la Guardia Nacional”.

Esto último, me temo, es la respuesta del actual régimen a la exigencia de Canaan, cuando tomaba casetas y el automovilista las cruzaba sin pagar (desaparecerlas), pues es injusto hacerlo cuando ya se pagan impuestos para construir y preservar carreteras al adquirir vehículos, cubrir el impuesto sobre la renta, cargar gasolina o diesel, etc.

Retoma ahora la lucha y la pregunta es hasta dónde avanzará. Antes, una izquierda buscando el poder lo apoyaba, pero esa izquierda parece haber cambiado de opinión al tomar al poder.

Y las casetas no solo no desaparecieron, sino que están más caras, en una carretera que no refleja lo que genera y con el agregado de la corrupción denunciada. No dejemos, señores de la autoridad, que regrese el pasado.

MAR DE GENTE EN EL ZOCALO

Sin mucha dificultad, el presidente de López Obrador volvió a llenar el zócalo en la CDMX.

No es novedad, lo hará cada vez que quiera, pero esta vez era para celebrar la expropiación del petróleo, ejecutada hace 85 años por el entonces presidente Lázaro Cárdenas.

Mucho sonorense acudió a la concentración convocada. Desde el gobernador Alfonso Durazo y sus funcionarios, hasta alcaldes y diputados, sin faltar por millares las huestes leales y dispuestas al sacrificio por su líder. Así como se lee.

La decisión patriótica de Cárdenas no debe olvidarse, con el reconocimiento a quien centró la idea real de soberanía, que nunca será posible si los recursos naturales de la Patria están en manos ajenas. O de traidores.

De paso, cuando el presidente reconocía al general michoacano, su nieto homónimo, ex gobernador de Michoacán y hasta entonces titular de asesores, le renunciaba. Tomó distancia por la interpretación aquella de que Cuauhtémoc, su padre, se aliaba con enemigos del presidente y aunque no sea así, ya no hay confianza.

AVISADOS ESTÁN

Se desconfía de la nueva carpeta que se tiende en el bulevar Encinas, en Miramar.

No cambiarán los treintañeros tubos de agua y drenaje que fugan desde hace años en tramos cuyo cambio es imperativo. Ya colapsó uno hace un mes y contaminó tierra, aire y mar.

No solo son viejos, sino que la carpeta planeada de 5 centímetros, será presa fácil de entre 20 y 30 camiones por día, que llevan y traen al parque industrial pesquero. Aguantará poco por el “aplastón” y afectará esos ductos con toda la potencial contaminación y su nocivo efecto, padecido crónicamente por los guaymenses.

Los cargueros pasan por allí, como lo hacen por calle 20, bulevar Sánchez Taboada y la recién rescatada vía a Las Playitas, afectando áreas residenciales y turísticas, incluso donde viven los dueños de plantas pesqueras que operan en aquel parque. Menudo lio estamos viviendo.