México, D. F., 25 de septiembre de 2012.- La anemia en menores de dos años se ha reducido en 25.2 puntos porcentuales en una década, al pasar de 61 a 35.8 por ciento, como resultado de la intervención del Programa Oportunidades con alimentos fortificados (leche Liconsa, “Mi Sopa”, “Mi Masa” y el complemento nutricional “Vivir Mejor”), consultas médicas periódicas y talleres para el autocuidado de la salud.
De acuerdo a la “Evaluación Externa del Programa Oportunidades 2008. A diez años de intervención en zonas rurales (1997-2007)”, gracias a las acciones de este programa se logró una disminución de 11 puntos porcentuales en la talla baja entre los menores, que pasó de 35 al 23.9%.
La evaluación revela que hay un incremento de 1.42 centímetros en la talla de niños menores de dos años en zonas urbanas, debido a que 90% de ellos ingirieron complementos alimenticios y tienen consumos adecuados de hierro, zinc y vitaminas A y C.
Además, gracias al ejercicio de corresponsabilidad con las titulares de Oportunidades, quienes están obligadas a llevar a sus hijos a consultas médicas de manera periódica, las niñas y niños menores de dos años se enferman menos que los no beneficiarios (35.5% ante 39.9%), lo cual se refleja en menor incidencia de padecimientos y síntomas diversos como infecciones respiratorias y gastrointestinales.
El estudio evidencia una reducción de alrededor de 20% en los días que se enferman niños de entre 0 y 5 años, hijos de madres beneficiarias de Oportunidades en zonas rurales.
De manera adicional, la prevalencia de sobrepeso y obesidad en mujeres de Oportunidades es menor al promedio nacional en todos los estados -que va desde 40.4% en Guerrero al 61% en Querétaro-, contra el promedio de casi 70% a nivel nacional.
Cabe mencionar que entre los jóvenes cuyas familias han permanecido por algún tiempo en el Programa hay una menor incidencia de consumo de tabaco, alcohol y alimentos chatarra, lo cual se traduce en mayor salud.
Adicionalmente, Oportunidades obliga a las madres beneficiarias a asistir a los talleres para el autocuidado de la salud, además de que en los hogares se fomentan prácticas de saneamiento básico, con lo que se identifican oportunamente factores de riesgo para la familia.