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"El rey Zambada" llevó drogas a EU por 5.8 MDD

NUEVA YORK, N.Y., 4 de abril de 2012.- Tras su extradición de México, Jesús Zambada García, uno de los líderes del cártel de Sinaloa, espera aquí del juicio donde enfrentará cargos por su presunta contribución para introducir drogas a Estados Unidos por 5 mil 800 millones de dólares.

Según los cargos presentados por la autoridad federal de este país, Zambada García empleó recursos para transportar la droga que van desde aviones Boeing 747, submarinos, barcos contenedores, botes ultra rápidos, buques pesqueros, autobuses, trenes de carga, tráileres y autos.

Conocido como El rey Zambada, igual que otros 12 narcotraficantes mexicanos de alto perfil fue acusado de introducir cerca de 200 toneladas de cocaína, fuertes cantidades de heroína y traer ilegalmente grandes cantidades de efectivo a México.

Los cargos fueron presentados en agosto de 2009 contra los supuestamente traficantes de drogas más poderosos de México, lista que incluye a Joaquín El Chapo Guzmán Loera, Arturo Beltrán Leyva e Ismael El Mayo Zambada García, hermano de Jesús.

El gobierno federal también presentó cargos contra otros seis presuntos narcotraficantes, en este caso: Ignacio “El Nacho” Coronel Villarreal, Héctor Beltrán Leyva, Vicente Carrillo Fuentes, Luis y Esteban Rodríguez Olivera y Tirso Martínez Sánchez.

Las cortes de Chicago y del condado de Brooklyn, en Nueva York, tienen las acusaciones de operar empresas criminales o por participar en conspiraciones para traficar drogas y en ambos casos sus responsables anunciaron que “aplicaremos todos los recursos que disponemos para ganar esta batalla”, afirmó Benton Campbell, fiscal del distrito este.

De acuerdo con las acusaciones, Guzmán Loera e Ismael Zambada García, junto con otros siete socios, coordinaban la importación de toneladas de cocaína de Centro y Sudamérica, a través de México, hacia Estados Unidos.

Para proteger sus actividades, Zambada García empleó armas, sobornos, violencia, intimidación y amenazas hacia agentes, rivales y miembros de su propia organización delictiva. De ser hallado culpable, el presunto narcotraficante alcanzaría una sentencia de por vida.