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Para Blake, la democracia era apostolado

+ Recuerda Calderón a su amigo y colaborador y le rinde homenaje

          CD. DE MÉXICO, 12 de noviembre de 2011.- El presidente Felipe Calderón inició el homenaje de cuerpo presente de las víctimas del accidente en el que murieron el secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, y siete personas más.

Lo hizo señalando que "hoy con tristeza y profundo pesar despedimos a 8 patriotas, 8 servidores públicos ejemplares que dieron siempre lo mejor de sí mismos para México y para los mexicanos"

"Específicamente, agradezco mucho a ustedes concurrir a esta ceremonia a un secretario de estado fallecido en el cumplimiento de su deber. Todos ellos honraron siempre con vocación y altos principios, con dedicación, a la patria.

Su doloroso deceso ocurrió en la plenitud de su vida, cuando contribuían con su talento, su experiencia, su energía, al progreso y al bienestar de la nación.

En nombre de México y del gobierno federal expreso nuestras más profundas condolencias a las esposas, a los hijos, a los padres, a los hermanos y a todos los amigos de nuestros compañeros fallecidos.

Esperamos que pronto encuentren ustedes la paz, la resignación y el consuelo en este momento de profundo dolor, y también que el testimonio vivo y ejemplar de cada uno de ellos renazca y permanezca en cada uno de los cercanos a ellos.

He encargado al secretario de comunicaciones y transportes que organice y coordine una investigación minuciosa para conocer con precisión las causas de este lamentable hecho. Esta investigación será exhaustiva y concentrará todas las evidencias e indicios disponibles. Como siempre, el gobierno federal actuará con toda transparencia y mantendremos informada a la sociedad de manera objetiva, puntual.

Hoy despedimos a José Francisco Blake Mora, uno de mis más  cercanos colaboradores y amigo entrañable. Con su inesperada partida, nuestro país pierde a un gran ser humano, a un servidor público ejemplar y a un político excepcional. Ha perdido a un mexicano honesto, trabajador, leal, patriota y comprometido con las mejores causas del país. A un político congruente, que llevaba sus actos a la altura de sus ideas, que fue el buen ejemplo de su generación y de su tiempo y cuya acción estuvo siempre guiada por la vocación de servicio a México.

Blake, como le decíamos afectuosamente, un mexicano de origen modesto. Que vivió y conoció a fondo la realidad social del país. Cuentan que cuando él nació, en su casa ni siquiera había pavimento en la calle. Forjado en la cultura del esfuerzo, el trabajo y la perseverancia, desde muy joven se interesó en los problemas que enfrentaban los habitantes de su querida Tijuana y de todo baja california. Ello creó en él una gran sensibilidad y una permanente cercanía con las necesidades de la gente, lo que lo llevó a incursionar en política.

Como diputado  local y federal, dejó siempre constancia de su enorme inteligencia su compromiso con los ciudadanos, su gran bonhomía y su gran patriotismo. En el servicio público brilló con luz propia, como secretario general de gobierno del estado de Baja California demostró con creces su capacidad para el diálogo y para idear siempre, siempre, soluciones de fondo a problemas complejos en donde pudiera caber la concertación política.

Por eso lo invité a integrarse a mi gabinete como secretario de Gobernación, cargo que desempeñó siempre con absoluta entrega, con rectitud y con lealtad a toda prueba. Desde esa alta responsabilidad sirvió con pasión, con dedicación y con alegría a la patria hasta el último instante de su vida.

Blake  fue, pues, un funcionario admirable, que siempre mostró su compromiso por la construcción de un México de paz con justicia.

En los momentos difíciles que vive nuestro país, el secretario Blake no sólo coordinó los esfuerzos del gabinete de seguridad sino que actuó siempre con sensibilidad para reconocer las demandas y las necesidades de la gente. Lejos de temer a la ciudadanía buscaba genuinamente gobernar para los ciudadanos. Eso lo llevó a ser impulsor decidido del diálogo que hemos sostenido con todos los sectores sobre los más diversos temas y particularmente sobre el de seguridad.

En especial, fue promotor de encuentros francos, directos y abiertos con las víctimas de la violencia; estuvo siempre dispuesto a escuchar y a trabajar hombro con hombro con las organizaciones de la sociedad civil a fin de fortalecer el apoyo a las víctimas y ayudarles a encontrar la justicia que tanto anhelan.

De la misma forma, trabajó intensamente para impulsar las reformas estructurales que México necesita, guiado por su genuino sentido democrático, promovió con decisión la reforma política, fundamental para consolidar una democracia que responda verdaderamente a los ciudadanos. Su trabajo discreto y eficaz fue clave para lograr la aprobación de diversas reformas trascendentes.

