Miami, E.U. 20 Junio 2012.- Una mujer de 87 años de Florida necesita cuidados y atención debido a que padece de demencia, algo que no sería especialmente llamativo si no fuera porque la persona que le dispensa esos cuidados es su propia madre, que tiene 104 años de edad.
La octogenaria María García, que se divorció hace décadas y tiene hijos ya mayores y con familia, vive con su madre, Rosario Schielzeth, quien se encarga de cuidarla.
La terapia que aplica la centenaria madre consiste en hablar constantemente con su hija de 87 años y ponerla al corriente de las noticias del día.
"Le hablo todo el tiempo", explicó la tatarabuela y dijo con lucidez que esa terapia es "la mejor cosa que hay para la gente que padece esa situación".
Uno de los hijos de María dice que ella vive una suerte de "feliz y entusiasta demencia", ya que suele mostrarse casi siempre "optimista y alegre".
Albert García, nieto de Rosario, cree que la "conexión emocional que comparten ambas ha dado a su abuela un propósito y una pasión".
"Mi abuela no quiere morir. No quiere dejar a mi madre sola. Esa es la razón por la que creo que se mantiene y sigue en pie".