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Deja Beltrones dirigencia del PRI

En juego el proyecto de Nación; advirtió sobre extremismos de izquierda y derecha

CD. DE MEXICO, 20 de Junio de 2016.- “Lo que está en juego no es la numeralia electoral, lo que está en juego es, ni más ni menos, el proyecto de Nación para el Siglo XXI” afirmó Manlio Fabio Beltrones ante la Comisión Política Permanente a cuyos integrantes entregó un balance de los resultados electorales alcanzados por su partido el pasado 5 de junio.

Defendió el proceso de selección de los candidatos del PRI y dijo que los resultados dan cuenta de que el PRI es el partido que más votos obtiene y el único que compite con posibilidades de éxito en cada elección y en todos lados. Consideró que en siete entidades se tuvo un tropiezo electoral pero no una derrota política porque el PRI tuvo a las mejores candidatas y candidatos y ganó la mayoría en 7 de los 12 Congresos estatales que serán renovados, lo que demuestra que el electorado de esas entidades dio su confianza al partido para que asegure equilibrios en los nuevos gobiernos.

Reconoció que los votantes priistas, y de otros partidos, exigen mejores resultados y que se combata la corrupción e impunidad. Asimismo, quieren que la modernidad se refleje en sus bolsillos y no están satisfechos “con solamente enterarse de que vamos bien, sino que quieren sentirse bien”.

El presidente del CEN dijo que “este año hemos sido testigos del extravío de algunas corrientes políticas que se corren peligrosamente hacia extremos radicales”, con grupos de la derecha más conservadora que se expresan contra la libertad, contra las preferencias personales y contra las mujeres, conductas misóginas, homofóbicas y francamente fascistas, afirmó.

Consideró que también se encara una izquierda que empodera a la derecha y otra que se radicaliza participando abiertamente en contra de las reformas que ya se habían llevado a la Constitución, pero que aún se discuten en las calles.

Planteó una disyuntiva para su partido: “claudicar en el proyecto de modernización del país que propusimos o seguir adelante; retroceder en lo alcanzado o permitir que avance el populismo autoritario que ha fracasado en otros países; o regresar los privilegios económicos o monopólicos a algunos, abandonando a los que menos tienen”.

Fue enfático al decir que el PRI debe salir de este proceso electoral con la claridad de que lo importante es “defender un proyecto de modernización, de futuro y viabilidad a nuestro hijos”, por lo que es momento de enfatizar nuestras diferencias con la simulación del cambio que la derecha impuso en los doce años que gobernó, “lapso vacío en que nada cambió”.

Agregó que el PRI debe cuidarse de no incurrir en errores de otros partidos con alianzas oportunistas para alcanzar triunfos electorales a costa de pérdidas ideológicas. Además pidió a su partido establecer una relación más fluida con sus gobiernos, pues no basta el diálogo fructífero con el presidente de la República y con los gobernadores: “El partido en el gobierno debe apoyar y su gobierno debe comunicarse y comprometerse más con su partido”, afirmó al pedir que se refuerce la rendición de cuentas de los servidores públicos, legisladores y gobernantes que emanan de las filas del PRI.

 

Y RENUNCIÓ

Reflexionó sobre la necesidad de actuar con lealtad y asumir con responsabilidad las consecuencias y, en congruencia con el compromiso de servicio y disciplina que asumió al tomar posesión del cargo, presentó su renuncia para permitir que una nueva dirección encabece las transformaciones que el partido requiere.

Es --afirmó-- su contribución inmediata al debate que propone abrir en las filas del priismo y encontrar el mejor camino a seguir en la próxima Asamblea Nacional.

Dijo que hará una pausa necesaria, pero que seguirá en la política, que es su vocación, en la búsqueda de respuestas a los retos que la gobernanza democrática del país impone. Convocó al nuevo orden en favor de un nuevo sistema político que permita alcanzar mayorías que otorguen a México gobernabilidad y estabilidad; pasar a los gobiernos compartidos y dejar atrás los gobiernos divididos, con coaliciones gobernantes que  se hagan cargo del ejercicio del poder para servir a todos.

La renuncia de Beltrones llega a menos de un mes de que el PRI sufriera la mayor derrota de su historia en unas elecciones, al perder siete de las 12 gubernaturas en juego.

El sonorense estuvo al frente del instituto político desde agosto del 2015, cuando al lado de Carolina Monroy presentó la única fórmula que participó en el proceso de renovación del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) tricolor.

Beltrones destacó que después de la jornada comicial, el PRI gobernará 15 estados que concentran el 45% de la población mexicana y que el tricolor fue "el único partido altamente competitivo en todas las entidades donde se votó".