Fue también un servidor público solidario y sentido, que estuvo al lado de los mexicanos en momentos amargos, en inundaciones, en sequías, y en otros desastres naturales.

Como secretario de Gobernación, como político, Blake jamás cayó en la vociferación, en la descalificación o en el encono. Atinado, fuerte y a la vez sereno, nunca un desplante y nunca una declaración imprudente o fuera de lugar.

Su afán no fue ganar la primera plana sino trabajar para transformar verdaderamente al país, por eso siempre apostó por el diálogo y el entendimiento para encontrar soluciones de fondo a los problemas de la nación. Apostó por el debate de ideas, apostó por la razón. Creyó en los argumentos para construir un México de bienestar y progreso.

Apostó por la construcción de acuerdos con todas las fuerzas políticas, y con esas convicciones dedicó su inteligencia, su talento y su vida al fortalecimiento y perfeccionamiento de nuestras instituciones democráticas, particularmente, las responsables de la seguridad pública y la procuración de justicia.

Todo lo que hizo, además, lo hizo con una convicción de entrega total y de generosidad. Él creía, y lo cito, 'la democracia es un auténtico apostolado'. Con una mística propia que se basa en la convicción de que la persona humana tiene una dignidad eminente a la que debe corresponder un régimen abierto, participativo, incluyente y plural.

Con Blake no sólo tuve la satisfacción de compartir experiencias de trabajo, sino también principios, valores, ideales y sueños. Compartíamos la visión de un estado democrático de derecho, donde impere la justicia, la libertad y la legalidad. La convicción de que la acción política sólo tiene sentido cuando se basa en el respeto a los demás y a la ley, en la responsabilidad pública y en la participación.

Concebimos la política como quehacer humano orientado a la realización del bien común, se esté o no se esté en el poder, y por eso veíamos en el servicio público la oportunidad de construir un México diferente y mejor. El gran propósito que nos movía era la construcción de una nación cada vez más justa, ordenada y generosa y de una vida mejor y más digna para todos los mexicanos.

Por ese México, Blake luchó con total entrega y por ese México ofrendó su vida.

Sé que descansará en paz y sé también que muchos sufriremos su ejemplo de lealtad, de congruencia y dedicación.

Estos son momentos difíciles para el gobierno y para la nación, pero es a la vez la hora de mostrar la entereza para superar las adversidades, enfatizó el mandatario quien subrayó que se han enfrentado grandes problemas y retos "que hubieran doblegado a naciones menos fuertes.

Quiero decirles que a pesar del luto que nos embarga, el gobierno federal habrá de seguir sirviendo a los mexicanos con total empeño y dedicación, y con mayor ahínco a partir de esta trágica circunstancia.

En estos momentos difíciles, eventos como éste también ponen a prueba a las instituciones, (pero) por fortuna la fortaleza de las instituciones en México, su constitucionalidad y su democracia, que distribuye poderes y que establece equilibrio, pasa sobradamente la prueba de la adversidad.

Ante los miembros de su gabinete, gobernadores, legisladores, líderes partidistas e invitados, el presidente Calderón honró también la memoria del subsecretario de Asuntos Jurídicos, Felipe Zamora, a quien definió como un amigo muy querido, un hombre de ideas y convicciones 'no sólo profundas, sino admirables'.

Dijo que Zamora Castro fue un impulsor convencido de la agenda de los derechos humanos, trabajó a favor de la democracia y las garantías individuales, y fue un actor fundamental en la culminación de la reforma constitucional en la materia.

El mandatario despidió también al director de Comunicación Social de la Secretaría de Gobernación, José Alfredo García Medina, quien colaboró personalmente con él durante varios años, primero en la campaña y luego en la Presidencia de la República.

Recordó que García Medina fue muy trabajador, como el mismo decía, 'muy entrón' y tuvo una carrera muy destacada en Baja California, donde fue reportero del Semanario Zeta y ganó, en 1995, el Premio de Periodismo de Investigación que otorga la Asociación de Periodistas de Tijuana.

El titular del Ejecutivo despidió también a la secretaria técnica de la Oficina del titular de Segob, Diana Miriam Hayton Sánchez, y al mayor del Estado Mayor Presidencial René de León Sapién, quien estaba a cargo de la seguridad de Blake Mora.

Honró también la memoria del teniente coronel Felipe Bacio Cortés, del teniente Pedro Ramón Escobar y del sargento segundo Jorge Luis Juárez, todos ellos miembros de la Fuerza Aérea Mexicana y adscritos al Estado Mayor Presidencial.