CD. DE MÉXICO, 17 de marzo de 2011.- México ha considerado que si la crisis nuclear que vive Japón no se resuelve a tiempo y explotan los reactores Fukushima, las corrientes de viento y de chorro traerían los efectos radioactivos en horas a las costas americanas de México, Canadá y Estados Unidos.
El país intenta impedir alarma pero ha reconocido que no está preparado para un impacto de esta naturaleza. Eso trae a colación que tampoco lo está si llegarse a presentarse un problema similar en Laguna Verde, donde opera la única planta de energía nuclear de su territorio.
La advertencia fue hecha por Marco Martínez, Alejandro Calvillo, Eduardo Rincón y Giancarlo Delgado, investigadores que han exigido al gobierno mexicano detener su proyecto nuclear en Laguna Verde.
“El caso japonés" nos debe dar lecciones por la pérdida de vidas que se tienen y sus secuelas por generaciones", sostuvieron. Se estima que la tragedia de una planta rusa en Chernobyl, ocurrida en 1986, costó un millón de vidas.
Reclamaron que las autoridades japonesas no dan información veraz y que si se fusionan los reactores nucleares con la cápsula que los contiene, se desprenderían los gases de plutonio y su liberación tendrá efectos letales de corto plazo.
En Estados Unidos se ha reconocido que los vientos traerían radiación pero no serán graves para la vida humana, aunque estarán alerta en caso de que estallen las plantas porque habría aumentos en el contaminante y entonces, pese a la lejanía, “algo habría de riesgo adicional”.