+ Le exhortó a colaborar con las autoridades que lo investigan
CD. DE MÉXICO, 26 de mayo DE 2012.- El PRI suspendió este sábado sus derechos como militante al ex gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington “en tanto se determina, por los tribunales competentes, su situación legal”.
Homero Díaz Rodríguez divulgó el resultado de la sesión extraordinaria de la Comisión Nacional de Justicia Partidaria del PRI que preside, realizada para discutir, lo cual se aprobó por unanimidad “la solicitud de suspensión de Tomás Jesús Yarrington Ruvalcaba en sus derechos de militante”, que había solicitado el presidente del Comité Ejecutivo Nacional Pedro Joaquín Coldwell.
La Comisión acordó de conformidad con sus propios estatutos y documentos “y ordenó darle el trámite estatutario procedente”, indicó Díaz. Yarrington quedó inmediatamente suspendido en sus derechos de militante.
Una vez que se difundió la noticia de que al ex mandatario tamaulipeco se le siguen procesos en los Estados Unidos, Caldwell lo exhortó a que “colabore con las autoridades que lo investigan para que aclare su situación jurídica”.
Por ello, y como medida para facilitar que dichas investigaciones se lleven a cabo al margen del proceso electoral que actualmente se vive en el país, había solicitado a la Comisión Nacional de Justicia Partidaria del PRI dar este paso.
Desde el jueves el tricolor y también su abanderado a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, se habían deslindado de su ahora militante suspendido. El candidato de la coalición Compromiso por México expuso que Yarrington Ruvalcaba debía hacerse responsable de sus actos y esclarecer su actuación presuntamente ilegal en Estados Unidos, “en la instancia que corresponda”.
También mencionó que no iba a permitir que personajes “polémicos” de su partido le trocaran su campaña en pos de Los Pinos.
Antes, el PRI suspendió derechos a personajes como el ex director de Pemex y senador Jorge Díaz Serrano, y al ex líder del sindicato petrolero, Joaquín Hernández Galicia, La Quina, en la década de los ochentas, lo cual se consideró venganzas políticas de los presidentes Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari.