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Zambada revela posibles asesinatos y desapariciones de políticos y policías

CULIACÁN, 12 de agosto de 2024. – Cuando Ismael “El mayo” Zambada llegó a su reunión donde intentarían soluciones de problemas que involucraban al gobernador de Sinaloa y otros personajes de alto nivel, vio a amigos y funcionarios importantes.

Hoy, en su carta-testimonio revelada por su defensa, pide aclarar dónde están y hablar con la verdad, pues pudieron haber sido asesinados en el lugar del encuentro que terminó con su secuestro y entrega a las autoridades estadounidenses.

La carta de “El mayo” es el tópico más comentado en este momento y para las autoridades mexicanas podría convertirse en un problema. El capo, parte de la historia del crimen organizado en México, dijo que llegó al lugar de la reunión e ingresó junto con José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial de Sinaloa, y Rodolfo Ojeda Chaidez, parte de su equipo de seguridad. Supo que llegaría Iván Guzmán Salazar, pero no confirma haberlo visto.

Vio a Héctor Cuén y lo saludó. Luego a Guzmán López, quien pidió seguirle y lo hizo, para terminar cayendo en una emboscada que lo subió, sometido, al avión en el cual viajó a El Paso, Texas, donde fue entregado a agentes federales. Deja claro que lo llevaron por la fuerza y bajo coacción.

GENTE MUERTA O DESAPARECIDA:

El tema de la presunta reunión para resolver disputas entre el gobernador Rubén Rocha Moya y el exdiputado, elxalcalde de Culiacán y exrector de la Universidad de Sinaloa, Melesio Cuén Ojeda, se trataría en el rancho Huertos del Pedregal, convertido en centro de eventos.

Cuando el “Mayo” a siguió Joaquín Guzmán López confió, por conocerlo desde niño, pero eso habría sido el error que le llevó a ser sometido, subido al avión y entregado en Estados Unidos. Hoy, aunque “El Mayo” debería tener otras preocupaciones, pide aclarar cosas como:

Héctor Cuén no fue asesinado durante un asalto en una gasolinera para quitarle su camioneta; lo mataron a la misma hora y en el mismo lugar “donde me secuestraron”.

Están desaparecidos José Rosario Heras López y Rodolfo Cháidez, a quienes nadie ha vuelto a ver ni a saber de ellos.

Llama a los gobiernos de México y Estados Unidos “para que sean transparentes y proporcionen la verdad sobre mi secuestro” en Estados Unidos y sobre las muertes de Héctor Cuén, Rosario Heras y Rodolfo Chaidez y “cualquier otra persona que haya perdido la vida ese día”.

Se percibe el realce provocado por el paternal mensaje que incluye su documento: “también hago un llamado a los sinaloenses a la mesura y a mantener la paz en nuestro estado. Nada se resuelve con violencia. Ya hemos recorrido ese camino y todos perdemos”.