+ Dice estar cansado de que lo crean “instrumento de política” de Estados Unidos
FILADELFIA, Pa., (EU), 29 de abril de 2011.- Supermán emprende su vuelo y lanza su consigna de luchar “Por la verdad, la justicia y... ¿el mundo?
Pero el héroe de acero de los cómics causó un revuelo al anunciar en el ejemplar más reciente de "Action Comics" que pretende renunciar a su ciudadanía estadounidense.
¿El motivo? Está cansado de que sus acciones sean interpretadas como instrumento de la política de Estados Unidos.
Supermán, “el hombre de acero”, nació en el planeta Kriptón pero los problemas que lo llevaron a su destrucción lo obligaron a emigrar a la Tierra. En el nuevo planeta fue adoptado por la familia Kent, en un pueblo del estado de Kansas llamado Smallville (Villachica).
Ahora, en ese número del cómic, legó a la conclusión de que lo mejor para él es servir al mundo en general, cuando lo señalaron de causar un incidente internacional al volar a Teherán en medio de una gran manifestación.
Ante una fuerte presencia policial y advertencias del ejército de que habría consecuencias severas por el movimiento de protesta, Superman quiso hacer sentir su solidaridad a los manifestantes.
Es una historia de 9 páginas que escribió David S. Goyer y dibujó Miguel Sepúlveda, en la cual se ve a un Supermán de pie en silencio durante 24 horas, recibiendo bombas molotov, insultos y amenazas, aunque también ovaciones y hasta recibe rosas de simpatizantes.
La manifestación de más de un millón de personas termina de manera pacífica.
Luego, el héroe de acero debe informar al asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos y le afirma que "permanecí 24 horas en la Plaza de Azadi. No me moví ni hablé. Sólo me quedé ahí", ante un funcionario que interiormente cree que el superhéroe se volvió contrario a Washington.
Pero Irán se refiere al proceder de Supermán como un acto de guerra y lo acusa de actuar como representante del presidente de Estados Unidos, y es cuando explica que renunciará a su ciudadanía.
"La verdad, la justicia y los valores estadounidenses, ya no son suficiente", aseguró Supermán en esa exposición donde también cita que “el mundo es demasiado pequeño, está muy conectado", haciendo recordar que no es la primera vez que un personaje de historieta se enfada porque lo consideren parte de la política de Estados Unidos.
En los 70, el Capitán América -Steve Rogers-, de la editorial Marvel Comics, renunció a su famoso traje y escudo y adoptó la identidad de nómada cuando crecía el escándalo de Watergate (caso que derribó del poder al entonces presidente Richard Nixon).
El enfado de Superman generó críticas en blogs y foros de internet, pero la editorial se apresuró a señalar que no es una crítica al gobierno de Estados Unidos. En un editorial asegura que el Hombre de Acero se conserva “tan estadounidense como el pastel de manzana, el béisbol y la vida rural”, y agrega que "Superman es un visitante que proviene de un planeta lejano que adoptó los valores estadounidenses desde hace tiempo" en un comunicado de los coeditores de DC, Jim Lee y Dan DiDio.
"Como personaje e ídolo, Superman encarna lo mejor del ser de los estadounidenses", sostienen, y abundan que al igual que su segunda personalidad, Clark Kent, es estadounidense y continúa "como siempre, comprometido con su país adoptivo y con sus raíces como un joven campirano de Smallville, en Kansas".