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Se estrelló un satélite

+ Retrasa estudios del clima de instituciones estadounidenses

          WASHINGTON,  5 de marzo.– El satélite Glory de la NASA que estudiaría los efectos del Sol y de aerosoles sobre el clima cayó ayer en el océano Pacífico a las 10 de la mañana, al no desprenderse del cohete Taurus XL y el fracaso le costará a la agencia espacial 424 millones de dólares.

El demasiado peso del satélite Glory le impidió alcanzar la altitud para entrar en órbita, lo que provocó que cayera al Pacífico.

La NASA sólo pudo aclarar que la cápsula del satélite, que permitía a Glory propulsarse hacia el espacio, no pudo desprenderse.

“No está claro aún lo que pasó. Por eso pedimos una investigación de nuestros expertos para entender el problema”, afirmó.

“Estamos bastante abatidos”, declaró por otra parte a la prensa Ron Grabe, vicepresidente de Orbital Sciences, fabricante del cohete y del satélite.

“No registramos ninguna anomalía antes del lanzamiento, indicó el director de los lanzamientos de la agencia espacial, Omar Baez.

El satélite, del tamaño de un refrigerador, se separó adecuadamente del cohete, pero el carenado de protección que recubría el satélite no se separó, lo que lo hizo más pesado y provocó su caída en la atmósfera.

El satélite debió separarse del proyectil 13 minutos después del lanzamiento y ubicarse en una órbita sincronizada con el Sol que le permitiera escanear casi toda la superficie de la Tierra. El lanzamiento fue retrasado el 23 de febrero “por lecturas inesperadas en las interfases con el control terrestre”.

La misión de Glory era proporcionar datos sobre partículas atmosféricas conocidas como aerosoles y la radiación solar para pronósticos de cambios en el clima de la Tierra. El artefacto tenía que incorporarse al programa A-Train, compuesto por satélites de observación.

Para la empresa Orbital Sciences es el segundo fracaso de este tipo de lanzamientos. En febrero de 2009, un satélite que debía permitir medir las emisiones de dióxido de carbono cayó cerca de la Antártida.

Glory estaba equipado con dos nuevos instrumentos. El primero es el Aerosol Polarimetry Sensor, para estudiar los aerosoles que pueden influir el clima absorbiendo o reflejando los rayos solares y modificando las nubes y las precipitaciones.

El segundo es el Irradiance Monitor, que mide la energía solar absorbida por la Tierra. Además de Glory, el cohete Taurus-XL debía transportar los primeros nano-satélites de un programa de educación de la NASA, llamados CubeSats y concebidos por estudiantes universitarios.