+ En La Paz, B.C.S., su segundo hogar CD. DE MEXICO, 3 de Marzo de 2015.- En la información que habla de gente con más dinero, pese a la difícil circunstancia económica en el mundo tras la debacle financiera iniciada a fines de los años 90, poco se habla de las mujeres.
En el ranking elaborado por la revista Forbes que encabeza de nuevo el estadounidense Bill Gates --con 79,200 millones de dólares--, deben estar aquellos con recursos por encima de los mil millones y se incluyen 1,826 personas, hombres en un 89%.
Pero discreta, asoma el rostro en el octavo sitio, una mujer. Se trata de Christy Walton, la mujer más rica del planeta --cinco veces en los últimos seis años--, quien pertenece a la familia más acaudalada de Estados Unidos, propietaria de la mitad de la cadena de supermercados Walmart.
Walton heredó su fortuna de 41 mil 700 millones de dólares en 2005, cuando su esposo John T. Walton, uno de los cuatro hijos del fundador de Walmart, falleció en un accidente de avión. Ella, dice Forbes, tan sólo el año pasado recibió unos 470 millones de dólares libres de impuestos en dividendos gracias a las acciones que posee de la mayor cadena de supermercados del mundo, que cuenta con más de 11 mil 000 tiendas en 27 países.
Además, tiene acciones por unos mil millones de la compañía fabricante de paneles solares First Solar, inversión que su marido hizo en vida, y unos 6 mil millones en efectivo y otro tipo de bienes.
Pero Christy Walton, quen tiene fama de discreta, su cuñada Alice y sus cuñados Rob y Jim (posiciones 11, 12 y 9 del listado de Forbes) tienen una fortuna combinada de nada más y nada menos que 160 mil millones. Es pública su riqueza, pero poco se sabe de la vida privada de la mujer más rica del mundo.
Ella nació en 1955 en Wyoming, donde todavía reside, pero pasa temporadas en la localidad mexicana de La Paz, en el estado de Baja California Sur. Tiene un hijo, Lukas, de su matrimonio con John T. Walton, ex veterano de la guerra de Vietnam y quien encabezó tareas filantrópicas de las fundaciones ligadas a su familia y murió en julio de 2005 al estrellarse el avión ultraligero que él mismo había desarrollado.
Christy Walton apenas se deja ver, dedicando su tiempo obras de caridad relacionadas con la educación, el medio ambiente y la protección de los animales. Es conocida por ser parte de organizaciones benéficas como The Philantropic Roundtable y por sus generosas donaciones a instituciones como el Museo de Historia Natural de San Diego o el Museo Internacional Mingei, situado también en esa ciudad. Pero un detalle que ensombrecería su labor, es que la firma Walmart es constante objeto de controversia por las precarias condiciones de algunos de sus empleados.
Una de las últimas apariciones en público que se le recuerdan fue en agosto de 2013 en la gala de los premios de la Fundación Imagen, para ser premiada por producir el largometraje "Bless Me, Ultima", una adaptación de la exitosa novela del mismo título del escritor chicano Rudolfo Anaya, situada en Nuevo México durante la Segunda Guerra Mundial.
Medios estadounidenses han puesto en duda las labores filantrópicas de Christy y de los otros miembros de la familia fundadora de Walmart. Señalan que los Walton no quisieron ser parte del The Giving Pledge (La Promesa de Dar), campaña iniciada en junio de 2010 por los multimillonarios Warren Buffett y Bill Gates, para que las familias más adineradas del planeta se comprometan a donar al menos la mitad de sus fortunas a fines filantrópicos.
Además --aseguraba el denominado proyecto "Walmart 1 Percent" en un informe del que hizo eco la revista Forbes--, los cuatro herederos de Walmart tan sólo habrían donado a las fundaciones benéficas de la compañía un 0,4% de su fortuna personal.
El cuestionamiento es: ¿Será ese el secreto de su inmensa riqueza?