CD. DE MÉXICO.- De acuerdo a datos encontrados en las políticas impositivas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, por cada litro de gasolina Magna, Premium, y diesel, los consumidores pagan 5.83, 6.56 y 6.34 pesos en impuestos, respectivamente.
Eso determina el alza que llegó con el nuevo año a los de precios de los combustibles, pues los usuarios pagan el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) y el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que se suman a los precios de referencia, costos de logística, y a la ganancia de los expendedores.
Para adquirir gasolina Magna, se paga 2.15 pesos en IVA y 3.67 pesos en IEPS por litro; sumados equivalen a 36% del precio promedio de 15.99 pesos, fijado directamente por la Secretaría de Hacienda que en el mismo monto lo había fijado en 2016. Sin aplicar los gravámenes, el costo base de los combustibles es de 10.16 pesos por litro.
La gasolina Premium tiene una carga fiscal de 37% y por eso cada litro paga 6.56 pesos en impuestos: 4.16 pesos en IEPS y 2.4 pesos en IVA. La carga fiscal para la Premium aumentó 6% en relación con 2016.
Para el diesel, 37% del precio final de 17.05 pesos por litro es impuesto, pero si es consuelo, la carga fiscal disminuyó frente a 45% que tenía en 2016.
De los 2.01 pesos que aumentó la Magna, 65% se justifican por el alza a los precios internacionales de referencia y costos de producción del combustible; la Premium, de 2.98 que aumentó, 1.9436 pesos es alza de impuestos y 1.0364 pesos por elaboración.
El diesel aumentó 2.42 pesos por el incremento en costos de producción, porque en contrario con las dos anteriores, la carga impositiva se redujo en 0.2140 pesos por litro.
Si se fija el precio de las gasolinas Magna y Premium en 5 pesos el litro, como han propuesto algunos sectores, el gobierno tendría que otorgar un subsidio de 540 mil millones de pesos al año, según indica el consumo base promedio.
Analistas de energía y sectores empresariales citan que el porcentaje de impuestos que se cobra en México es significativamente mayor, en comparación al 21 por ciento cobrado en Estados Unidos, el doble de la carga tributaria local.
Pero advierten que quitar los impuestos a los combustibles sería negativo en la recaudación del gobierno federal, que en los últimos años ha tenido un gran apoyo en ese ingreso luego de advertir una gran caída del crudo en los mercados internacionales y con ello, menores ingresos en la paraestatal Pemex, que anteriormente aportaba elevados ingresos por la renta petrolera.
Ahora, el gobierno espera mayor recaudación por las regalías esperadas por exploración y extracción de petróleo que se ha concesionado a empresas privadas.